Mostrando entradas con la etiqueta malaria. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta malaria. Mostrar todas las entradas

jueves, 2 de mayo de 2013

El SUEÑO DE LIVINGSTONIA

 



Siempre ha habido soñadores a lo largo de la historia. En el s. XIX unos misioneros soñaron con establecer una misión en un lugar de gran belleza, a orillas del Lago Malawi. Ese lugar fue el Cabo Maclear. Pero la malaria, que causó una alta mortalidad entre la población, les obligó a cambiar el sueño. Lo intentaron en Bandawe, y también fracasaron allí por el mismo motivo.

Quisimos conocer ese sueño, conseguido en 1894. Ascendimos la montaña por una pista de tierra roja en mal estado por las lluvias pasadas, y llegamos a la mítica Livingstonia. Lo primero que hicimos fue visitar la histórica Stone House, la casa de Robert Law, el encargado de construir la misión en 1884. Se lo encargó la Iglesia Libre de Escocia, después de los dos intentos fallidos en el Cabo Maclear y en Bandawe.  La casa se había convertido en un coqueto museo con fotos de la época de los misioneros y del explorador David Livingstone, que pasó por aquí.




La casa exhibía objetos de la época, como un maletín de médico con instrumentos (Law y Livingstone fueron médicos), un teléfono, diarios, cartas…y el escritorio de Robert Law, con una máquina de escribir antigua, parecida a nuestra vieja Remington.

Fue una sorpresa agradable saber que podíamos alojarnos en la casa-museo por unas pocas kwachas, la moneda local. La casa estaba un poco destartalada, pero conservaba el encanto antiguo y sus suelos de maderas crujían de historia. No todos los días se tiene la oportunidad de dormir en un lugar histórico.





Al día siguiente visitamos la Iglesia, construida en piedra roja, con vidrieras de colores que representaban a Livingstone. En la plaza del pueblo había una campana que conmemoraba la fundación del Sínodo de Livingstonia. Los edificios de alrededor de ladrillo rojo estaban en buen estado, había un taller y un café que vendía miel y artesanía. Otros edificios originales de la época de la misión se utilizaban como Universidad y como dormitorios de los estudiantes. Visitamos también el Hospital, fundado a principios del s.XIX, uno de los más bonitos que hemos visto, con jardines y pabellones. La maternidad era la zona más concurrida.
Livingstonia conservaba el encanto, ubicada en la cima de la montaña, con vistas del precioso Lago Malawi y con sus edificios antiguos dispersos entre árboles. Un lugar especial en África.

 

© Copyright 2013 Nuria Millet Gallego

jueves, 4 de abril de 2013

MOSQUITERAS Y MALARIA

 

 
Siempre me han gustado las camas con mosquitera. Las hay individuales y de cama de matrimonio; colgadas del techo o instaladas en dosel; algunas son de gasa blanca y otras de colores. Transforman cualquier habitación, le dan una atmósfera diferente, vaporosa, evocan el trópìco y hasta tienen un halo romántico. Pero cuando se utilizan una temporada larga y por necesidad, para defenderse del ataque furioso de los mosquitos, acaban resultando calurosas y molestas.
En Mozambique resultan necesarias y no sólo para los viajeros de paso, sino para la población local. Es uno de los países con un índice más alto de malaria o paludismo, la enfermedad transmitida por el mosquito anófeles. Es un problema que afecta a más de 90 países en el mundo.


 
Conocimos a varios cooperantes de estancias largas que las utilizaban diariamente y reconocían que acababan siendo engorrosas. Una profesora estadounidense tomaba la medicación profiláctica durante un período de dos años, algo poco habitual dados los efectos secundarios de esta medicación.
En Manhiça está el centro de investigación donde el médico español Pedro Alonso ensaya una vacuna contra la malaria. Además de atender pacientes, forma a futuros médicos e investigadores. Esta enfermedad causa un millón de muertes anuales, el 90% en África. Por eso cuando vimos carteles como el de la foto quisimos recordar la lucha contra la malaria. En ese aspecto Mozambique me recordó al libro “Tristes trópicos” de Levi-Strauss. La lucha continúa…
 
© Copyright 2013 Nuria Millet Gallego