jueves, 16 de mayo de 2024
ISLAMABAD, LA CAPITAL
sábado, 2 de septiembre de 2023
EL TÚNEL DE LA ESPERANZA
El Túnel de la Esperanza permitió a los bosnios sobrevivir al asedio de 4 años que sufrió la ciudad de Sarajevo. Estaba a 11km y llegamos con el tranvía nº 3 y con taxi. La Guerra empezó en 1992 y el túnel se construyó en 1993. Utilizaron el sótano de una casa en las afueras, de la familia Kolar. Excavaron 800m pasando por debajo del cercano Aeropuerto, para eludir el cerco de los serbios. Permitió transportar comida, medicinas, armas, soldados, heridos y enfermos.
Un cartel recordaba que Sarajevo fue Sede de los Juegos Olímpicos en 1984, y solo ocho años después se desencadenó la guerra y tuvo lugar el asedio. El Cerco de Sarajevo fue uno de los más horribles que tuvieron lugar durante la Guerra de Bosnia. En abril de 1992 el ejército Serbio de la República Sprska se situó en las colinas que rodeaban la ciudad de Sarajevo con equipos de artillería, tanques y morteros, y comenzó a bombardear la ciudad. En mayo los Serbios bloquearon todas las carreteras de acceso, cortaron los suministros básicos de agua, electricidad y gas. Los Bosnios no se rindieron y el asedio se prolongó hasta febrero de 1996, casi 4 años!
Durante ese tiempo
los Serbios destruyeron multitud de edificios, entre ellos hospitales,
colegios, bloques de pisos, mezquitas, recintos deportivos, museos y la
Biblioteca Nacional con su histórica colección de libros. Dejaron la ciudad en
ruinas. Además, la población civil se convirtió en un objetivo más. Centenares
de personas fueron abatidas por francotiradores desplegados en la zona ocupada
por los Serbios, en la llamada “Sniper Alley”, Avenida de los Francotiradores.
Todo se juzgó como Crímenes de Guerra y se condenó a los principales culpables.
Luego visitamos en Sarajevo el Museo de los Crímenes de Guerra y del Genocidio. Ofrecía mucha información a través de testimonios en paneles, fotos, objetos y vídeos. Había jerseys o chaquetas usadas por sus dueños durante los 4 años del asedio, historias de los hospitales y de los ataques y bombardeos a escuelas con niños fallecidos y heridos. En una vitrina se mostraban los alimentos que recibía una familia de cuatro miembros, como una cartilla de racionamiento: 30 huevos, sal, azúcar, aceite, latas de sardinas y poco más. Hubo mucha hambruna.
Mostraban relojes, botas, diarios, radios, instrumental quirúrgico, etc. Había testimonios de niños que decían mirar al cielo para conseguir los paquetes de ayuda de la ONU, que lanzaban con paracaídas. Y mil detalles más, todo tremendo. Había un teléfono que podías descolgar en una salita, y alguien te explicaba su historia. Impresionante y emocionante. Para que no se perdiera la memoria. Eso ponía en las escaleras de acceso al museo, que no se perdiera la memoria, no olvidar las atrocidades que se cometieron, como la matanza de Sbrenica. “Memory remains”, la Memoria permanece…o debería permanecer.
jueves, 18 de mayo de 2023
LU DAO (GREEN ISLAND)
En el Puerto de Taitun cogimos un catamarán grande hasta la isla volcánica Lu Dao, conocida como Green Island. Había oleaje en el Océano Pacífico y el barco cabalgaba las olas, fue un trayecto de 50 minutos.
Green Island hacía
honor a su nombre, era muy verde y montañosa. Se veía desde lejos el
promontorio de la isla sobre la superficie del mar. El pueblo no nos
gustó, una calle principal de edificios bajos, con restaurantes y
supermercados; lo bonito era el entorno. Había cientos de scooters alineados y
trajes de neopreno para el buceo, preparados para alquilar a los turistas
chinos y taiwaneses; occidentales no vimos.
La isla tenía solo 19km de perímetro. Llegamos al atardecer y fuimos a ver el Faro, de un blanco impoluto, entre el verdor del entorno. Cerca había una playa que formaba una laguna circular de aguas calmas. Sólo había una persona bañándose, y algunas parejas sentadas en la arena. También nos sentamos en la arena, ante la laguna, con el faro de vigía.
Al día siguiente
amaneció despejado y con cielo azul. La isla lucía en todo su esplendor.
Nuestro plan era rodear toda la isla caminando por la carretera panorámica que
bordeaba la costa. Primero vimos la cercana Playa Dabaisha, una media
luna con arena blanca. Era uno de los puntos de buceo de la isla.
A una hora de
distancia del pueblo estaban las Zhaori Hot Springs. Eran varias pozas
circulares de agua termal, junto a la playa y las verdes montañas. Era una
de las tres únicas fuentes termales de agua marina del mundo, una
peculiaridad. Las pozas exteriores estaban más templadas, y en un pabellón
había una piscina con agua más caliente y duchas para masajear la espalda. La
temperatura oscilaba entre 53º y 83º, aunque no nos pareció tan caliente. Fue
muy agradable bañarse en las pozas y en aquel entorno.
Seguimos caminando por la carretera con poco tráfico que bordeaba la costa. El mar tenía un color azul intenso, y el fuerte viento formaba olas de blancas crestas espumosas. Vimos la Confucio Rock, un pináculo oscuro de roca volcánica, bastante picudo, que decían recordaba la figura de Confucio. Pasamos por Youzhi Lake, el primer asentamiento de la isla. Quedaba restos de algunas casas de piedra.
Otro punto del camino fue la pequeña cueva Guanyin. Primero se traspasaba una puerta oriental de tres arcos, con columnas y tejadillo, y se descendían los escalones de piedra hasta la cueva. El interior tenía ofrendas de flores y varitas de incienso. La cueva tenía un río subterráneo, que quedaba en la oscuridad. Descansamos en una cafetería junto a la cueva.
La última parada fue el Parque Memorial del Terror Blanco, un campo de trabajo donde en el pasado internaban a los disidentes políticos. Les obligaban a realizar trabajos forzados y los “reeducaban”. Era un recinto enorme, con barracones y un Museo de los Derechos Humanos. Vimos fotos antiguas de la colonia penal, de los prisioneros y los que fallecieron, de las celdas donde vivían, las celdas de castillo y aislamiento. Fue un periodo histórico duro durante la ley marcial de Taiwán.
En contraste con tanto sufrimiento, el campo estaba ubicado frente a un paisaje de una belleza especial. Una playa rocosa y de arena blanca, bordeada por hierba y con tres pináculos oscuros, junto al mar. Una maravilla natural.
De la zona de piedras, los prisioneros extrajeron roca coralina para construir el muro de la prisión-campo de trabajo, de 1,5km de perímetro. Nos impresionó la belleza y el dolor que simultáneamente transmitía el lugar. Al día siguiente regresamos a Taiwán con el recuerdo de todo lo que vimos en aquella pequeña isla.