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martes, 23 de mayo de 2023

EL LAGO DEL SOL Y DE LA LUNA

El Lago del Sol y de la Luna estaba situado en el centro de la isla de Taiwán, a 762m sobre el nivel del mar. Tenía un perímetro de 29km y era la superficie de agua más grande de Taiwán, también una de las más bonitas. Sus aguas verdosas reflejaban las montañas que lo rodeaban. 


Cogimos un barco desde Shuishe al Puerto de Itashao, donde nos alojamos en un hotel tipo cabaña. Paseamos por el camino costero, una pasarela de madera entre verde vegetación. Había muelles flotantes con barcos de pescadores amarrados y vimos algunos pescadores de caña. Después acababa el sendero y seguimos por la carretera, con muy poco tráfico. Hasta la carretera era bonita, desbordante de vegetación: helechos gigantes, juncos altísimos y árboles con lianas.



Visitamos el Xuan Zang Temple, con una gran puerta blanca con dos elefantes de piedra. Albergaba reliquias y estaba dedicado al dios Mono. Otro sendero nos llevó hasta la Pagoda Ci’en en una colina. Tenía ocho niveles con plantas octogonales. Desde arriba ofrecía magníficas vistas del lago. El Templo Wenwu estaba al otro lado del lago.





Otro día cogimos el Funicular, que ascendía un trayecto de 1,9km por la montaña en diez minutos. La subida era impresionante y ofrecía vistas del lago y de la montaña espectaculares. En la cima estaba la Formosa Aborigen Village, un museo al aire libre de las casas tradicionales taiwanesas. Eran casas de maderas de distintas formas, con tejados de cañizo y graneros. En el interior tenían la cocina con sus utensilios y calderos, la leñera y las camas de hombres y mujeres, simples esteras en bancos de madera. Las casas se adornaban con mandíbulas disecadas de ganado, una curiosidad.




En la aldea había un museo etnográfico grande muy interesante con trajes tradicionales, textiles, armas, joyas y objetos cotidianos diversos. El recinto de la aldea era enorme, se extendía por la ladera del monte entre senderos bordeados por palmeras y vegetación. Regresamos al lago al atardecer con el último funicular.



martes, 16 de mayo de 2023

LA GARGANTA TAROKO

 

Taiwán tiene en total nueve parques naturales, el más conocido y visitado es el Parque Nacional Taroko, de 960km2. La Garganta Taroko es un impresionante desfiladero de 19km con paredes de mármol. El río Liwu serpentea entre las paredes del cañón. El nombre Taroko deriva de la tribu truku, los aborígenes que se retiraron a esta región, inaccesible durante mucho tiempo.

Nos alojamos en Hualien, como base para visitar el parque en un par de días. Un shuttle bus amarillo llegaba hasta el Centro de Visitantes y hacía varias paradas. Había varios senderos para recorrer; empezamos por el Shakadang Trail, de 8km ida y vuelta. Íbamos caminando por la ladera de la garganta, por una pasarela con tramos de bóveda de roca sobre nuestras cabezas. Las montañas estaban muy verdes, llenas de vegetación, con algunas brumas bajas. Plantas de hojas gigantes y helechos bordeaban el sendero. Caminamos paralelos al río Liwu. La erosión del río combinada con las lluvias tropicales transformaron la piedra caliza en mármol blanco. El agua del río se veía verde intenso.

 


Seguimos el recorrido por el Santuario de la Eterna Primavera, también llamado Santuario Changchun. Estaba en la ladera de la montaña, no muy alto. Fue erigido en memoria de los 262 soldados obreros que perecieron en la construcción de la carretera, dinamitando las montañas y horadándolas haciendo túneles durante tres años. Lo formaba un templo blanco con tejas naranjas y una gran puerta de arco, y dos pagodas. La pagoda central tenía tejadillo de tejas azules y por debajo de ella caía la cascada en varios hilillos de poco caudal. La tercera pagoda tenía tejas naranjas y columnas rojas. Era un bonito rincón. Atravesamos un gran puente metálico rojo, pasamos por un largo túnel y por otro puente colgante. Al otro lado un camino escalonado llevaba al Templo Changchun, aislado en medio de las montañas. Caminamos 21,5km en todo el día.








