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viernes, 5 de marzo de 2021

EL TEMPLO DEL LEÓN






Tras tomar un delicioso café con genjibre, algo picante, seguimos ruta por una pista arenosa. Llegamos al Templo Mussawart, dedicado al dios local Apodamak, el dios león. El recinto era la mayor construcción de la historia de Nubia. El guardián nos abrió la puerta, cuya cerradura tenía forma de cruz de Ankh, el símbolo de vida. En el interior había seis grandes columnas. Los bajorrelieves en las paredes eran espectaculares, estaban muy bien conservados. Vimos el león, carneros y hasta un elefante con colmillos.











Cerca estaba el Templo Naqa, del s. I d.C. No tenía techado. Era rojizo y tenía bajorrelieves curiosos, como una figura con ocho brazos, grandes figuras de faraones y una alta columna con una serpiente ondulante. Otros de los templos tenían un elefante esculpido, o una avenida de entrada con seis grandes carneros. Los imaginamos en sus momentos de esplendor.

Nos impresionaron los bajorrelieves de los templos Mussarawt y Naqa. Historia, arte, naturaleza y mucho más podían encontrarse en el sorprendente Sudán.










jueves, 2 de noviembre de 2006

CUEVAS DE ELLORA

 


Tras visitar las cuevas de Ajanta, otro día fuimos a visitar las Cuevas de Ellora, a 30km de Auragabad. Fuimos con el autobús local. Las cuevas de Ellora eran una maravilla de la India medieval, uno de los monumentos más impresionantes de la India, con templos excavados de las tres grandes religiones: hinduismo, budismo y jainismo. Había 12 cuevas budistas, 16 hindúes y 8 jainistas. Dedicamos más de cinco horas a verlas.


Lo primero que vimos fue el Templo Kailash, construido por el rey Krishna I en el siglo VIII en un solo bloque monolítico, y se excavó desde la cima de la montaña hacia abajo. De 30 metros de alto, su entrada está flanqueada por dos columnas de 15 metros cada una y todo el edificio está repleto de elaborados relieves escultóricos. Tenía magníficas tallas, relieves y esculturas de elefantes, apsaras de la mitología hindú y figuras budistas.

Los visitantes locales aportaban color entre las piedras antiguas, especialmente las mujeres hindúes con sus saris de colores y abiertas a conversar y ofrecer una sonrisa al visitante extranjero.


Sobre su construcción la guía de Lonely Planet comentaba: “Se tallaron tres enormes hendiduras en la superficie del despeñadero y luego se esculpió la imagen, ingente empres que supuso eliminar 20.000 toneladas de roca. Mide el doble de la superficie del Partenón de Atenas y una vez y media su altura”. “Todos los templos fueron tallados de arriba abajo, así que nunca hizo falta usar andamios: los constructores empezaron por el tejado y fueron avanzando hasta el suelo”. Era el mismo sorprendente sistema de construcción de las iglesias de Lalibela en Etiopía.



A principios del siglo XIX, John B. Seely, un oficial británico destinado en Bombay, oyó hablar de las cuevas de Ellora y emprendió una expedición para conocerlas. Seely hizo una descripción detallada y entusiasta de todo lo que vio en su libro Maravillas de Ellora, y no exageraba. Las cuevas de Ellora eran una auténtica maravilla de la antigüedad. Eran un merecido Patrimonio de la Humanidad.

En las cuevas vivían muchos murciélagos, a diferencia de Ajanta. Estaban colgados del techo y sobrevolaban a nuestro paso. En la última cueva había una cascada que saltaba sobre el camino y caía en una poza circular.



domingo, 22 de octubre de 2006

BHUBANESWAR Y EL TEMPLO DEL SOL

En el estado indio de Orissa visitamos el llamado “Triángulo del Oro”, con tres lugares de peregrinación: Bhubaneswar, Konark y Puri. 

El Bindu Sagar era el estanque de las Gotas del Océano. Decían que contenía agua sagrada de todos los lagos y ríos de la India. El estanque era precioso porque toda la superficie del agua estaba cubierta por una capa de color verde intenso. Alrededor asomaban las torres de 54m de altura del templo Lingaraj Mandi. Lo rodeamos y vimos desde el exterior porque no se permitía la entrada a los no hindúes, como en Puri.Estaba dedicado a Thibhubaneswar, el Señor de los Tres Mundos, representado en un bloque central de granito. Diariamente lo mojaban con agua, leche y bhanj (marihuana).

Bhubaneswar era una ciudad histórica que había tenido más de mil templos, de los que se conservaban solo cincuenta. Era un ejemplo del florecimiento de la arquitectura religiosa durante la Edad Media. Era una mezcla de patrimonio hindú, budista y jainista.



El Templo del Sol de Konark, del s. XIII, era Patrimonio de la Humanidad. Tenía forma piramidal y la piedra oscurecida por las lluvias y el paso de ocho siglos. Los marineros lo veían desde el mar y lo conocían con el nombre "Pagoda Negra". 

La base del templo representaba el carro cósmico del dios Surya, el dios del sol, apoyado en 24 ruedas y arrastrado por 7 caballos. Las ruedas tenían más altura que una persona, y en los radios había pequeñas esculturas labradas. 


Todo el perímetro del templo tenía bajorrelieves labrados en la piedra y figuras de apsaras. Era la crónica de la vida de Kalinga, un relato de vida y amor con escenas eróticas. Comprobamos que había posturas y contactos de todo tipo, entre parejas y tríos. Un completo e imaginativo Kamasutra. 

En los laterales había estatuas de elefantes y caballos pisoteando soldados. Era un templo imponente, y no costaba imaginarlo en sus tiempos de esplendor.