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viernes, 18 de julio de 2025

UN DÍA EN HAMBURGO



La ciudad alemana de Hamburgo, situada a orillas del río Elba, fue destruida casi por completo durante la II Guerra Mundial. La calle Deichstrasse conserva fachadas restauradas de estilo neerlandés y construidas entre los s. XVI-XIX, en el canal Nikolaifleet. En el centro histórico destaca el Hauptbanhofe (Ayuntamiento), de 1897. Un impresionante edificio de estilo neorenacentista con tejados verdes y una torre central de 112m de altura. Adornan la fachada unas veinte estatuas de piedra de emperadores germanos. Podía visitarse, pero cuando fuimos estaba cerrado al público por algún evento.


Junto al Ayuntamiento estás las galerías comerciales Alster Arcade, bordeando el río Alster. Leímos que su fachada  de arcos blancos recordaba la arquitectura palaciega veneciana. En el interior tenía techos decorados, joyerías, tiendas lujosas y terrazas bajo los arcos.
 



La Iglesia de San Nicolás de estilo neogótico fue el edificio más alto del mundo entre 1874 y 1876, con su torre que alcanzaba los 147m. Pero fue bombardeada y en la restauracíón dejaron gran parte de las ruinas visibles como monumento conmemorativo. En la torre construyeron un ascensor panorámico de cristal, en el que pudimos subir y contemplar las vistas de la ciudad.

En la cripta vimos una exposición sobre los bombardeos, la destrucción y la crueldad de la guerra, con fotos antiguas y algunos objetos como botellas de vidrio o cucharas fundidas.




La bonita Iglesia de San Miguel es la iglesia barroca más importante del norte de Alemania, con una alta torre de 132m y el reloj de campanario más grande del país.


Kunsthalle, uno de los museos de arte más importante de Alemania. Exhibe obras europeas desde la Edad Media a obras contemporáneas, con cuadros de Rubens, Rembrandt, Munch o Picasso.



Callejeamos por el distrito portuario llamado Hafen City en el área de Speicherstadt, una antigua zona de descarga de barcos y almacenamiento, con edificios de ladrillo rojo. Aunque Hamburgo no tiene mar, el río Elba, los canales y lagos artificiales la convirtieron en una ciudad marinera. Era la zona de almacenes con pilotes de madera más grande del mundo, por lo que fue declarada Patrimonio de la Humanidad.  






El Alter Elbtunel es un túnel bajo el río Elba, situado a 25m de profundidad. Bajamos con uno de los varios ascensores y recorrimos el túnel hasta la otra orilla del río. La gran obra de construcción hidráulica se inauguró en 1911, y resultaba impresionante atravesarlo pensando en el peso del caudal de agua sobre nuestras cabezas. En la orilla cerca de la entrada del túnel había una Torre del Reloj.




Dos edificios singulares son la Filarmónica de Elba, junto al río, y el Chilehaus. La Filarmónica es un ejemplo de arquitectura moderna con fachada de cristal con remate de fantasía. El día estaba gris y el edificio no lucía tanto ni se reflejaba en el río, pero resultaba bastante original.


El Chilehaus es ejemplo del movimiento arquitectónico alemán conocido como "expresionismo en ladrilo", declarado Patrimonio de la Humanidad junto con los barrios Speicherstadt y Kontorhaus. Es un edificio de 10 plantas construido entre 1922 y 1924, con un diseño que recuerda la proa de un barco.


Un rincón precioso de Hamburgo es el callejón Krameramtswoohnungen, rebautizado como Grocer's Apartments. Conserva las casas tradicionales del s. XVII donde vivieron los antiguos comerciantes y se respira tranquilidad. 



Las terrazas de cafeterías y restaurantes ofrecen un agradable descanso al paseante y son lugares acogedores.



Al atardecer fuimos al Barrio St. Pauli, uno de los barrios rojos más famosos y grandes de Europa. La calle Reeperbahn es la más conocida, allí estaba el Teatro St. Pauli.  Había tiendas de ropa y objetos eróticos. Leímos que el barrio se había transformado en los últimos años y por él paseábamos visitantes curiosos y variopintos. La Plaza Hans-Albers-Plat es coqueta y tiene terrazas y restaurantes con ambiente más nocturno. Hamburgo nos pareció una ciudad con rincones interesantes, y una buena base para visitar otros lugares.



martes, 8 de abril de 2025

EL CANAL NYHAVN



Dinamarca está en la Península de Jutlandia y en el territorio de 443 islas en el Mar Báltico. Solo 79 islas están habitadas. Copenhague está en la isla de Selandia, y es su capital.