Al otro día hicimos tres senderos: Lushui, Tunel de la 9 vueltas y Swallow Grotte. El sendero Lushui era selvático y fuimos contemplando la flora y la fauna. El recorrido era de 1,9km y circular, tardamos una hora. En medio había un túnel rocoso muy oscuro de 25m. En 2019 hubo un terremoto que provocó desprendimientos y se cerró el camino.

 

El sendero Tunel de las Nueve Vueltas seguía los meandros del río Liwu ,de aguas azul turquesa, corría por el fondo del cañón entre grandes piedras blancas. La erosión del río y de las lluvias había pulido las piedras transformándolas en mármol blanco y veteado. Las paredes de la Garganta eran altísimas, impresionantes. Había alguna cascada y varios puentes colgantes que atravesamos. Caminamos bajo la bóveda rocosa de la pared del cañón. Eran como grutas abiertas al río, protegidas con barandillas en el recorrido. Fue un trayecto espectacular.




Cogimos otro bus para el tercer Trail, el Swallow Grotte (Gruta de las Golondrinas). Tenía 1,3km, un recorrido de una hora. También era un sendero bonito, siguiendo las curvas del río y la Garganta, con túneles tipo cueva con barandillas asomándose al desfiladero. Las cuevas eran grandiosas, iluminadas a tramos, otras oscuras y otras con luz natural de la obertura del cañón. Todos los senderos fueron impresionantes y con espectaculares paisajes. 

domingo, 14 de mayo de 2023

EL GEOPARQUE YEHLIU



El Geoparque Yehliu estaba a solo 33km de Taipei, la capital de Taiwán. Fuimos en autobús al pueblo de Yehliu, junto al mar. El Puerto tenía barcos con faroles colgantes, y pasamos junto a un gran templo incrustado en la ladera rocosa. Seguimos por un camino boscoso hasta llegar al mar y a un promontorio de vegetación verde.

El Parque tenía formaciones geológicas muy peculiares, resultado de miles de años de erosión en las montañas Datun. La tierra y parte de las rocas eran de tonos ocres, un color amarillo anaranjado, con la parte superior más oscura. Algunas rocas tenían forma de champiñones gigantes, otras de panal de miel con sus celdillas, de velas encendidas y hasta una con forma de zapato de hada, según decían, que parecía una chancleta. 


La roca más emblemática era la llamada “Cabeza de la Reina”, que parecía una esfinge con su largo cuello. Estuvimos curioseando entre las formaciones rocosas junto al mar. El paisaje de los alrededores era bonito, cerca había un faro. El día estaba nublado pero se filtraban algunos rayos de sol y había una luz especial que lo teñía todo de anaranjado.



Las rocas que más nos gustaron eran las de forma de champiñón, variadas en formas y tamaños, más grandes que una persona. Otras tenían oquedades curiosas y jugamos a asomar la cabeza para hacernos fotos. Hacia la salida vimos la Roca Elefante y la Roca Leopardo.


En el suelo había fósiles en forma de erizo estrellado. Varios puentes cruzaban las paredes de los acantilados, con paredes de roca veteada y con vegetación verde alrededor. Un paisaje espectacular y especial.

 






 

domingo, 11 de diciembre de 2022

EL JARDÍN DE BALATA

Los Jardines de Balata fueron creados en 1982 por Jean Phililipe Thoze, un apasionado de la horticultura que trajo ejemplares de muchas partes del mundo. Su biografía impresionaba y era de lo más interesante. Su padre trabajó en Gabón y a los 7 años el joven Phillipe fue a vivir allí. Luego viajó por Japón, Polinesia, Asia…Los Jardines que creó eran una maravilla.

Se accedía por una casa colonial antigua, con mobiliario de la familia y algunos trajes criollos. En la terraza de la casa habían puesto recipientes colgados con agua y azúcar, y los colibrís se acercaban a probarla, con sus rápidos aleteos.




Había grupos de altas palmeras de tronco estrecho y copa alta, endémicas de la isla. También juncos, bambús gigantes, el jardín japonés, un estanque con peces y nenúfares de flores lilas y blancas.

Se podía subir a unas pasarelas colgantes de los árboles, se balanceaban al caminar, y permitían ver el jardín desde las alturas.





Pasear por aquellos jardines resultaba de lo más agradable y relajante. Había gran variedad de plantas y flores con mucho colorido: bromelias, hibiscus, heliconias, anthuriums, dracenas y otras que no sabíamos identificar. Era una vegetación exuberante y una explosión de colorido tropical.