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miércoles, 14 de febrero de 2024

EL OASIS DE TERJIT

Una de las primeras etapas en el viaje por Mauritania fue el oasis de Terjit. Llegamos desde Atar, a solo 45km, en un trayecto de una hora en transporte público, en las furgonetas de 14 plazas.

El oasis estaba ubicado en lo que llamaban un wadi, el cauce seco de un río, y encajado entre imponentes montañas de arenisca. Tenía manantiales naturales y su palmeral ofrecía sombra fresca. Durante siglos las caravanas que viajaban por la ruta transahariana lo utilizaban como lugar de descanso. 


Nos alojamos en el Chez Jemal, un campamento con las mejores vistas del valle y sus montañas. Tenía varias tiendas entre palmeras, y una pequeña piscina, tipo balsa, donde nos refrescamos del calor del día, con temperatura de 38°. El baño fue una delicia.


Tras el baño fuimos a caminar por el oasis. Entramos por un sendero sombreado entre altas palmeras. Se oía el rumor del agua. De la roca brotaba un manantial que desembocaba en varias pozas. Nos bañamos en ellas, aunque tenían poca agua.



En la pared rocosa el agua había formado gruesas estalactitas que goteaban sin cesar. Nos instalamos en las colchonetas de una jaima junto al manantial. Allí reposamos, escribimos, sesteamos, y tomamos dátiles y té al estilo mauritano, azucarado y con menta. Fue una delicia el día en el oasis 


domingo, 19 de noviembre de 2023

SAO VICENTE, MINDELO

Mindelo es la capital de la Isla Sao Vicente y la capital cultural de Cabo Verde. La capital oficial del país es Praia, en la isla de Santiago. A Mindelo la definían como cosmopolita, festiva y artística. Está ubicada en la bonita Bahía de Porto Grande. Su Puerto, adornado por los mástiles, está protegido por las montañas como Monte Cara (llamada así porque parece el perfil de un hombre tumbado), Monte Vigía o Morro Blanco. 



Conserva casas coloniales, de dos o tres plantas, con balconadas y algún porche, pintadas de amarillo, naranja, azul, rosado o verde. Uno de los edificios que más nos gustó fue el Café Royal, de fachada color salmón, con balcones de hierro forjado y balaustradas de piedra blanca.




Hay plazas arboladas donde los caboverdianos juegan a cartas. En la Praça Dom Luis un gran mural homenajeaba a la cantante Cesárea Evora, que nació en Mindelo. En otra de las plazas, Praça Nova había un bonito kiosko bar, cerrado cuando fuimos.



Uno de los edificios más destacados era el Palacio del Povo (Palacio del Pueblo), de fachada rosada, que fue el palacio del gobernador y hoy era un museo, cerrado temporalmente  
Nos gustó el Liceo Velho, pintado de amarillo. Los estudiantes charlaban en el patio. Tenía una gran bola del mundo delante de la fachada. Otros edificios eran la Cámara Municipal, cerca de la Iglesia Nossa Senhora de Luz.
        

El Mercado de Peixe, junto a la playa, es interesante y pintoresco. Los pescadores traen sus capturas y allí mismo se limpia, raspando las escamas, y se trocea el pescado. Se ven grandes atunes, garoupas (mero), sardinas y otros pescados de color anaranjado.







Junto al mercado hay una réplica de la Torre de Belem de Lisboa, de tres pisos y ventanas arqueadas. En el interior había un pequeño museo con una exposición y documental sobre los barcos naufragados en Cabo Verde, por los fuertes vientos y oleaje de la zona. Había barcos británicos, portugueses, franceses y un galeón español.



El Mercado Municipal tiene dos pisos y vende frutas hortalizas y algo de artesanía. Venden papaya, mangos, aguacates, grandes calabazas alargadas, piñas, calabacines, plátanos, mandioca...Hay otros mercados de hortalizas o el Mercado Africano con artesanía de Senegal y Nigeria: coloridas telas, cestería, cuadros...



Mindelo también fue la cuna de la cantante caboverdiana Cesárea Evora, la reina de la morna, un género musical local con influencias del fado portugués. Su recuerdo está muy vivo. Visitamos su casa museo, muy modesta, con algunas fotos y vestidos de la artista, una guitarra y un rincón con bebida y su cenicero. 
La música está muy presente en la ciudad, todos los restaurantes ofrecen música en vivo, y en los parques vimos gente bailando. En el Café Royal el cantante y guitarrista Justino Evora rendía homenaje a la artista. Y por la noche en la Praça Dom Luis, encontramos un cine al aire libre que proyectaba la película "El testamento del senhor Nepomuceno", basada en la novela de Silva Araujo, y con actuación de Cesárea. Javier leyó la novela en Barcelona. Nos gustó ver la película allí.


Desde Mindelo hicimos excusiones a otras partes de la isla Sao Vicente: Calhau, Praia Grande y Bahia das Gatas. Fue la última isla que visitamos. Disfrutamos del viaje a Cabo Verde.

domingo, 14 de mayo de 2023

EL GEOPARQUE YEHLIU



El Geoparque Yehliu estaba a solo 33km de Taipei, la capital de Taiwán. Fuimos en autobús al pueblo de Yehliu, junto al mar. El Puerto tenía barcos con faroles colgantes, y pasamos junto a un gran templo incrustado en la ladera rocosa. Seguimos por un camino boscoso hasta llegar al mar y a un promontorio de vegetación verde.

