Una etapa del viaje por Serbia fue Bajina Basta, una pequeña población a orillas del río Drina. Era una
buena base para visitar el Parque Nacional Tara y el Monasterio de
Raca. Bajina Basta también era conocida por la Casa en el río Drina,
una cabaña de pescadores, sobre un roca aislada en medio del río. Fue
construida en 1968 y las aguas del río la arrastraron en varias ocasiones, pero
la gente siempre la devolvía a la roca. Las vistas de los alrededores eran
preciosas con el agua verde y muy calmada reflejando como un espejo la
vegetación de las orillas. Había una plataforma con mirador y un pequeño muelle
con barcas.
El Monasterio
de Rača estaba a solo 7,5km de Bajina Basta. Fue fundado a finales del
s.XIII por el rey serbio Stefan Dragutin. Tenía un cuerpo central, la Iglesia, una
torre y las habitaciones de los monjes alrededor. En él se enterraban las
personalidades más destacadas y sus 300 monjes-escribas copiaban y traducían las
principales obras literarias de la época. Durante la II Guerra Mundial, el
monasterio de Rača albergó el Evangelio de Miroslav, un manuscrito del s.XII
que vimos en el Museo Nacional de Belgrado.
Entramos en la
Iglesia con un elaborado iconostasio y muros cubiertos de coloridos frescos. Vimos
un monje ortodoxo con larga barba blanca y vestido con túnica negra. En el
exterior el jardín estaba muy cuidado y con flores. Se respiraba tranquilidad.
Desde Bajina Basta
(Serbia) navegamos el río Drina hasta la población de Visegrad, en Bosnia.
Embarcamos en el Sidro Grizzly Floating Restaurant, en el Lago Perurac, a 16km
de Bajina Basta. Dos policías dentro del barco nos pidieron los pasaportes y
los sellaron, ya que íbamos a cruzar la frontera fluvial.
El Lago Perurac
era artificial, fue creado en 1966 por la construcción de una presa en el
río Drina, para alimentar una planta hidroeléctrica. Se convirtió en uno de los
lugares favoritos de los visitantes del Parque Nacional Tara. Al zarpar
vimos alineadas en la ribera numerosas casas flotantes de madera, con barcas de
recreo.
El río Drina tenía 346km de longitud y formaba uno de los cañones más profundos del mundo, con alturas superiores a los 1000m. Era la frontera natural entre Serbia y Bosnia. El paisaje era espectacular. Las verdes montañas se reflejaban en las aguas calmadas.
En la parte más estrecha el cañón tendría unos 30m. Algunas
barcas pequeñas navegaban y en las orillas se veían patos y pescadores de caña.
El primer tramo navegamos por el Lago Perurac, luego nos metimos por el cañón
unas dos horas, y el pasaje se abrió al acercarnos a Visegrad.
Antes de llegar pasamos por el Memorial Stari Brod, dedicado a los más de 6000 serbios y bosnios que fueron masacrados por fuerzas de la Utasha, el grupo fascista que gobernó Croacia con apoyo de Hitler, en 1942. El Memorial fue inaugurado en 2008, era un grupo de esculturas medio sumergidas en el agua, junto a una Iglesia y un Museo. Era un homenaje original y sentido. Ahora había paz y la belleza ganaba la batalla.
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