viernes, 26 de mayo de 2023

LA ALDEA JIUFEN

 

En Taichung cogimos el Tren de Alta Velocidad (HSR), queríamos probar la experiencia como hicimos en Japón. El morro del tren tenía forma de pato con el pico naranja. La verdad es que iba más suave que otros trenes, apenas se notaba el movimiento ni la velocidad. La velocidad que alcanzó fue de 277km/h, indicada en las pantallas, y tardó 50 minutos en llegar a Taipei. Allí enlazamos con otro tren a Keelung y un bus hasta Jiufen.


Jiufen era una pequeña aldea de montaña frente al mar de China Oriental. Ubicada al noroeste de Taiwán, fue una antigua ciudad minera de oro, y se transformó en aldea turística famosa por sus delicias gastronómicas. Sus casas se dispersaban por la ladera, tenía estrechos callejones, casas de té y numerosos puestos de comida. Decían que la película japonesa de Anime ”El viaje de Chihiro”, estaba inspirada en las calles de Jiufen.



La Old Street era su calle principal, con un montón de escalones de subida. Estaba adornada por farolillos rojos a ambos lados, por lo que se conocía como el “camino de los faroles”. La subida era empinada, pero en los laterales tenía calles planas para recorrer la ladera. A ambos lados había varios miradores con vistas de la aldea en la ladera y el mar de fondo, con una isla en medio. En uno de los extremos había un Templo Budista con sus tejadillos rojos y naranjas. Un bonito paisaje.

La Amei Teahouse fue la primera tetería de madera y ladrillo, con 100 años de antigüedad. El interior era bonito y acogedor, con muebles antiguos y una colección de teteras y cuencos de té. Incluso tenía un pequeño estanque en la planta baja.

Callejeamos y curioseamos la multitud de tiendas de comida: carnes en pinchos y en sopas, pollo, setas en tempura (el rebozado asiático), gambas, calamares y pulpo, bolas de taro o de calamar, galletas, dulces tipo mochi japonés (blanditos y con relleno), dulces con pasta de fríjoles, etc. Probamos las bolas de calamar en pincho (tipo croqueta redonda) y las bolas de taro (el tubérculo nutritivo).



Cenamos en un restaurante de la parte alta de la montaña, con vistas de la aldea iluminada. Pedimos pollo guisado con verduras en salsa de vino y noodles fritos con gambas. Delicioso. Por la noche quedó poca gente y los faroles rojos lucían más encendidos.






martes, 23 de mayo de 2023

EL LAGO DEL SOL Y DE LA LUNA

El Lago del Sol y de la Luna estaba situado en el centro de la isla de Taiwán, a 762m sobre el nivel del mar. Tenía un perímetro de 29km y era la superficie de agua más grande de Taiwán, también una de las más bonitas. Sus aguas verdosas reflejaban las montañas que lo rodeaban. 


Cogimos un barco desde Shuishe al Puerto de Itashao, donde nos alojamos en un hotel tipo cabaña. Paseamos por el camino costero, una pasarela de madera entre verde vegetación. Había muelles flotantes con barcos de pescadores amarrados y vimos algunos pescadores de caña. Después acababa el sendero y seguimos por la carretera, con muy poco tráfico. Hasta la carretera era bonita, desbordante de vegetación: helechos gigantes, juncos altísimos y árboles con lianas.



Visitamos el Xuan Zang Temple, con una gran puerta blanca con dos elefantes de piedra. Albergaba reliquias y estaba dedicado al dios Mono. Otro sendero nos llevó hasta la Pagoda Ci’en en una colina. Tenía ocho niveles con plantas octogonales. Desde arriba ofrecía magníficas vistas del lago. El Templo Wenwu estaba al otro lado del lago.





Otro día cogimos el Funicular, que ascendía un trayecto de 1,9km por la montaña en diez minutos. La subida era impresionante y ofrecía vistas del lago y de la montaña espectaculares. En la cima estaba la Formosa Aborigen Village, un museo al aire libre de las casas tradicionales taiwanesas. Eran casas de maderas de distintas formas, con tejados de cañizo y graneros. En el interior tenían la cocina con sus utensilios y calderos, la leñera y las camas de hombres y mujeres, simples esteras en bancos de madera. Las casas se adornaban con mandíbulas disecadas de ganado, una curiosidad.




