Mostrando entradas con la etiqueta "mar Báltico". Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta "mar Báltico". Mostrar todas las entradas

martes, 8 de abril de 2025

EL CANAL NYHAVN



Dinamarca está en la Península de Jutlandia y en el territorio de 443 islas en el Mar Báltico. Solo 79 islas están habitadas. Copenhague está en la isla de Selandia, y es su capital.

El Canal Nyhvan o "Puerto Nuevo" fue construido en el s. XVII, como entrada a la ciudad por el mar Báltico para los comerciantes. Durante muchos años fue habitado por marineros y prostitutas. Los tiempos modernos habían dejado paso a las terrazas de bares y restaurantes. Estaba flanqueado por casas coloridas, de tejadillos rojos, con buhardillas y chimeneas.



Disfrutamos paseando por el muelle del canal, viendo los antiguos edificios del s. XVIII  y los  barcos de madera atracados, de altos mástiles. Algunos edificios fueron sede de compañías navieras, y leímos que en el n°20 vivió Hans Christian Andersen.

Cogimos un barco por los canales, en un trayecto de una hora. Pasamos por edificios como la Ópera, la Bolsa, la Biblioteca o el llamado Diamante Negro, de mármol negro y cristal. 




Pasamos por varios puentes de piedra de poca altura, en los que había que agachar la cabeza y se podía tocar el techo de bóveda de sus arcos. 





Casi al final del recorrido en barco vimos la famosa Sirenita, emblema de la ciudad. La vimos de espaldas, sentada sobre la roca, y luego regresamos por tierra para verla mejor. Era una escultura de bronce no muy grande, de 1 metro de altura, creada por el escultor Eriksen a principios del s. XX por encargo de los Jacobsen, la familia propietaria de la fábrica de cerveza Carslberg. Estaba inspirada en un cuento de Hans Christian Andersen. 


EL CENTRO HISTÓRICO DE COPENHAGUE



Copenhague es una ciudad con mucho encanto, con palacios, castillos, calles adoquinadas y casas de fachadas de colores. El centro histórico tiene edificios antiguos con tejados inclinados, buhardillas y chimeneas. Entre las casas asomaban cúpulas verdes, torres y picos de las iglesias. 



El mar Báltico se adentra en la ciudad a través de varios canales con barcos atracados y puentes de piedra. El más famoso es el Canal Nyhanv. Fuimos en abril y aunque hacía frío, con temperaturas entre 12º y 4º, el sol era potente, los cielos azul intenso, y los daneses paseaban, hacían deporte al aire libre y llenaban las terrazas de bares y restaurantes.




En la plaza del Ayuntamiento (Radhuspladsen) había una fuente central con un dragón de bronce. El edificio del Ayuntamiento era de 1905, de ladrillo rojizo con una alta torre con el Reloj Mundial de Jens Olsen. El Ayuntamiento tenía una estatua de Absalón, el obispo guerrero al que se atribuía la fundación de la ciudad. Alrededor había otros edificios históricos de arquitectura notable y grandes dimensiones.




 
Por la ciudad se veían muchas bicicletas, los daneses solían desplazarse en ellas a pesar del frío, y los parkings de bicis estaban repletos, sobre todo el aparcamiento delante de la Estación Central de Tren y Metro.





La Glyptoteca era un museo de arte, de bonita fachada con arcos y una cúpula central. Copenhague tenía numerosos museos, además de los museos de los Palacios Christianborg, Rosenborg, Amalianborg y Frederiksborg.


Callejeamos por las bonitas plazas como la Kongens Nytorv y la calle Stroget, la calle peatonal más larga de Europa, con comercios, cafés y restaurantes.



