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domingo, 22 de mayo de 2022

LA NICOSIA GRIEGA (LEFKOSA)

 

Nicosia, la capital de Chipre, tiene una singularidad: está dividida en la zona griega (llamada Lefkosa) y la zona ocupada turca (llamada Lefkosia). La frontera, conocida como Línea Verde, se cruza andando por la calle Ledra y en otros siete puntos. Cambiaba el idioma del griego al turco y la moneda, del euro a la lira turca. En algunas calles interiores se veían tramos de alambre de espino y bidones. 

Recorrimos la famosa calle Ledra con cafés chipriotas de terracitas, tabernas tradicionales y comercios. Al final estaba el Check-point, la frontera con la parte turca. Era una simple caseta metálica, como de obra, con una barrera. Una curiosidad histórica.






En la ciudad antigua de Nicosia vimos las Murallas Venecianas, construidas por los venecianos en 1567 para protegerse de las invasiones otomanas. En 1570 los otomanos invadieron Larnaka y tres meses más tarde destruyeron la fortificación, matando a 50.000 habitantes. Las murallas eran bonitas e imponentes. Por su parte baja habían construido un paseo entre palmeras, cipreses y fuentes. Tenían cinco bastiones en el sector sur: Trípoli, D’Avila, Constanza, Prodocatano y Carafto. Entramos por las cercanías de D’Avila. 




Visitamos la Mezquita Omeya, del s. XV, con su alto minarete. Me dejaron entrar poniéndome una túnica granate larga, que tenían colgada en la entrada. En el interior alfombrado solo había hombres rezando, y muchos coranes en las estanterías de alrededor.



Cerca estaba el Palacio del Arzobispo de estilo neobizantino y la Iglesia Agios Ioannis, La Iglesia Panagia Chrysalionitissa del s. XV era la iglesia bizantina más antigua de Nicosia, dedicada a la Virgen. El barrio Chrysalionitssa estaba al borde de la ciudad antigua y cercano a la llamada Línea Verde. Era muy tranquilo y casi no se veía gente. Las casas estaban adornadas con macetas con plantas. Se veía alguna casa antigua bonita con paredes de piedra dorada y contraventanas verdes, como debían ser antes. Por allí estaba el CVAR, el Centro de Artes Visuales.

Visitamos la Casa de Hataigeorgakis Kornesios, de estilo otomano. Acumuló gran riqueza y poder trabajando de Dragoman, cargo de intérprete, traductor y guía oficial entre los turcos y las embajadas. Vimos las habitaciones con camas con dosel, el comedor, la sal de divanes y cojines para los huéspedes, el jardín con palmeras y estatuas, el hammán con techo de bóveda y orificios que dejaban filtrar la luz. Era una casa muy grande y decorada con gusto, con baules pintados y mobiliario antiguo. Creo que el Dragoman acabó decapitado y su familia tuvo que huir, pero con el tiempo recuperaron la mansión. Fue una visita interesante.




Fuimos al Museo Municipal Levantis, una mansión neoclásica, pero estaba cerrada. Seguimos callejeando por Laiki Yitonia, la zona sur de la ciudad, que fue durante años el área de los pintores y vendedores. Vimos la Iglesia Arcángel Miguel del s. XVII, gótica con exterior franco-bizantino, usada como iglesia ortodoxa, con iconostasio de oro y exvotos de plata. Una muestra del eclecticismo de la ciudad.



Para acabar el día cenamos en una taberna tradicional junto al Check-point. El interior estaba repleto de cuadros y fotografías. Pedimos champiñones, croquetas de berenjena y queso feta, y croquetas de calabacín, con vino blanco. Desde la terraza podíamos ver a los que cruzaban andando la frontera.







 





jueves, 19 de mayo de 2022

IGLESIAS BIZANTINAS DE TROODOS

Nos alojamos en el pueblo de Troodos, en un hotel de montaña de madera y con salones cálidos y acogedores. Desde los ventanales teníamos vistas del Monte Olimpo, de 1952m de altura. Nuestro objetivo era visitar las iglesias bizantinas repartidas por la zona; diez de ellas eran Patrimonio de la Humanidad por su importancia histórica y sus frescos.

Alquilamos un taxi para hacer el recorrido. Empezamos por la Iglesia del Archangelos Michail del s. XI, en el pequeño pueblo de Pedoulas. La iglesia también era pequeña y tenía una fachada de entrada triangular, con uno de los tejadillos más largo, que casi llegaba al suelo. Eso le daba un aspecto peculiar. Tenía un pórtico de madera. Entre sus frescos destacaba un caballero con capa roja montado en un caballo blanco.
 





