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viernes, 28 de octubre de 2011

MISIONES DE PARAGUAY: TRINIDAD Y JESÚS

 


Un autobús nos llevó desde la ciudad de Encarnación a Trinidad, a 28km de distancia. Trinidad era la reducción jesuítica guaraní mejor conservada de Paraguay y la más extensa. Fue construida en 1706 y era una ciudad completamente autosuficiente que contaba con una población de 300 indígenas guaraníes. Tenía una plaza central, una Iglesia Mayor, escuela, varios talleres y fábricas, un museo y varias casas para los indígenas. El proyecto de la misión se interrumpió por la expulsión de los jesuitas en 1767 por Carlos III de España.




Era muy extensa, con caminos de tierra roja entre espacios verdes con palmeras y algún árbol grande que ofrecía sombra. La piedra era rojiza y estaba labrada, especialmente la gran Puerta de entrada a la misión. Se veían arcos y columnas con pedestales trabajados. En una de las salas se exponían cabezas de ángeles regordetes de piedra.



Jesús de Taravangué fue fundada a finales del s. XVII, en 1678, por el jesuita Gerónimo Delfin, a orillas del río Monday. Llegó a ser un pequeño núcleo urbano de unas 300 personas. Se empezó a construir una de las Iglesias más grandes de la época, que quedó sin concluir por la expulsión de los jesuitas en 1767. Efectivamente la Iglesia era muy grande, no costaba imaginarse el asombro y admiración un tanto temerosas de los guaraníes ante su grandiosidad.

Las ruinas de la reducción de Jesús de Taravengué eran más pequeñas y aunque estaban bien conservadas nos impresionaron menos que las de Trinidad. Pero ambas tenían un interés histórico y nos hablaban de épocas pasadas.








miércoles, 26 de octubre de 2011

CONCEPCIÓN

 

La adormilada ciudad de Concepción estaba a orillas del rio Paraguay. Paseamos por la calle Estegarribia con varias mansiones antiguas restauradas y pintadas de colores crema o granates. Las mejores eran edificios municipales. 


Nos alojamos en el bonito Hotel Colonial Francés, con patio interior y ventiladores. El Mercado tenía puestos con frutas, con sandías grandes. Se veían algún carro de caballos, transportando mercancías. Hacía un calor tremendo y nos refrescamos en una heladería con ventiladores en el techo. Al final de la calle Avenida había una enorme estatua de la Virgen María vigilando a los paseantes. Y vimos una pancarta con una declaración de amor.









Dimos un paseo en barca por el río Paraguay. Las aguas estaban muy tranquilas y resultó agradable deslizarse lentamente. La otra orilla era una isla y en ella vivía el lanchero, que nos mostró su casa de madera.


lunes, 24 de octubre de 2011

ASUNCIÓN

 


Asunción era la capital de Paraguay, junto al río del mismo nombre. Era una de las ciudades más antiguas de Sudamérica, fundada en 1537 por Juan de Salazar y Gonzalo de Mendoza. Nos dimos cuenta de que en el país las ciudades más importantes tenían nombre femenino: Asunción, Concepción o Encarnación. El casco histórico de Asunción era de casas bajas de dos plantas y, pese al tráfico mantenía el ambiente de una población tranquila. Algunos edificios estaban pintados de color rosado y crema, y conservaban rejas de hierro forjado y ventanales ovalados. 


Nos alojamos en la Pensión da Silva, una casa antigua con patio, de techos altos con vigas de madera y ventiladores. Estaba cerca de la Plaza Uruguay. Frente a la plaza estaba la antigua Estación de Ferrocarril, reconvertido en Museo. Tenía un gran porche porticado con arcos pintados de amarillo y faroles negros. Y conservaba una locomotora de vapor de 1867.  Otros edificios antiguos de arquitectura colonial eran la Catedral Metropolitana, la Casa de la Independencia, el Cabildo, porticado y pintado de rosa, o la Ópera, reconvertida en Oficina de Recaudación de Impuestos. Encontramos dos carteles curiosos, uno rezaba “Sexo anal contra el capital” y un “Servicio Sacerdotal de Urgencia” (nunca se sabe cuando se puede necesitar).




Seguimos paseando por la calle Eligio Ayala fijándonos en los pocos comercios antiguos que quedaban, como la farmacia La Catedral, con estantes de madera. Vimos el pequeño Café Literario, para tomar algo entre libros. Nos acercamos a las orillas del río Paraguay y al Puerto. Ya había anochecido y decidimos cenar en la terraza popular de El Lido. Probamos tres platos de la gastronomía paraguaya: sopa paraguaya (pastel de harina de maíz con cebolla y queso), pescado surubí grillé y chipa guazú (pudin de maíz caliente, con cebolla y queso), acompañados de cerveza local Brhama y licuado de piña. Nos gustó más la chipa guazú que la sopa uruguaya, era más jugosa.