El Canal Nyhvan o "Puerto Nuevo" fue construido en el s. XVII, como entrada a la ciudad por el mar Báltico para los comerciantes. Durante muchos años fue habitado por marineros y prostitutas. Los tiempos modernos habían dejado paso a las terrazas de bares y restaurantes. Estaba flanqueado por casas coloridas, de tejadillos rojos, con buhardillas y chimeneas.



Disfrutamos paseando por el muelle del canal, viendo los antiguos edificios del s. XVIII  y los  barcos de madera atracados, de altos mástiles. Algunos edificios fueron sede de compañías navieras, y leímos que en el n°20 vivió Hans Christian Andersen.

Cogimos un barco por los canales, en un trayecto de una hora. Pasamos por edificios como la Ópera, la Bolsa, la Biblioteca o el llamado Diamante Negro, de mármol negro y cristal. 




Pasamos por varios puentes de piedra de poca altura, en los que había que agachar la cabeza y se podía tocar el techo de bóveda de sus arcos. 





Casi al final del recorrido en barco vimos la famosa Sirenita, emblema de la ciudad. La vimos de espaldas, sentada sobre la roca, y luego regresamos por tierra para verla mejor. Era una escultura de bronce no muy grande, de 1 metro de altura, creada por el escultor Eriksen a principios del s. XX por encargo de los Jacobsen, la familia propietaria de la fábrica de cerveza Carslberg. Estaba inspirada en un cuento de Hans Christian Andersen. 


EL CENTRO HISTÓRICO DE COPENHAGUE



Copenhague es una ciudad con mucho encanto, con palacios, castillos, calles adoquinadas y casas de fachadas de colores. El centro histórico tiene edificios antiguos con tejados inclinados, buhardillas y chimeneas. Entre las casas asomaban cúpulas verdes, torres y picos de las iglesias. 



El mar Báltico se adentra en la ciudad a través de varios canales con barcos atracados y puentes de piedra. El más famoso es el Canal Nyhanv. Fuimos en abril y aunque hacía frío, con temperaturas entre 12º y 4º, el sol era potente, los cielos azul intenso, y los daneses paseaban, hacían deporte al aire libre y llenaban las terrazas de bares y restaurantes.




En la plaza del Ayuntamiento (Radhuspladsen) había una fuente central con un dragón de bronce. El edificio del Ayuntamiento era de 1905, de ladrillo rojizo con una alta torre con el Reloj Mundial de Jens Olsen. El Ayuntamiento tenía una estatua de Absalón, el obispo guerrero al que se atribuía la fundación de la ciudad. Alrededor había otros edificios históricos de arquitectura notable y grandes dimensiones.




 
Por la ciudad se veían muchas bicicletas, los daneses solían desplazarse en ellas a pesar del frío, y los parkings de bicis estaban repletos, sobre todo el aparcamiento delante de la Estación Central de Tren y Metro.





La Glyptoteca era un museo de arte, de bonita fachada con arcos y una cúpula central. Copenhague tenía numerosos museos, además de los museos de los Palacios Christianborg, Rosenborg, Amalianborg y Frederiksborg.


Callejeamos por las bonitas plazas como la Kongens Nytorv y la calle Stroget, la calle peatonal más larga de Europa, con comercios, cafés y restaurantes.



Iglesia de Marmol, de estructura redonda y con una gran cúpula verde con adornos dorados. Por detrás estaba el Palacio de Christiansborg, que describo en otro artículo dedicado a los palacios.
La Torre Redonda (Rundeturn) se construyó en el s. XVII como observatorio astronómico. adosada a la Iglesia de la Trinidad. Tenia una rampa ascendente en forma de caracol, que daba siete vueltas hasta la parte alta. Subimos para contemplar las vistas del casco antiguo.




Más alejado estaba el Kastillet, era la antigua Ciudadela, utilizada como parque. Llegamos caminando por jardines con sauces llorones y almendros en flor. Cruzamos el foso por un puente. En el interior estaban las casas rojas de los militares, una iglesia y un molino. Había zonas de acceso limitado, pero se podía pasear disfrutando del paisaje. El molino de viento, de estilo holandés con grandes aspas, destacaba en una pradera verde.

Acabamos cenando en el acogedor Det Lille Apotek. Probamos tres tipos de arengue marinado con pan de centeno y tartaleta de hojaldre con pollo, espárragos, bacon y gratinada. Una delicia. Y al día siguiente nos esperaban muchos más atractivos de Copenhague, como el barrio de Christianía, los Jardines Tívoli, sus palacios renacentistas, museos y otros bonitos rincones...