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domingo, 21 de mayo de 2023

LA CIUDAD ANTIGUA DE TAINAN

Tainan era la ciudad más antigua de Taiwán. Conservaba sus casas antiguas junto al canal y la cultura tradicional. El Distrito de Anping, donde nos alojamos, era la mayor concentración de templos taoistas y budistas del sur del país. Paseamos por sus estrechos callejones, adornados con plantas.

La Shennong Street era una estrecha calle con comercios originales y teterías con puertas de madera y farolillos de papel. Había pequeñas tiendas de artesanía de telas, plantas creciendo en bulbos de tierra, adornos de gatos. Los gatos eran uno de los animales favoritos en Asia. Había macetas con forma de gato y con cactus imitando la forma de la cola. 


En una pequeña tetería tomamos té Oolong y un pastelito relleno de crema. Recorrimos toda la calle. Los farolillos de papel tenían dibujos y caligrafías, y eran de colores variados. Al fondo de la calle estaba el King of Medicina Temple, cerrado. Junto a él con un enorme y altísimo baniano de 300 años de antigüedad. 



Visitamos el Templo Grand Matsu, con puertas y vigas de madera. Fue el Palacio de un rey de la dinastía Ming. Las puertas tenían pintados guardianes protectores.  Tenía un gran pebetero en el vestíbulo, el altar principal y por el lateral se pasaba a otra sala interior con otro altar menor. 

La gente oraba, ofrecía varillas de incienso y lanzaba unas tablillas de madera al suelo. Según como cayeran se decidía una cosa u otra. El destino en las tablillas. En unos hornos los estudiantes quemaban fajos de papeles amarillos en ofrenda para aprobar los exámenes.





El Templo de Confucio, del s. XVII, rodeado por un muro rojo terracota y con dos grandes puertas de entrada. Tras ellas unos bonitos jardines con distintos pabellones y el edificio principal del templo que llamaban Palacio. Tenía patios con galerías de columnas rojas y vigas de madera en el techo. En los interiores había tablillas de madera con inscripciones verticales, con las enseñanzas de Confucio. El jardín tenía un estanque en forma de semicírculo, con aguas verdosas y percas naranjas. 






El templo más antiguo de la ciudad era el Official God of War, del s. XVII. Dedicado a un general de la dinastía Han, deificado como dios de la guerra. Los fieles quemaban varillas de incienso y tiraban tablillas al suelo.





Tainan tenía un área conocida como los Cinco Canales que, como los dedos de una mano, conducían al Puerto, en el estrecho de Formosa. En el mapa de Google se veía un entramado de franjas estrechas de tierra rodeadas de agua. Paseamos junto a los canales, viendo altos edificios de construcción moderna, en contraste con la parte antigua. Quedaban restos del Fuerte de Anping, construido por los holandeses cuando se establecieron en la ciudad y el Templo de Anping, bastante grande y con un pórtico de entrada.

Nos gustó el edificio del Museo de Literatura Taiwanesa, de arquitectura colonial japonesa. Parecía más un edificio francés con tejado verde de buhardilla y dos cúpulas laterales verdes. En los numerosos restaurantes había mucho ambiente, la gente tomaba sus cuencos con noodles fritos con vegetales, setas y pescados. 



El City God Temple era otro templo taoista. Su arquitectura incluía el pórtico de entrada con una escalera de granito y piedra labrada, y varios halls y habitaciones. Había un gran ábaco sobre la entrada para calcular si se había hecho más bien que mal en la vida. En el salón de las palabras también había tiras de papel rosa de los estudiantes, como ofrenda para aprobar los exámenes, como en otros templos.





La ciudad tenía muchos rincones interesantes y con historia. Los almacenes Hayashi Department Store de ladrillo rojo, inaugurados en 1932 eran un símbolo de la época en que  Taiwán se modernizó. Eran los tiempos en que surgió la electricidad, el teléfono, los vehículos a motor, los aviones, el suministro de agua…todo ello símbolo de la civilización. Y también recibió influencias de la cultura pop con películas, fonógrafos y música de jazz. Fueron tiempos de apertura y modernidad de Taiwán.  Frente a los almacenes estaba el edificio del Land Bank, neoclásico y de estilo griego con ocho enormes columnas.