Luego fuimos al Monasterio Ioannis Lambandistis, un conjunto de tres iglesias  de los s.XI, XII y XV, cubiertas con un mismo tejado grande.  Tuvimos que esperar que viniera un monje a abrirlo, porque desde el s.XIX no vivían monjes allí. Era un monje ortodoxo moderno, con larga túnica negra y barba canosa, y llegó en coche desde otro monasterio donde vivía. Los coloridos frescos estaban bastante conservados, y destacaba un Pantocrator con los doce apóstoles. Todas las paredes y techos en cúpula estaban llenos de frescos. El monasterio tenía un bonito patio repleto de plantas y flores rojas. Nos gustó mucho. Nos despedimos del monje, que estaba consultando su móvil.






La tercera fue la Iglesia Panagia, del s.XIII, de planta rectangular con tejadillo triangular. Estaba totalmente a oscuras. Dejamos la puerta abierta para ver los frescos y los iluminamos con la linterna donde no llegaba la luz. Tenía abundantes frescos, desconchados en algunas zonas.



El último que vimos fue el Monasterio de Kykkos, del s. XI, reconstruido después de varios incendios. Decían que era el más grande, imponente y rico de todos los monasterios de Chipre. Situado entre montañas y bosques, lejos del mundanal ruido. Su tesoro más preciado era un icono de la Virgen de la Misericordia, se aseguraba que lo pintó San Lucas y se le atribuía el poder de atraer lluvias. En uno de los patios tenía un pozo. El interior era espectacular, decorado con oro, pinturas murales y mosaicos. Además, era un laberinto de pasillos y galerías con balcones. Fue una ruta interesante y con encanto por las iglesias y monasterios bizantinos.









 

MOSAICOS Y TUMBAS REALES




Empezamos el viaje por Chipre en la ciudad de Pafos, junto al Mediterráneo. Uno de sus lugares de interés eran las Tumbas de los Reyes, a solo 2km de la ciudad en un paseo por la playa. Era una necrópolis de gran valor histórico y arqueológico, influenciada por la tradición del antiguo Egipto. En realidad no eran tumbas de reyes, sino de aristócratas y altos cargos. El conjunto de tumbas subterráneas empezó a utilizarse en el s. IV a.C.

En el extenso recinto había siete tumbas excavadas, con nichos, columnas y estancia típicas de los periodos romano y helenístico. La más impresionante era la tumba nº5, con un atrio abierto bajo el nivel del suelo, rodeado de 12 columnas. Algunas nos recordaron las iglesias subterráneas de Lalibela en Etiopía. Estaban consideradas Patrimonio de la Humanidad. 



 


Otro de los tesoros arqueológicos más importantes de Chipre era el Arqueologycal Site of Nea Paphos. Considerado Patrimonio de la Humanidad. La ciudad antigua de Pafos databa del s. IV a.C. y los restos abarcaban 2000 años. Fueron desenterrados en 1962 por un agricultor mientras araba, y todavía quedaban partes por excavar. Era un gran recinto junto al mar.

Lo primero que vimos fueron los preciosos mosaicos de las casas romanas. La Casa Aion, tenía una entrada con mosaicos geométricos y 6 paneles representando a Casiopea y Dyonisos con sus ninfas. Aion era el dios del tiempo eterno.


La Casa Theseus era la mansión de un procónsul romano. Tenía escenas mitológicas de Teseo y el Minotauro, el nacimiento de Aquiles y su primer baño, con ánforas.

La Casa Orpheus tenía mosaicos de Hércules con el león Nemea y una amazona con su caballo. La joya de la corona era la Casa Dyonisos, la más grande y con más mosaicos. Representaban el Rapto de Ganimedes (el joven pastor copero de los dioses), por Zeus, transformado en águila. Otros mosaicos eran las Cuatro Estaciones con caras y representaciones antropomórficas, Scylla (el monstruo mitológico con parte de mujer, de pescado y perro, hecho con mosaicos redondos), Fedra e Hipólito con su perro, Narciso, un pavo real, escenas de caza con un tigre…




Los mosaicos formaban bonitas cenefas y dibujos geométricos con formas de triángulos, doble cruz, la estrella de Salomón, incluso una cruz gamada. Todos eran preciosos, muy elaborados y conservaban sus coloridos pigmentos pese al paso del tiempo.



En el mismo recinto arqueológico estaba el Anfiteatro Odeón del s.II a.C, con forma semicircular y muy cerca del Faro blanco de Pafos. Por último vimos la Fortaleza Saranta Kolones, en ruinas por un terremoto en 1922. Fue construida por los lusignanos en el s. XII. Quedaban algunos arcos entre las ruinas.

Tanto las Tumbas de los Reyes como el Sitio Arqueológico con los mosaicos nos gustaron mucho y superaron nuestras expectativas, eran merecidos Patrimonios.