viernes, 15 de mayo de 2009
EL AGUJERO AZUL DEL MAR ROJO
sábado, 1 de octubre de 2005
PLAYAS VENEZOLANAS Y RÍO CARIBE
Río Caribe era un pueblo de
pescadores en la costa del Mar Caribe. Fuimos al puerto a buscar una barca que
nos llevara a las playas. Encontramos una barca de bonito nombre, el Pancito
Carúpano. Nos llevó a Playa Medina, la más lejana y con fama de ser una
de las más bonitas del país. Tenía forma de media luna y un gran palmeral denso
y abundante. Por detrás de las palmeras cocoteras asomaban las altas montañas. El
agua estaba tranquila y azul. Fue nuestra playa favorita del viaje por
Venezuela.
Nos instalamos a la sombra de un chamizo o bohío, como los llaman los venezolanos, y nos bañamos en el mar. En la parte de atrás de la playa había chiringuitos que preparaban platos de pescado asado con “contornos”, que era como llamaban la guarnición: arepas, ensalada y banana frita. Un plato completo. Tras la comida nos recogió la barca Pancito Carúpano y nos llevó a la playa de Uva, más pequeña y también bonita, donde nos dimos otro chapuzón. La última del día fue la playa el Caracolito, con un buen palmeral, aunque no grande como el de Playa Medina. La costa entre las playas la formaban acantilados rocosos que fuimos bordeando con la barca.
El pueblo de Río Caribe nos gustó, con sus
coloridas casas coloniales de planta baja, con rejas en las ventanas.
Las fachadas estaban pintadas en tonos pastel: rosa, verde, azul, amarillo…La
plaza Bolivar era el centro y tenía una iglesia colonial del s.XVIII, que
destacaba por su blancura entre las verdes palmeras. Por las calles se veían coches
antiguos, modelo Chevrolet, como en Cuba.
Otra de las playas venezolanas que nos encantó fue Playa Colorada. Estaba bordeada por palmeras y con islas rocosas. La barca “El barón de Dios” nos llevó a hacer buceo con tubo a La Piscina, una barrera coralina de aguas tranquilas. Bordeamos las islas Arapito y Arapo. La barca nos dejó en un islote entre las dos islas y nos recogió horas después. El agua estaba tranquila y tenía tonalidades azul verdosas. Buceamos y nadamos desde la isla de Arapito a la de Arapo. Vimos corales laberinto y otros que parecían ramilletes de flores lilas y naranjas. Entre las rocas había muchos erizos negros de largas púas y con el cuerpo rojo. Había peces de rayas negras y amarillas, o azulados y bandadas de peces diminutos plateados que nadaban juntos. Fueron días fantásticos. Y Venezuela tenía muchos más atractivos, además de sus preciosas playas.
jueves, 19 de mayo de 2005
BUCEO EN LOS ROQUES
En Los Roques nos apuntamos a una
excursión en barca a la zona más lejana al arrecife de coral de las islas, Boca
de Cote. Se tardaba unos cincuenta minutos en llegar. El mar tenía unas
tonalidades turquesas preciosas. Parecía tranquilo al principio, pero había
mucha brisa y se formó fuerte oleaje. La barca cabalgaba las olas que golpeaban
el casco, la proa se levantaba con la velocidad y recibíamos constantemente una
ducha de agua salada.
Hicimos snorkel, el buceo con tubo y vimos corales
en forma de laberintos, arborescentes o cilindros verdes.
Los peces también eran de gran variedad: amarillos con rayas grises, azul eléctrico,
negros, plateados, cebras, arcoiris, tigres…azul claro con los labios rosas o blancos y peces
alargados con el morro en forma de espátula. Algunos estaban agrupados en
grupos de diez o más, bajo el saliente de algún coral y se quedaban inmóviles,
dejándose mecer por la corriente. Donde había corales la profundidad era poca,
pero llegaba un momento en que la pared de coral acababa, el color del agua cambiaba
y se abría una profundidad vertical.
Paramos en un palafito abandonado,
habitado por pelicanos y otras aves que descansaban en las maderas del
embarcadero. Junto a él había un banco de arena con un islote blanco formado
por grandes caracolas.
Luego el barquero nos dejó en la Isla Crasquí. Todas las islas tenían nombres terminados en “quí” que venía de la palabra inglesa “Key”, cayo en castellano. Allí hicimos otra inmersión fantástica y encontramos más peces de lo que esperábamos.
Otro día fuimos a la Isla Francisquí,
más cercana. La zona para hacer snorkel se llamaba La Piscina, porque quedaba
protegida por una barrera de coral bien visible, donde rompían las olas.