lunes, 1 de septiembre de 2025
QUBA
miércoles, 6 de septiembre de 2023
EL MONASTERIO DERVICHE Y POCITELJ
Desde Mostar fuimos
en un minibús hasta Blagaj, a solo 12km de distancia. Blagaj era una pequeña
población atravesada por el río Buna. Su principal punto de interés era la Casa
de los Derviches llamada Tekke (o Tekija). Los Tekkes eran los monasterios
sufíes, la rama mística del Islam. El monasterio estaba encajado entre una
alta pared de roca y el río. Su imagen se reflejaba en las aguas color
esmeralda del río Buna era una de las más icónicas de Bosnia. Aunque el
día estaba algo nublado las aguas mantenían su color verde intenso.
Los Derviches eran un importante grupo religioso sufí de la zona, y el monasterio construido en el s, XVI, era el lugar donde celebraban ceremonias y promovías las ciencias y las artes.
Para entrar en el
monasterio nos descalzamos y me puse un pañuelo en la cabeza. En el interior
había una sala de reunión con divanes, aulas con algunos libros islámicos
antiguos, salas de oración, una habitación con chimenea triangular blanca y un
hammán con una cúpula decorada con estrellas con vidrios de colores.
Desde la galería
del Tekke nos asomamos al río y vimos la Cueva Vrelo Bune, y las
pequeñas cascadas que formaba el río. Una barca permitía acceder al interior de
la cueva con ayuda de una cuerda.
Cruzamos por un
puente al otro lado del río, para tener vistas del Tekke en la roca y su
reflejo en las aguas verdes. Alrededor había varios restaurantes agradables, en
terrazas escalonadas.
Cerca del Monasterio estaba Pocitelj, un bonito pueblo fortificado construido sobre un anfiteatro natural a orillas del río Neretva. Estaba considerado Patrimonio de la Humanidad. Las primeras murallas se levantaron en el s.XIV durante el reinado del monarca bosnio Stephen Tvrtko I, para tratar de resistir a los otomanos. Estuvo unos años bajo control húngaro, pero los turcos lo invadieron en 1471 y se quedaron durante cuatro siglos, por lo que dejaron huella en sus edificaciones.
Atravesamos calles
empedradas con casas tradicionales con tejadillos, chimeneas, puertas de madera, y alguna tienda de
artesanía.
Destacaba la Torre
Gavrankapetan, de forma octogonal, bajo la que se apiñaban las casas del
pueblo. Subimos a la Torre para contemplar las vistas. Sobresalía el minarete y las cúpulas de la Mezquita
Hajji Alija, junto al río serpenteante. La mezquita fue destruida por las
bombas croatas durante la Guerra de Bosnia, pero la habían reconstruido. También vimos las
cúpulas verde oxidado del antiguo hammán y la Torre del Reloj de 16m de altura.
martes, 24 de mayo de 2022
LA NICOSIA TURCA (LEFKOSIA)
Cruzamos andando el Check-point situado
al final de la calle Ledra. Era una caseta militar, donde hicieron el control
de Pasaporte y la aduanera nos saludó bromeando en español. Caminamos unos
metros por una galería con techado de madera y pasamos el control turco. Rápido
y fácil, aunque más fácil sería ningún control. Salimos a una calle llena de terrazas
de restaurantes y tiendas de estilo turco, con dulces de miel y frutos secos. Ya
estábamos al otro lado.
Uno de los rincones con más encanto de la
Nicosia turca era el Caravanserai Buyuk Han, construido en 1527 por el
gobernador Lala Mustafa Pasha, el caravanserai otomano mejor conservado. En la
época fue alojamiento de mercaderes y peregrinos; en la planta baja había
establos para los caballos, almacén y sala de rezos. El caravanserai tenía dos
plantas con galerías con arcos ojivales, y en el centro del patio había una estructura
rematada con una cúpula. En la actualidad el gran patio tenía dos cafés
restaurantes, y en los arcos había tiendecitas de artesanía. Allí celebramos mi
cumpleaños; el mejor regalo era pasarlo
viajando.
Paseamos hasta la bonita Puerta Kyrenia
y alrededor de la muralla con los bastiones. Visitamos el Museo Mevlevi
Tekke, la casa de los Derviches Sufís Mevlevis, la rama mística del Islam,
del s. XV. Esta secta surgió en Konya (Turquía) en el s. XIII. Tenía una sala
circular con un altillo, en la que los derviches realizaban sus danzas giradoras
y sus rezos (el semahane), una reproducción de la cocina, su lugar de reunión y
las tumbas de piedra, cubiertas de terciopelo de colores y con sus sombreros en
una esquina de la tumba. En el exterior exhibían piedras blancas tipo estelas,
con caracteres arábicos labrados. Un museo curioso.
Luego visitamos la Mansión Derviche
Pasha, del s. XIX. Pasha publicó el primer periódico turco en Chipre. Era una
rica casa transformada en Museo Etnográfico. Reproducía la vida
cotidiana de la época con maniquíes en varias habitaciones: la cocina con sus
recipientes metálicos, la sal del telar, cerámicas, cristalería, trajes turcos
bordados, objetos de uso doméstico…En los alrededores había algún hammán, pero estaban cerrados.
Otra mansión que visitamos fue la Casa
Lusignan, de una familia noble francesa. Las habitaciones tenían alfombras,
quinqués y lámparas colgantes, baúles…Unos maniquíes reproducían la vida de la
familia en el comedor con chimenea, bordando y escuchando música de una gramola.
El jardín era pequeño y bonito.
En resumen, nos gustó más la Nicosia Norte
turca, con sus caravanserais, hammanes, mezquitas, bazar y ambiente algo más abigarrado,
aunque ambas eran atractivas y era un gusto pasear por sus callejuelas.
































