Desde Copenhague cogimos el tren para ir a Malmö, en Suecia. Estaba a solo 41km y llegamos en media hora. Fue una excursión corta de medio día. Cruzamos la frontera entre Dinamarca y Suecia por el Puente Oresand, de 4km, sobre el Mar Báltico. Las pantallas del tren indicaban a los pasajeros que tuvieran a mano el Pasaporte, pero nadie pasó para controlar.
Al salir de la estación encontramos un edificio de ladrillo rojo tipo castillo, con torreón rematado por un capirote negro. Cruzamos un canal y vimos en la orilla la World Maritime University, un bonito edificio con torre. Debía ser agradable estudiar allí.
Fuimos a ver el Castillo de Malmö del s.XVIII y estilo renacentista. Era de ladrillo rojo, con bastiones laterales pintados de rojo terracota y un foso con agua Lo construyó Cristian III. Se utilizó como prisión y en la actualidad albergaba el Museo de Historia.
Malmö es la tercera ciudad más grande de Suecia, tras Estocolmo y Gotemburg. Junto al Castillo estaba el Kungsparken y Slottsparken, con arboleda, flores y césped, muy agradable. Era domingo y los suecos más madrugadores también paseaban y hacían footing; algunos remaban en kayak en los canales. En el parque había un molino de viento de madera oscura con grandes aspas.
Callejeamos por el centro histórico, de calles adoquinadas. La calle de JaKob Nilsgatan con casas de colores del s. XVIII era muy bonita y pintoresca. La arquitectura de otras calles peatonales como la calle Södergatan, llena de restaurantes y tiendas, también nos gustó.
En la Plaza Stortoget estaba el Ayuntamiento (Malmö Radhus), de fachada roja, con un reloj central. Alrededor había otros edificios nobles. Uno de ellos era el hotel Scandic Kramer, de fachada blanca y dos torreones con capirotes negros, casi palaciego.
La Iglesia de San Pedro del s. XVI y estilo gótico. Su torre del campanario con reloj tenia 105m de altura. En el interior nos gustaron los frescos en paredes y techos, de tonos suaves.
Un edificio moderno emblemático de Malmö era la Turning Torso, el rascacielos más alto, junto al barrio residencial European Village. Una torre blanca de estructura retorcida construida por Santiago Calatrava, un capricho arquitectónico.
Lo que no vimos es la Ljuset pa, una gran lámpara de 5,8m de altura, que colocan en plazas y va cambiando de ubicación. En Navidad iluminaba la Plaza Lilla Torg. Era una escultura móvil, una curiosidad. Otra vez será. Era la hora de coger nuestro tren a Copenhague y nos despedimos de la bonita Malmö.