Iglesia de Marmol, de estructura redonda y con una gran cúpula verde con adornos dorados. Por detrás estaba el Palacio de Christiansborg, que describo en otro artículo dedicado a los palacios.
La Torre Redonda (Rundeturn) se construyó en el s. XVII como observatorio astronómico. adosada a la Iglesia de la Trinidad. Tenia una rampa ascendente en forma de caracol, que daba siete vueltas hasta la parte alta. Subimos para contemplar las vistas del casco antiguo.




Más alejado estaba el Kastillet, era la antigua Ciudadela, utilizada como parque. Llegamos caminando por jardines con sauces llorones y almendros en flor. Cruzamos el foso por un puente. En el interior estaban las casas rojas de los militares, una iglesia y un molino. Había zonas de acceso limitado, pero se podía pasear disfrutando del paisaje. El molino de viento, de estilo holandés con grandes aspas, destacaba en una pradera verde.

Acabamos cenando en el acogedor Det Lille Apotek. Probamos tres tipos de arengue marinado con pan de centeno y tartaleta de hojaldre con pollo, espárragos, bacon y gratinada. Una delicia. Y al día siguiente nos esperaban muchos más atractivos de Copenhague, como el barrio de Christianía, los Jardines Tívoli, sus palacios renacentistas, museos y otros bonitos rincones...








viernes, 4 de abril de 2025

UNA EXCURSIÓN A MALMÖ

Desde Copenhague cogimos el tren para ir a Malmö, en Suecia. Estaba a solo 41km y llegamos en media hora. Fue una excursión corta de medio día. Cruzamos la frontera entre Dinamarca y Suecia por el Puente Oresand, de 4km, sobre el Mar Báltico. Las pantallas del tren indicaban a los pasajeros que tuvieran a mano el Pasaporte, pero nadie pasó para controlar.

Al salir de la estación encontramos un edificio de ladrillo rojo tipo castillo, con torreón rematado por un capirote negro. Cruzamos un canal y vimos en la orilla la World Maritime University, un bonito edificio con torre. Debía ser agradable estudiar allí.



Fuimos a ver el Castillo de Malmö del s.XVIII y estilo renacentista. Era de ladrillo rojo, con bastiones laterales pintados de rojo terracota y un foso con agua Lo construyó Cristian III. Se utilizó como prisión y en la actualidad albergaba el Museo de Historia.


Malmö es la tercera ciudad más grande de Suecia, tras Estocolmo y Gotemburg. Junto al Castillo estaba el  Kungsparken y Slottsparken, con arboleda, flores y césped, muy agradable. Era domingo y los suecos más madrugadores también paseaban y hacían footing; algunos remaban en kayak en los canales. En el parque había un molino de viento de madera oscura con grandes aspas.



Callejeamos por el centro histórico, de calles adoquinadas. La calle de JaKob Nilsgatan con casas de colores del s. XVIII era muy bonita y pintoresca. La arquitectura de otras calles peatonales como la calle Södergatan, llena de restaurantes y tiendas, también nos gustó.





En la Plaza Stortoget estaba el Ayuntamiento (Malmö Radhus), de fachada roja, con un reloj central. Alrededor había otros edificios nobles. Uno de ellos era el hotel Scandic Kramer, de fachada blanca y dos torreones con capirotes negros, casi palaciego.





La Iglesia de San Pedro del s. XVI y estilo gótico. Su torre del campanario con reloj tenia 105m de altura. En el interior nos gustaron  los frescos en paredes y techos, de tonos suaves.

     




Un edificio moderno emblemático de Malmö era la Turning Torso, el rascacielos más alto, junto al barrio residencial European Village. Una torre blanca de estructura retorcida construida por Santiago Calatrava, un capricho arquitectónico.

Lo que no vimos es la Ljuset pa, una gran lámpara de 5,8m de altura, que colocan en plazas y va cambiando de ubicación. En Navidad iluminaba la Plaza Lilla Torg. Era una escultura móvil, una curiosidad. Otra vez será. Era la hora de coger nuestro tren a Copenhague y nos despedimos de la bonita Malmö.