jueves, 30 de abril de 2009

EL TEMPLO DE LUXOR

 

El Templo de Luxor estaba a orillas del río Nilo, en Luxor, la antigua Tebas. Declarado Patrimonio de la Humanidad. Era de dimensiones más reducidas que el de Karnak, pero también impresionante. Vimos el inicio de la Avenida de las Esfinges con cabezas de carnero, que en el pasado unía los templos de Karnak y Luxor, a lo largo de 3km. 

El templo estaba consagrado al dios Amón-Ra. Ra era considerado el dios del cielo, dios del Sol y del origen de la vida en la mitología egipcia. Los sucesivos faraones fueron añadiendo elementos al conjunto. Las partes más antiguas remontan a Amenhotep III y a Ramsés II. Conservaba numerosas estructuras, patios y una columnata.


Las columnas tenían forma de manojos de papiros, capiteles con forma de capullo de flor de loto, y estaban grabadas con relieves de figuras y jeroglíficos. Los muros estaban decorados con jeroglíficos y grabados en piedra, con escenas de la vida del faraón haciendo ofrendas a los dioses. 






Casi al final estaba el Santuario del Barco de Amón, reconstruido por Alejandro Magno. La barca sagrada se empleaba en los desplazamientos en el Antiguo Egipto. Salía del templo dos veces al año en festividades religiosas, con 60 remeros. Era una barca lujosa, construida en madera con adornos de oro y plata, y con una cabeza de carnero coronado en la proa, símbolo del dios.

Vimos una gran estatua de Horus, la deidad mitológica egipcia, en forma de halcón coronado, y otras veces representado en la figura de un hombre con cabeza de halcón. Por la noche vimos el Templo de Luxor iluminado.









miércoles, 29 de abril de 2009

EL TEMPLO DE KARNAK

El Templo de Karnak era el Gran Santuario de Amón, el gran dios del Imperio Nuevo. Fue el principal lugar de culto de Egipto. Nos sorprendieron sus dimensiones. Era inmenso, un conjunto de santuarios, quioscos, pilares y obeliscos dedicados a los dioses tebanos y la gloria de los faraones. El conjunto estaba declarado Patrimonio de la Humanidad.

Pasamos por la Avenida de las Esfinges, que en el pasado unía los templos de Karnak y Luxor, a lo largo de 3km. Las esfinges tenían cabezas de carnero y estaban sentadas sobre pedestales, eran guardianas y protectoras. Seguían otras avenidas con estatuas gigantescas de faraones con los brazos en cruz.



Traspasamos las estructuras de entrada en forma de trapecio, que llamaban pilones. La estructura principal era el Templo de Amón, el mayor edificio religioso del mundo. Fue el lugar de culto más importante de Egipto y durante más de mil quinientos años. Llegamos a la gran sala hipóstila, un espectacular bosque con 134 columnas de piedra con forma de papiro enrollado. Los antiguos egipcios asociaban la planta del papiro al origen de la vida.


Las columnas tenían capiteles y estaban grabadas con relieves de figuras y jeroglíficos. Los muros estaban decorados con escenas de la vida del faraón haciendo ofrendas a los dioses. En algunas zonas conservaban restos de pintura polícroma: azules, ocres y granates. Vimos pájaros azules, ojos, la cruz llamada Ank y otros símbolos egipcios. Fue la sala que más nos gustó. Paseamos entre las columnas y nos sentamos a la sombra disfrutando del lugar. Una niña de unos cinco años jugaba al escondite con su padre, ocultándose tras las columnas gigantes.











Después vimos un alto obelisco, enormes estatuas de Amón y otros dioses, patios, el recinto de la gran sala de fiestas y finalmente el lago sagrado, con el templo de fondo y rodeado de palmeras. El lago debió servir como escenario de las ceremonias religiosas. En la superficie flotaban plantas verdes. 

Junto al lago sagrado había un escarabeo gigante y la punta de un obelisco labrado. Estuvimos horas visitando con calma el templo de Karnak. Una maravilla histórica.


