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miércoles, 15 de mayo de 2024

LAS TUMBAS DE UCH SHARIF

Uch Sharif era una ciudad histórica en la provincia de Punyab. Leímos que fue creada como Alejandría, fundada por Alejandro Magno durante su invasión del Valle del Indo. Además proporcionó refugio a los eruditos religiosos musulmanes que escapaban de la persecución en otros paises.

El Complejo Monumental de Uch comprendía tres mausoleos y santuarios de los s. XIV y XV, construidos a lo largo de 200 años y con 1400 tumbas. Estaba propuesto para Patrimonio de la Humanidad.


El más impresionante era el Santuario y Tumba de Bibi Jawindi. Tenía forma octogonal con ocho bastiones y una gran cúpula blanca central. Los bastiones estaban rematados por una especie de garfios negros. Estaba decorado con franjas de mosaicos esmaltados con motivos florales y geométricos. Era el más grande y espectacular de todos. El interior estaba hueco.



Se accedía al recinto por el Santuario y tumba de Jahaniyan Jahangasht, un santo sufí, tenia planta cuadrada, puertas en arco y mosaicos azules. Entramos con un grupo de mujeres con coloridos velos y nos descalzamos. El suelo quemaba. 



Había una sala con columnas de madera tallada. La tumba estaba cubierta por una tela roja con adornos dorados. Los fieles rezaban a su alrededor.


El Santuario Baha'ul-Halim, era el del maestro de Jahanin Jahagansi. Construido por sus ilustres discípulos entre el 760-780 d.C. La estructura era similar, de forma octogonal, y también decorado con los azulejos vidriados importados de Multán. Resultó dañado por las inundaciones de 1817.


El tercero era el Santuario de Ustead Nuria, la tumba destinada al arquitecto constructor, siguiendo la tradición. Era la de peor estado de conservación, con media cúpula destruida y el interior hueco, pero mantenía su belleza.

Todos los Mausoleos eran preciosos y muy peculiares. Estaban declarados Monumentos de interés arqueológico por el Departamento de Arqueología de Pakistán. Vestigios de otros tiempos de esplendor en Pakistán. 

martes, 14 de mayo de 2024

MULTÁN, LA LLEGADA A PAKISTÁN

Empezamos el viaje por Pakistán en la ciudad de Multán, con aeropuerto internacional. Desde el s.IX fue un importante centro islámico y a lo largo de la historia había atraído a muchos místicos y sufíes. Era una de las ciudades más antiguas del subcontinente y tenía importantes santuarios, tumbas y mezquitas. 

En el pasado la ciudad tuvo 7 puertas. Entramos a la parte antigua por una de las puertas que se conservaban, de piedra rosada y con dos torreones. Había mucho ambiente y tráfico de motos y tuk-tuks, como en otras ciudades asiáticas. Los hombres y mujeres vestían el traje tradicional era el Shalwar Kameez. El Shalwar era el pantalón y el Kameez una camisa o túnica larga. Las mujeres la usaban de colores, con aberturas laterales y pañuelos a juego.


Las tumbas estaban en una colina de Qasim Garden, la zona que llamaban Fort Kohna. La primera que vimos fue el mausoleo de un jeque, la Tumba de Hazrat Shah Rukn-e-Alam. Era una construcción enorme de ladrillo rojizo, azulejos, cúpulas y bastiones en los ángulos. Bastante peculiar.

Había que descalzarse para entrar. En el interior estaban la tumba del jeque bajo una estructura de mármol, y cubierta por telas y pétalos de flores. Los peregrinos, hombres y mujeres con velo, rezaban a su alrededor. En el recinto había tumbas más sencillas de sus discípulos y una mezquita anexa.


Después visitamos la tumba Hazrat Bahaddin Zakariya, de estructura similar, con cuatro bastiones laterales, mosaicos azules y cúpula blanca. En el interior había otra tumba con peregrinos rezando.


Visitamos otra Mezquita con una madrasa (escuela coránica). Los niños estaban sentados en fila en el suelo alfombrado, frente a sus coranes, recitando versículos y meciéndose. Una escena ancestral. Nos dejaron fotografiarlos. También alojaba a alumnos más mayores.



Curioseamos en el Bazar, por callejuelas cubiertas con toldos que protegían del sol y de la lluvia. Había tiendas de vestidos de mujer con pedrería, de cacerolas de aluminio apiladas, de alfarería, calzados, textiles y de todo un poco. Multán fue una buena introducción a Pakistán, el viaje nos reservaba muchas sorpresas.





jueves, 19 de mayo de 2022

MOSAICOS Y TUMBAS REALES




Empezamos el viaje por Chipre en la ciudad de Pafos, junto al Mediterráneo. Uno de sus lugares de interés eran las Tumbas de los Reyes, a solo 2km de la ciudad en un paseo por la playa. Era una necrópolis de gran valor histórico y arqueológico, influenciada por la tradición del antiguo Egipto. En realidad no eran tumbas de reyes, sino de aristócratas y altos cargos. El conjunto de tumbas subterráneas empezó a utilizarse en el s. IV a.C.

