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lunes, 26 de mayo de 2025

LA FIESTA EN LA ALDEA


El tranquilo pueblo de Jana Soh conservaba casas de madera de dos pisos, con tejados de pizarra. Alrededor de las casas había pajares y campos cultivados. Por las ventanas se asomaban mujeres y niños. 

En la plaza del pueblo encontramos una celebración con danzas. Un grupo de 12 bailarines con un señor que hacía de animador y un poco de teatrillo, provocando las risas de los espectadores  especialmente los niños.




Todos iban ataviados con coloridos trajes, y las mujeres se adornaban con pañuelos rojos en la cabeza y joyas de plata. Los hombres llevaban gorros de lana con cenefas bordadas Unas vestimentas festivas, de pueblos de montaña.

         


             

Algunas bailarinas eran señoras muy mayores y arrugaditas, que se movían con suavidad. Entre los espectadores también había gente anciana, disfrutando del espectáculo. 


         

Al acabar la función nos hicimos fotos con todos y ellos nos hicieron fotos a nosotros, los únicos espectadores occidentales. Fue un regalo encontrar aquella celebración.



Luego seguimos paseando por la aldea y encontramos a dos mujeres acarreando a la espalda pesados sacos con leña y forraje. Un duro trabajo.




           

Nos despedimos de aquella encantadora aldea y fuimos a ver las cercadas Cascadas de Jana. Llevaban poco caudal de agua, pero el entorno verde y boscoso era bonito. Lo curioso es que habían instalado al pie de la cascada unas mesas donde comía una familia, con los pies en el agua. Una comida refrescante.

lunes, 17 de febrero de 2025

LAGOS DE CRÁTER DE KASENDA

Desde Fort Portal fuimos a los lagos de cráter de Kasese. Había unos 50 lagos volcánicos en la zona, en un entorno repleto de vegetación. El primero que vimos fue el Lago Nukuruba, de aguas verde intenso. Bajamos a sus orillas.


Alrededor del lago había armadillos y muchos monos sobre las ramas de los árboles. Los monos tenían una larga cola blanca y peluda, como un plumero.


El paisaje era muy verde. Atravesamos bosquesplantaciones de té y plataneros.

El mirador Top of the World ofrecía unas magníficas vistas de tres lagos: Nyamiriya, Nyinabulitwa y Nyabikere.




El Lago Nyiambuga salia en los billetes de 20.000 schillings. 




Después de los lagos visitamos la cueva y las cascadas Mahoma, donde nos remojamos un poco para quitarnos el calor del día. Fue una excursión muy completa y disfrutamos todo el día.


lunes, 4 de septiembre de 2023

MOLINOS DE AGUA Y CASCADAS BOSNIAS

Durante la Edad Media los habitantes de la zona decidieron aprovechar la fuerza de los Lagos de Pliva y construyeron molinos de madera, para moler trigo. Con el tiempo dejaron de utilizarse y hoy en día eran un atractivo turístico.

Se conservaba un grupo de unos veinte pequeños molinos, ubicado en la parte que separaba el Malo Plivska (Lago Pequeño) del Veliko Plivska (Lago Grande). 



Los molinos estaban conectados entre sí por unas pasarelas y puentes de madera sobre el río y los saltos de agua. Tenían tejados triangulares y bajo los pilotes se conservaba alguna rueda de noria cubierta de musgo verde. Eran muy fotogénicos y correteamos como niños por las pasarelas buscando nuevos ángulos para verlos y fotografiarlos.




Luego paseamos por las orillas de los lagos, entre montañas y bosques, admirando los reflejos. Había una zona como un estanque grande de aguas verdosas y calmas, con algunos juncos, ideal para bañarse. 


En las Cascadas de Jajce las aguas del río Pliva se precipitaban desde una altura de 17m para unirse al río Vrbas, creando un salto espectacular y de gran anchura. El entorno era muy verde y el agua bajaba con fuerza, espumosa. Leímos que antes las cascadas tuvieron 30m de altura, pero durante la Guerra de Bosnia una crecida del río provocó un desprendimiento y la redujo casi a la mitad. También lo atribuían a los daños causados por la presa que alimentaba a la Planta Hidroeléctrica, a 4km; o por causa de un terremoto. De todos modos, era un paisaje muy bello.

Las contemplamos desde el Mirador de las Cascadas. Bajamos a una plataforma circular, donde te empapabas de las microgotas de la cascada, como un spray. Luego fuimos a otro Mirador del Pabellón, en la parte de enfrente, con vistas de las cascadas y el pueblo de Jajce sobre ellas. Un paisaje precioso.


Nos alojamos en Jajce, una bonita población con un casco antiguo amurallado y un Fuerte. Fue fundada a finales del s.XIV por un señor feudal, y cuando murió en 1416 se convirtió en la capital del Reino de Bosnia.


Otro día fuimos a las Cascadas e Kravice, más cerca de Mostar. Decían que no eran tan famosas como las de Plitvice en Croacia, pero que eran uno de los lugares más visitados de Bosnia. Eran un conjunto de lagunas y cataratas de 25m de altura, que caían formando un lago en un anfiteatro natural. Nos impresionó el frontal de las cascadas. Además, los chorros caían entre grandes rocas recubiertas de musgo verde y vegetación. 

Había una laguna donde bañarse, miradores y pasarelas de madera que recorrimos buscando distintos ángulos. Nos instalamos en una de las terrazas y contemplamos la belleza de las cascadas. Bosnia tenía una naturaleza espectacular.