La Fortaleza de Sao
Sebastiao era el fuerte más antiguo que se mantiene en el África subsahariana.
Fue construido en Isla Mozambique por los portugueses en 1558. Estaba a orillas
del Océano Índico custodiando la isla.
Llegaron a vivir en él
unas 5000 personas entre soldados portugueses y prisioneros, que podían
contemplar desde sus garitas, troneras y celdas el azul intenso del océano. Recorrimos
todo el recinto amurallado: los dormitorios, el comedor, la capilla y una
cisterna que recogía el agua de lluvia formando una piscina subterránea. En la
parte superior estaban las troneras con varios cañones oxidados. Una zona
estaba restaurada por la Unesco, y para otra parte había un proyecto de
transformarla en una Universidad. En la actualidad se celebraban conciertos de
música.
Nos bañamos junto al
Fuerte en las pequeñas calas que formaban las rocas. El agua era verde
transparente y deliciosa. Al atardecer la marea alta hizo desaparecer esas
playas, y con la puesta de sol los muros se tiñeron de un color rojizo. La
silueta de ese Fuerte será uno de los recuerdos de la isla.