Por la noche vimos el espectáculo de luz y sonido. Fue un poco naïf pero valía la pena ver la iluminación nocturna del templo. Lo que más nos gustó fue la Avenida de las Esfinges iluminada, la sala hipóstila de las columnas y el Lago Sagrado. Íbamos avanzando por zonas, escuchando el ruido de los picapedreros antiguos, y nos explicaban lo que construyó cada faraón. Nos sentamos en unas gradas en el lago y se iluminaron las palmeras y la superficie del agua.


martes, 28 de abril de 2009

EL RÍO NILO EN FALUCA Y TEMPLO PHILAE

En Asuán vimos el mítico río Nilo y paseamos por la Corniche. En la otra orilla se veían mástiles de barcos y velas de falucas entre el verde de las palmeras, con colinas arenosas de fondo. Contratamos una excursión de dos días por el río Nilo en faluca, las embarcaciones tradicionales de velas blancas. Lo preferimos a la opción de un gran crucero. 

El Nilo era el mayor río de África y el segundo río más largo del mundo tras el Amazonas, con 6650 km de longitud. Nacía en Burundi y tenía dos ramales o fuentes principales: el Nilo Blanco y el Nilo Azul. El Nilo Blanco atravesaba los Grandes Lagos de África, teniendo su fuente más distante en Ruanda, y fluía hacia el norte por Tanzania, el lago Victoria, Uganda, Sudán del Sur y Sudán. El Nilo Azul nacía en el lago Tana, en Etiopía, y cruzaba el sudeste de Sudán.


El río fue fundamental para el florecimiento de la civilización del Antiguo Egipto. La mayor parte de sus ciudades se encontraban en el valle del Nilo y en su Delta, al norte de Asuán. Seguía siendo una arteria vital.

La navegación en faluca era relajante y suave, y la brisa se agradecía y aliviaba el calor. Apenas se notaba el movimiento de la embarcación. El paisaje era bonito, había tramos que conservaban una franja verde con muchos árboles y palmeras, y otros tramos eran desérticos. Entre el verdor apenas se distinguían pequeños poblados de casas de adobe y algunas color añil. Vimos algunas aves blancas, tipo grulla, entre los humedales, y algún camello en las orillas.



Desembarcamos para ver el Templo de Philae (o Filé), en una isla en el Nilo. Palmeras y flores rojas entre el verdor rodeaban al templo. En el s. XIX ya era una de las atracciones turísticas legendarias de Egipto y no nos decepcionó. Era un conjunto de templos con avenidas con columnas. El Templo de Isis era el principal, y alrededor estaba el Quiosco del Faraón Nectanebo, y los Templos de Imhotep y de Augusto. Isis fue una de las diosas principales del panteón egipcio y su culto perduró hasta el s.VI. 




El conjunto de templos formaba parte del Museo al Aire Libre de Nubia y Asuán, declarado Patrimonio de la Humanidad. Tenían grabados de figuras, jeroglíficos y grafitis antiguos de los primeros exploradores británicos que llegaron hasta allí. Estuvimos recorriéndolo con calma y disfrutando del entorno de las aguas azules del lago Nasser, creado artificialmente al construir la presa de Asuán entre 1958 y 1970.




Íbamos con tres tripulantes y doce pasajeros. Los barqueros hablaban entre ellos, fumaban y tomaban té. Le pregunté al capitán por la profundidad del río y me dijo que unos 25m. En las horas de oración colocaron sus alfombrillas y rezaron en la faluca, girándose según soplaba el viento. 

El cocinero preparó la comida y comimos a bordo, en la cubierta de la faluca: falafel (croquetas vegetales), un guiso de habas, picadillo de tomate, pepino y queso fresco, acompañado del pan árabe y té.



Dormimos en colchonetas sobre la cubierta. El deslizarse suavemente con el viento en la faluca fue muy agradable y poético, pero al ausentarse el dios Ra empezó a hacer frío, eso y la dureza de los tablones le restó algo de poesía al trayecto. Pero el Nilo y sus orillas seguían siendo bellas. Disfrutamos de la puesta de sol. Y por la noche contemplamos el cielo estrellado, como polvo brillante esparcido sobre el Nilo.