El Parque tenía formaciones geológicas muy peculiares, resultado de miles de años de erosión en las montañas Datun. La tierra y parte de las rocas eran de tonos ocres, un color amarillo anaranjado, con la parte superior más oscura. Algunas rocas tenían forma de champiñones gigantes, otras de panal de miel con sus celdillas, de velas encendidas y hasta una con forma de zapato de hada, según decían, que parecía una chancleta. 


La roca más emblemática era la llamada “Cabeza de la Reina”, que parecía una esfinge con su largo cuello. Estuvimos curioseando entre las formaciones rocosas junto al mar. El paisaje de los alrededores era bonito, cerca había un faro. El día estaba nublado pero se filtraban algunos rayos de sol y había una luz especial que lo teñía todo de anaranjado.



Las rocas que más nos gustaron eran las de forma de champiñón, variadas en formas y tamaños, más grandes que una persona. Otras tenían oquedades curiosas y jugamos a asomar la cabeza para hacernos fotos. Hacia la salida vimos la Roca Elefante y la Roca Leopardo.


En el suelo había fósiles en forma de erizo estrellado. Varios puentes cruzaban las paredes de los acantilados, con paredes de roca veteada y con vegetación verde alrededor. Un paisaje espectacular y especial.

 






 

martes, 28 de febrero de 2023

ASIR Y RIJAL ALMA


El Parque Nacional Asir tenía paisajes espectaculares, con montañas cubiertas de enebros, y varias poblaciones dispersas. Incluía el monte Jebel Soudah, la cima más alta del país, con 2925m por encima del valle de Sarawat. Fue el primero de Arabia Saudí, creado en 1987, y tenía 4.500km2. Se extendía desde el desierto al este hasta el Mar Rojo. Decían que era uno de los últimos refugios del amenazado leopardo de Arabia. Leopardos no vimos, pero sí cientos de papiones.

Los papiones o babuinos estaban en los miradores, a lo largo de la carretera. Los machos eran tremendos, con un largo y espeso pelaje gris claro. Se parecían a los monos de Jigokudani, en las pozas de agua termal en Japón. Estaba prohibido darles de comer, pero la gente que paraba les daban plátanos, galletas y cualquier cosa. Las hembras caminaban llevando sus crías agarradas boca abajo.


El pueblo Al Habala estaba colgado en las montañas y era accesible en teleférico. Antaño solo se podía llegar a través de escaleras de cuerdas (habal), de ahí el nombre. Lo construyó la tribu Khatani hacía más de 370 años, para evitar los ataques otomanos. Estaba formado por casas de arenisca en un saliente 400m por debajo de un acantilado. Vimos las instalaciones del teleférico, que funcionaba a partir de mayo. En el mirador admiramos el paisaje de montañas superpuestas ante nosotros.




Desde Abha a Rijal Alma solo había 30km, pero tardamos casi dos horas en llegar, por la carretera y por las paradas para ver las montañas y los babuinos. Era una carretera de conducción peligrosa, con curvas pronunciadas y un desnivel de 2000m. 

El pueblo Rijal Alma estaba al fondo del valle, con casas por la ladera de la montaña. El pueblo fue fundado en el s.VIII y destacó como una importante parada de las caravanas que conectaban Yemen con el resto de la Península Arábiga y los puertos del Mar Rojo. También fue parada de peregrinos que iba a la Meca. Las tribus de Rijal Alma eran famosas por su fuerza, consiguieron derrotar a las tropas del Imperio Otomano en 1825 y obligaron al sultán a aceptar la independencia de la región de Asir. Con el tiempo Rijal Alma perdió relevancia y sus habitantes se trasladaron a casas modernas, mientras las viviendas tradicionales se desmoronaban poco a poco. Hasta que en 1985 decidieron restaurar el centro histórico del pueblo que lucía en todo su esplendor.





Llegamos a una gran plaza y ante nosotros se extendía la panorámica del pueblo con sus casas de adobe y piedra escalonadas. Las casas tenían puertas y ventanas con marcos ribeteados de blanco, y pintadas de naranja, azul, verde y amarillo. Callejeamos y subimos a varios niveles, con terrazas escalonadas. Las casas tipo fortificación, de cuatro pisos de altura, recordaban la arquitectura tradicional del cercano Yemen, en guerra. El pueblo era pequeño y estaba deshabitado, aunque alrededor había otras casas habitadas. La Mezquita cercana llamó a la oración y vimos como acudían grupos de hombres. No gustó escuchar el canto del muecín en el silencio del valle.


Visitamos el Museo Regional de Asir. Era una casa de cuatro pisos, con puertas y escaleras pintadas de verde. Otras puertas estaban decoradas con motivos geométricos. En las diferentes habitaciones se exhibían joyas de plata, armas, algún traje, libros en atriles, fotos antiguas, teteras y recipientes. Desde su azotea se contemplaba el pueblo y las montañas de alrededor. Rijal Alma tenía mucho encanto, parecía de cuento oriental y no costaba nada imaginarlo en los tiempos de esplendor de las caravanas. La región de Asir fue nuestra última etapa en el viaje por Arabia Saudí, un país muy interesante y sorprendente, lleno de contrastes y belleza.