Otro día cogimos un barco desde la capital Fort-de-France hasta Les Trois Ilets. El barco nos dejó en Pointe du Bout. Fue la playa que más nos gustó, con palmeras en torno a varias piscinas naturales protegidas por rocas negras, y con ambiente local. Familias con niños se bañaban en sus tranquilas y azules aguas.
sábado, 10 de diciembre de 2022
LAS PLAYAS DE MARTINICA
jueves, 17 de octubre de 2019
EL TEMPLO DE LA FERTILIDAD
En el Valle de
Punakha hicimos una pequeña caminata atravesando arrozales, campos cultivados y
pequeños pueblos. Visitamos el Chimi Lhakang, un templo peculiar dedicado a
la fertilidad.
El templo o monasterio fundado en el s.XV, fue bendecido por el Lama Kinley, un santón conocido como el "Santo Loco" o el "Loco Divino" por sus formas poco ortodoxas de enseñar el budismo mediante el canto, el humor y el comportamiento escandaloso con connotaciones sexuales. Utilizó los símbolos del falo como pinturas en las paredes y como falos voladores de madera tallada en los techos de las casas, en las cuatro esquinas de los aleros. No sé que hice con la foto del templo que la perdí (tal vez los dioses me castigaron por descreída); así que esta foto de la parte inferior es cortesía de Google.
Las parejas que
tenían dificultades para concebir, acudían allí y la mujer se colocaba un gran
pene de madera en la espalda o la parte delantera y daba tres vueltas al
templo. Luego enviaban fotografías con los bebés que probaban la eficacia del
ruego. Curioseamos el álbum del monasterio, con parejas de varios lugares del
mundo.
El pueblo estaba lleno de falos de madera de todos los tamaños, decorados en colores con bastante creatividad, incluso pintados en las fachadas. Tradicionalmente, los símbolos de un pene erecto en Bután tenían la intención de alejar el mal de ojo y los chismes maliciosos. Junto al camino encontramos una niña sonriente sentada, no sabemos si fruto de la oración a los dioses. Una curiosidad más de Bután.
domingo, 8 de abril de 2018
EL PUENTE COLGANTE DE MUANG KHUA
Después del
trekking de las aldeas Akhas, fuimos en un minibús desde Phongsali hasta Muang
Khua, en un trayecto de siete horas. La vegetación verde, con árboles y
hojarasca, bordeaba la cinta de la sinuosa carretera.
Muang Khua era una pequeña y bonita aldea con encanto, entre palmeras, plataneros y casas de madera pintadas en color pastel. Se respiraba tranquiliadad. Estaba dividida por el río Nam Ou y la parte más bonita era la del puente colgante. El puente con tablones de madera era solo para peatones y se balanceaba al pasar. Vimos atravesarlo a varias mujeres con paraguas para el sol.
Paseamos por las orillas del rio, haciendo fotos de las barcas varadas con los niños jugando. Otros niños navegaban en una balsa de troncos, remando en el río.
Al día siguiente
embarcamos hacia Nong Khiaw. La barca era azul, abierta en los laterales, y con
un tejadillo de madera. El trayecto por el río Nam Ou se interrumpía por la
construcción de una presa, así que lo hicimos en dos tramos Tardamos cuatro
horas hasta Muan Ngoi Neua, donde estaba la construcción. Allí desembarcamos,
cogimos un tuk-tuk hasta el otro lado de las obras y empalmamos con otra barca
que en dos horas nos llevó hasta Nong Khiaw.
El trayecto fue espectacular, con altas montañas tras la jungla de las orillas. A tramos el río discurría por un desfiladero y el agua quedaba en sombra. Luego se abría y el sol lo bañaba todo. Los picos se reflejaban en la superficie del agua. Nos cruzamos con múltiples barcas que iban río arriba y nos saludaban.