En la aldea había un museo etnográfico grande muy interesante con trajes tradicionales, textiles, armas, joyas y objetos cotidianos diversos. El recinto de la aldea era enorme, se extendía por la ladera del monte entre senderos bordeados por palmeras y vegetación. Regresamos al lago al atardecer con el último funicular.



domingo, 21 de mayo de 2023

LA CIUDAD ANTIGUA DE TAINAN

Tainan era la ciudad más antigua de Taiwán. Conservaba sus casas antiguas junto al canal y la cultura tradicional. El Distrito de Anping, donde nos alojamos, era la mayor concentración de templos taoistas y budistas del sur del país. Paseamos por sus estrechos callejones, adornados con plantas.

La Shennong Street era una estrecha calle con comercios originales y teterías con puertas de madera y farolillos de papel. Había pequeñas tiendas de artesanía de telas, plantas creciendo en bulbos de tierra, adornos de gatos. Los gatos eran uno de los animales favoritos en Asia. Había macetas con forma de gato y con cactus imitando la forma de la cola. 


En una pequeña tetería tomamos té Oolong y un pastelito relleno de crema. Recorrimos toda la calle. Los farolillos de papel tenían dibujos y caligrafías, y eran de colores variados. Al fondo de la calle estaba el King of Medicina Temple, cerrado. Junto a él con un enorme y altísimo baniano de 300 años de antigüedad. 



Visitamos el Templo Grand Matsu, con puertas y vigas de madera. Fue el Palacio de un rey de la dinastía Ming. Las puertas tenían pintados guardianes protectores.  Tenía un gran pebetero en el vestíbulo, el altar principal y por el lateral se pasaba a otra sala interior con otro altar menor. 

La gente oraba, ofrecía varillas de incienso y lanzaba unas tablillas de madera al suelo. Según como cayeran se decidía una cosa u otra. El destino en las tablillas. En unos hornos los estudiantes quemaban fajos de papeles amarillos en ofrenda para aprobar los exámenes.





El Templo de Confucio, del s. XVII, rodeado por un muro rojo terracota y con dos grandes puertas de entrada. Tras ellas unos bonitos jardines con distintos pabellones y el edificio principal del templo que llamaban Palacio. Tenía patios con galerías de columnas rojas y vigas de madera en el techo. En los interiores había tablillas de madera con inscripciones verticales, con las enseñanzas de Confucio. El jardín tenía un estanque en forma de semicírculo, con aguas verdosas y percas naranjas. 






El templo más antiguo de la ciudad era el Official God of War, del s. XVII. Dedicado a un general de la dinastía Han, deificado como dios de la guerra. Los fieles quemaban varillas de incienso y tiraban tablillas al suelo.





Tainan tenía un área conocida como los Cinco Canales que, como los dedos de una mano, conducían al Puerto, en el estrecho de Formosa. En el mapa de Google se veía un entramado de franjas estrechas de tierra rodeadas de agua. Paseamos junto a los canales, viendo altos edificios de construcción moderna, en contraste con la parte antigua. Quedaban restos del Fuerte de Anping, construido por los holandeses cuando se establecieron en la ciudad y el Templo de Anping, bastante grande y con un pórtico de entrada.

Nos gustó el edificio del Museo de Literatura Taiwanesa, de arquitectura colonial japonesa. Parecía más un edificio francés con tejado verde de buhardilla y dos cúpulas laterales verdes. En los numerosos restaurantes había mucho ambiente, la gente tomaba sus cuencos con noodles fritos con vegetales, setas y pescados. 



El City God Temple era otro templo taoista. Su arquitectura incluía el pórtico de entrada con una escalera de granito y piedra labrada, y varios halls y habitaciones. Había un gran ábaco sobre la entrada para calcular si se había hecho más bien que mal en la vida. En el salón de las palabras también había tiras de papel rosa de los estudiantes, como ofrenda para aprobar los exámenes, como en otros templos.





La ciudad tenía muchos rincones interesantes y con historia. Los almacenes Hayashi Department Store de ladrillo rojo, inaugurados en 1932 eran un símbolo de la época en que  Taiwán se modernizó. Eran los tiempos en que surgió la electricidad, el teléfono, los vehículos a motor, los aviones, el suministro de agua…todo ello símbolo de la civilización. Y también recibió influencias de la cultura pop con películas, fonógrafos y música de jazz. Fueron tiempos de apertura y modernidad de Taiwán.  Frente a los almacenes estaba el edificio del Land Bank, neoclásico y de estilo griego con ocho enormes columnas.

Por la noche se encendían los farolillos de papel de los callejones. Tainan era una ciudad taiwanesa con mucho encanto.