Por la noche se encendían los farolillos de papel de los callejones. Tainan era una ciudad taiwanesa con mucho encanto.




martes, 28 de febrero de 2023

ASIR Y RIJAL ALMA


El Parque Nacional Asir tenía paisajes espectaculares, con montañas cubiertas de enebros, y varias poblaciones dispersas. Incluía el monte Jebel Soudah, la cima más alta del país, con 2925m por encima del valle de Sarawat. Fue el primero de Arabia Saudí, creado en 1987, y tenía 4.500km2. Se extendía desde el desierto al este hasta el Mar Rojo. Decían que era uno de los últimos refugios del amenazado leopardo de Arabia. Leopardos no vimos, pero sí cientos de papiones.

Los papiones o babuinos estaban en los miradores, a lo largo de la carretera. Los machos eran tremendos, con un largo y espeso pelaje gris claro. Se parecían a los monos de Jigokudani, en las pozas de agua termal en Japón. Estaba prohibido darles de comer, pero la gente que paraba les daban plátanos, galletas y cualquier cosa. Las hembras caminaban llevando sus crías agarradas boca abajo.


El pueblo Al Habala estaba colgado en las montañas y era accesible en teleférico. Antaño solo se podía llegar a través de escaleras de cuerdas (habal), de ahí el nombre. Lo construyó la tribu Khatani hacía más de 370 años, para evitar los ataques otomanos. Estaba formado por casas de arenisca en un saliente 400m por debajo de un acantilado. Vimos las instalaciones del teleférico, que funcionaba a partir de mayo. En el mirador admiramos el paisaje de montañas superpuestas ante nosotros.




Desde Abha a Rijal Alma solo había 30km, pero tardamos casi dos horas en llegar, por la carretera y por las paradas para ver las montañas y los babuinos. Era una carretera de conducción peligrosa, con curvas pronunciadas y un desnivel de 2000m. 

El pueblo Rijal Alma estaba al fondo del valle, con casas por la ladera de la montaña. El pueblo fue fundado en el s.VIII y destacó como una importante parada de las caravanas que conectaban Yemen con el resto de la Península Arábiga y los puertos del Mar Rojo. También fue parada de peregrinos que iba a la Meca. Las tribus de Rijal Alma eran famosas por su fuerza, consiguieron derrotar a las tropas del Imperio Otomano en 1825 y obligaron al sultán a aceptar la independencia de la región de Asir. Con el tiempo Rijal Alma perdió relevancia y sus habitantes se trasladaron a casas modernas, mientras las viviendas tradicionales se desmoronaban poco a poco. Hasta que en 1985 decidieron restaurar el centro histórico del pueblo que lucía en todo su esplendor.





Llegamos a una gran plaza y ante nosotros se extendía la panorámica del pueblo con sus casas de adobe y piedra escalonadas. Las casas tenían puertas y ventanas con marcos ribeteados de blanco, y pintadas de naranja, azul, verde y amarillo. Callejeamos y subimos a varios niveles, con terrazas escalonadas. Las casas tipo fortificación, de cuatro pisos de altura, recordaban la arquitectura tradicional del cercano Yemen, en guerra. El pueblo era pequeño y estaba deshabitado, aunque alrededor había otras casas habitadas. La Mezquita cercana llamó a la oración y vimos como acudían grupos de hombres. No gustó escuchar el canto del muecín en el silencio del valle.


Visitamos el Museo Regional de Asir. Era una casa de cuatro pisos, con puertas y escaleras pintadas de verde. Otras puertas estaban decoradas con motivos geométricos. En las diferentes habitaciones se exhibían joyas de plata, armas, algún traje, libros en atriles, fotos antiguas, teteras y recipientes. Desde su azotea se contemplaba el pueblo y las montañas de alrededor. Rijal Alma tenía mucho encanto, parecía de cuento oriental y no costaba nada imaginarlo en los tiempos de esplendor de las caravanas. La región de Asir fue nuestra última etapa en el viaje por Arabia Saudí, un país muy interesante y sorprendente, lleno de contrastes y belleza.