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viernes, 10 de noviembre de 2023

SAO NICOLAU, LA ISLA TRANQUILA

Llegamos a Sao Nicolau con el Ferry Dona Tututa de la compañía Interilhas en un trayecto de 5 horas desde Sao Vicente. Sao Nicolau era la isla más tranquila. Nos alojamos en la población marinera de Tarrafal, y desde allí hicimos excursiones a otras zonas de la isla, con transporte local, las furgonetas que llamaban aluguer, y haciendo senderismo.


En Tarrafal visitamos el pequeño Museo de Pesca. El edificio era bonito, pintado de amarillo y con una escalinata de doble entrada. Mostraba redes, fotos de los antiguos balleneros y las latas de conserva de atún, rojas y con la imagen de un barco en la lata. Las latas eran de la industria conservera Sociedade Ultramarina de Conservas (SUCLA), ubicada en Tarrafal. También había piezas de marfil con barcos tallados.




Ribeira Brava estaba a solo 27km de Tarrafal. Llegamos en aluguer. Pasamos cerca de Monte Gordo, de 1312m de altura y origen volcánico, y por por Faja de Baixo, muy verde, la zona más fértil de la isla.. Aprovechamos las paradas para hacer fotos del paisaje y de algunos burros del camino. 




Ribeira Brava nos gustó más que Tarrafal como pueblo. Tenía una plaza con una bonita iglesia, Nossa Senhora de Rosario. Al otro lado de la plaza una escuela con una columna alta con un busto.
Callejeamos y vimos algunas casas coloniales, verdes y azules, el antiguo hospital, un parque con una glorieta verde y el Mercado. 



Las mercearias eran las tiendas de colmados o ultramarinos, que vendían un poco de todo, con estantes llenos de productos y básculas antiguas. 



domingo, 11 de diciembre de 2022

EL JARDÍN DE BALATA

Los Jardines de Balata fueron creados en 1982 por Jean Phililipe Thoze, un apasionado de la horticultura que trajo ejemplares de muchas partes del mundo. Su biografía impresionaba y era de lo más interesante. Su padre trabajó en Gabón y a los 7 años el joven Phillipe fue a vivir allí. Luego viajó por Japón, Polinesia, Asia…Los Jardines que creó eran una maravilla.

Se accedía por una casa colonial antigua, con mobiliario de la familia y algunos trajes criollos. En la terraza de la casa habían puesto recipientes colgados con agua y azúcar, y los colibrís se acercaban a probarla, con sus rápidos aleteos.




Había grupos de altas palmeras de tronco estrecho y copa alta, endémicas de la isla. También juncos, bambús gigantes, el jardín japonés, un estanque con peces y nenúfares de flores lilas y blancas.

Se podía subir a unas pasarelas colgantes de los árboles, se balanceaban al caminar, y permitían ver el jardín desde las alturas.





Pasear por aquellos jardines resultaba de lo más agradable y relajante. Había gran variedad de plantas y flores con mucho colorido: bromelias, hibiscus, heliconias, anthuriums, dracenas y otras que no sabíamos identificar. Era una vegetación exuberante y una explosión de colorido tropical.









miércoles, 7 de diciembre de 2022

ISLA MARTINICA, FORT DE FRANCE

 

Llegamos en ferry desde Rosseau, Isla Dominica, en un trayecto de dos horas. La Isla Martinica formaba parte de las Antillas Menores en el mar Caribe. La primera visión fueron grandes montañas verdes, salpicadas por las pequeñas manchas blancas de las poblaciones. La capital Fort-de-France era una ciudad agradable y grande con edificios altos sobresaliendo a las casas del barrio francés, y con parques como el Parque de la Savana.




La Biblioteca Schoelcher era un bonito edificio que tomaba el nombre del político francés Victor Schoelcher, famoso por su lucha contra la esclavitud y que decidió legar su colección de 10.000 libros y 250 partituras musicales al Consejo General de Martinica, con la condición de que la biblioteca estuviera abierta al público.



En el centro estaba la Catedral blanca con mosaicos azules. Martinica era una región y un departamento de ultramar de Francia, y se notaba la influencia francesa en su arquitectura y otros aspectos, mezclada con la cultura criolla de las islas. Buscamos los pocos edificios coloniales que quedaban: la Post Office, el Hotel de la Ville, el Teatro Aimeé Cesaire y otros alrededor de la Biblioteca Schoelcher.





sábado, 19 de febrero de 2022

OAXACA

 


Después de visitar Chiapas nos adentramos en el Estado de Oaxaca, en la región suroeste de México. En el estado había más de 16 grupos étnicos, los zapotecos y los mixtecos eran los grupos más numerosos. 

Oaxaca de Juárez era la capital, una ciudad colonial Patrimonio de la Humanidad. Las casas eran bajas o de dos plantas, pintadas de colores y arboladas, con plazas y muchas iglesias. Las calles eran tranquilas, con aspecto de pueblo. Algunas eran peatonales y otras tenían bastante tráfico.


La Plaza del Zócalo tenía mucho ambiente, con bares y restaurantes en los porches de piedra, tiendas de artesanía, gente sentada a la sombra de los árboles y muchos paseando. Se oía música en directo, mariachis y grupos callejeros de blues con guitarras, batería y teclado, sobre todo por las noches. Había mucha afición a la música en México. En la plaza estaba el Palacio del Gobernador, un edificio noble, y la Catedral. 





Paseamos por la histórica Calle Alcalá, romántica y señorial, con sus bonitos edificios de color rojo terracota, azul añil, naranja, amarillo ocre, y ventanas con rejas de forja de hierro. Había sombrererías con bonitos y elegantes sombreros tradicionales. Muchas casas tenían patios repletos de plantas, y en algunos habían instalado cafeterías y restaurantes.




Vimos varias iglesias por fuera y por dentro: la Iglesia de San Agustín, la de Carmen Alto, donde había una boda, y la que más nos gustó fue la Iglesia de Santo Domingo del s. XVI y fachada barroca, con unos altos cactus en su parte delantera. Sus dos torres tenían cúpulas con mosaicos blancos y negros. 



Curioseamos el Mercado Municipal, un edificio de ladrillo rojizo, con frutas, hortalizas, botellas de ponche, textiles, y flores.



El Museo de las Culturas de Oaxaca estaba ubicado en el edificio conventual anexo al templo de Santo Domingo, pero estaba cerrado por reformas. Visitamos el Museo Textil, con huipiles, las blusas tradicionales bordadas, y túnicas coloridas, tejidos con motivos florales y geométricos, cenefas y animales como tucanes o pavos reales. A cuál más bonita. Estaban elaboradas por mujeres de la comunidad indígena mixteca.



Desde Oaxaca de Juárez seguimos lruta por el Estado de Oaxaca y visitamos Puerto Escondido (con las playas Carrizalillo, Manzanillo y el Campamento Tortuguero de tortugas golfinas) y Mazunte (con su bahía y la playa Zicatella). México tenía muchos lugares bellos.