En el viaje por Costa de Marfil cruzamos un puente
colgante de lianas evocador de aventuras africanas. Para llegar atravesamos
varias aldeas con casas de adobe entre plataneros y caminos de tierra roja, con
montones de niños jugando por los alrededores. Desde Man partimos hacia a Danane,
a 65km. y luego a Vatuo. Allí estaba
el puente sobre el río Cavaly. El
río arrastraba aguas lodosas color café con leche.
Las gruesas lianas
estaban sujetas a dos grandes árboles de nudosas raíces que se aferraban a la
tierra de la orilla. Las lianas eran rígidas y formaban un entramado de red
sobre el río. Pasaban mujeres cargando palanganas sobre la cabeza, y algún niño
llevando a sus espaldas un enorme racimo de plátanos. El puente formaba un
estrecho paso central, con espacio mínimo para colocar la planta del pie. Todos
iban descalzos, y nos dijeron que era tradicional descalzarse para cruzarlo. Oscilaba
menos de lo que podía imaginarse, pero nosotros tuvimos que sujetarnos a los
laterales del puente para mantener el equilibrio.
Las gruesas lianas
estaban sujetas a dos grandes árboles de nudosas raíces que se aferraban a la
tierra de la orilla. Las lianas eran rígidas y formaban un entramado de red
sobre el río. Pasaban mujeres cargando palanganas sobre la cabeza, y algún niño
llevando a sus espaldas un enorme racimo de plátanos. El puente formaba un
estrecho paso central, con espacio mínimo para colocar la planta del pie. Todos
iban descalzos, y nos dijeron que era tradicional descalzarse para cruzarlo. Oscilaba
menos de lo que podía imaginarse, pero nosotros tuvimos que sujetarnos a los
laterales del puente para mantener el equilibrio.
Luego fuimos al bosque tropical sagrado Saigne, habitado por
numerosos monos. Había varios bosques sagrados por todo el país. Les ofrecimos a
los simios bananas cortadas, y desde las ramas bajas las cogían de nuestra
mano. Estuvieron un rato jugado con nosotros hasta que se saciaron de comer
bananas y treparon a las ramas altas. Fue un día relajado y estupendo en el
viaje por Costa de Marfil.
© Copyright 2019
Nuria Millet Gallego
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