Colonia Sacramento es
una pequeña joya de Uruguay. Está a una hora de ferry (Buquebús) desde Buenos
Aires, y a dos horas de autobús de Montevideo, desde donde llegamos nosotros.
Es una ciudad colonial con casas de estilo portugués y español y calles
adoquinadas. Y es un Patrimonio de la Humanidad merecido. Las calles estaban
arboladas con sicomoros y por todas partes había buganvillas trepando por los
muros, hortensias y otras flores. Las casas eran de planta baja con rejas de
hierro forjado y muros blancos, rosa intenso o amarillos. Todas las calles
desembocaban en el agua, ya que Colonia está ubicada en la confluencia de los
ríos Uruguay y río de La Plata.
Alguien tuvo la
ocurrencia de aprovechar los viejos coches en desuso como original decoración
de sus calles. Se veían Chevrolets, Rolls, Fords, Volkswagen y otros modelos de
coches americanos antiguos. La pequeña ciudad parecía preparada para el rodaje
de una película de época.
En uno de los autos habían
dejado crecer flores, que asomaban por el techo y las ventanillas. Otro tenía
un pez como conductor. Y en el interior de otro de ellos se podía cenar a la
luz de las velas. ¿A quién no le apetecería una cenita en un lugar tan especial?
Una muestra de la creatividad y originalidad de los uruguayos.
© Copyright 2015 Nuria Millet Gallego