En el extenso recinto había siete tumbas excavadas, con nichos, columnas y estancia típicas de los periodos romano y helenístico. La más impresionante era la tumba nº5, con un atrio abierto bajo el nivel del suelo, rodeado de 12 columnas. Algunas nos recordaron las iglesias subterráneas de Lalibela en Etiopía. Estaban consideradas Patrimonio de la Humanidad. 



 


Otro de los tesoros arqueológicos más importantes de Chipre era el Arqueologycal Site of Nea Paphos. Considerado Patrimonio de la Humanidad. La ciudad antigua de Pafos databa del s. IV a.C. y los restos abarcaban 2000 años. Fueron desenterrados en 1962 por un agricultor mientras araba, y todavía quedaban partes por excavar. Era un gran recinto junto al mar.

Lo primero que vimos fueron los preciosos mosaicos de las casas romanas. La Casa Aion, tenía una entrada con mosaicos geométricos y 6 paneles representando a Casiopea y Dyonisos con sus ninfas. Aion era el dios del tiempo eterno.


La Casa Theseus era la mansión de un procónsul romano. Tenía escenas mitológicas de Teseo y el Minotauro, el nacimiento de Aquiles y su primer baño, con ánforas.

La Casa Orpheus tenía mosaicos de Hércules con el león Nemea y una amazona con su caballo. La joya de la corona era la Casa Dyonisos, la más grande y con más mosaicos. Representaban el Rapto de Ganimedes (el joven pastor copero de los dioses), por Zeus, transformado en águila. Otros mosaicos eran las Cuatro Estaciones con caras y representaciones antropomórficas, Scylla (el monstruo mitológico con parte de mujer, de pescado y perro, hecho con mosaicos redondos), Fedra e Hipólito con su perro, Narciso, un pavo real, escenas de caza con un tigre…




Los mosaicos formaban bonitas cenefas y dibujos geométricos con formas de triángulos, doble cruz, la estrella de Salomón, incluso una cruz gamada. Todos eran preciosos, muy elaborados y conservaban sus coloridos pigmentos pese al paso del tiempo.



En el mismo recinto arqueológico estaba el Anfiteatro Odeón del s.II a.C, con forma semicircular y muy cerca del Faro blanco de Pafos. Por último vimos la Fortaleza Saranta Kolones, en ruinas por un terremoto en 1922. Fue construida por los lusignanos en el s. XII. Quedaban algunos arcos entre las ruinas.

Tanto las Tumbas de los Reyes como el Sitio Arqueológico con los mosaicos nos gustaron mucho y superaron nuestras expectativas, eran merecidos Patrimonios.





lunes, 31 de octubre de 2016

LA SAMARCANDA DE LA RUTA DE LA SEDA




Samarcanda era la ciudad más mítica de la Ruta de la Seda, una encrucijada entre China, India y Persia, ruta de mercaderes y artesanos. Tenía un pasado de más de 2750 años de historia y era uno de los asentamientos más antiguos de Asia Central, probablemente fundada en el s.V a.C.

Empezamos visitando la famosa Plaza Registán, donde varias parejas de recién casados posaban para sus álbumes familiares. La Plaza estaba formada por tres grandes madrasas o escuelas coránicas. Tenían torres con cúpulas azul turquesa. La decoración de todas las madrasas eran mosaicos con motivos florales, dibujos geométricos y versos coránicos. Una trabajo de auténtica filigrana.




Al este la Madrasa Sher-Dor, conocida como la del león, por las dos figuras de león persiguiendo a dos corderos, que decoraban su puerta de entrada. Aunque más que leones parecían tigres por su piel anaranjada y moteada. Además tenían un rostro de rasgos asiáticos en el lomo. Era extraño porque el islam prohibía la representación de hombres y animales. No encontramos explicación en ninguna guía.



La Madrasa Ulugbek estaba en la parte central. La construyó en el s.XV Ulugbek, que enseñó allí matemáticas, teología, astronomía y filosofía. Las aulas y habitaciones de los estudiantes se habían transformado en bazares de colorida artesanía (sedas, cerámica, gorros y alfombras).



La Madrasa Tilla Kari situada a la izquierda estaba decorada con oro, símbolo del poderío y esplendor de Samarcanda en los tiempos en que fue construida. Impresionaba la cúpula interior y las paredes recubiertas de oro deslumbrante. 

Todas las madrasas tenían patios interiores con árboles que ofrecían sombra, y algún patio o repisa de piedra donde admirar el detalle de los mosaicos y reposar agradablemente (algo que agradecíamos dada la temperatura de 40º. Al atardecer las piedras centenarias se tiñeron de una tonalidad dorada. Salimos del recinto impregnados de historia, belleza y sabor islámico.



© Copyright 2016 Nuria Millet Gallego