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viernes, 5 de marzo de 2021

EL TEMPLO DEL LEÓN






Tras tomar un delicioso café con genjibre, algo picante, seguimos ruta por una pista arenosa. Llegamos al Templo Mussawart, dedicado al dios local Apodamak, el dios león. El recinto era la mayor construcción de la historia de Nubia. El guardián nos abrió la puerta, cuya cerradura tenía forma de cruz de Ankh, el símbolo de vida. En el interior había seis grandes columnas. Los bajorrelieves en las paredes eran espectaculares, estaban muy bien conservados. Vimos el león, carneros y hasta un elefante con colmillos.











Cerca estaba el Templo Naqa, del s. I d.C. No tenía techado. Era rojizo y tenía bajorrelieves curiosos, como una figura con ocho brazos, grandes figuras de faraones y una alta columna con una serpiente ondulante. Otros de los templos tenían un elefante esculpido, o una avenida de entrada con seis grandes carneros. Los imaginamos en sus momentos de esplendor.

Nos impresionaron los bajorrelieves de los templos Mussarawt y Naqa. Historia, arte, naturaleza y mucho más podían encontrarse en el sorprendente Sudán.










miércoles, 7 de abril de 2010

EL TSUNAMI Y LA BAHÍA DE MATSUSHIMA






Un año antes de que sucediera estuve en Japón en la zona afectada por el terremoto y el posterior tsunami. Dormimos en Sendai,  y al día siguiente subimos a un tren que en media hora nos llevó a la Bahía de Matsushima. Decían que era una de las tres mejores vistas de Japón, considerada Patrimonio de la Humanidad. Tenía “unas 250 islas cubiertas de pinos moldeados por el viento y sus formaciones rocosas modeladas por el incesante golpeteo de las olas han dado como resultado espectaculares monumentos creados por las fuerzas de la naturaleza”. Así la describía la guía.


Aquel día la bahía estaba envuelta en brumas y con el cielo gris y lluvioso. Cogimos un barco, como el que fue engullido por las olas, para recorrer la bahía. Miraras donde miraras aparecían peñascos rocosos de formas irregulares. Una de ellas tenía cuatro arcos horadados por las olas. Lo curioso de las rocas es que habían crecido muchos árboles sobre ellas formando un manto verde. 



 
Frente a la bahía estaba el recinto del templo zen Zugain-ji. Era un bosque de altos cedros con cuevas naturales convertidas en altares. En las oquedades habían colocado figuras de Budas. Todo aquello, todo lo que muestran estas fotos, ha quedado arrasado. Poco pudieron hacer los dioses frente a las fuerzas de la naturaleza.
Lamento la magnitud de lo sucedido y espero que todos los afectados reciban la ayuda necesaria ante este desastre natural.
 


 

© Copyright 2010 Nuria Millet Gallego