China era uno de mis grandes
viajes míticos. Estuve cinco semanas en 1994 y luego regresé en 2010. Quiero recordar aquí algunos momentos de
aquel viaje.
Estando por el sur, encontramos
una moto de la II Guerra Mundial con sidecar, conducida por una mujer china.
Con ella fuimos a un pueblecito llamado Baisha. Allí conocimos al famoso doctor
Ho Shi-Xiu, que tenía una clínica de poético nombre: “Clínica de Medicina
Natural de las Montañas del Dragón de Jade de Lijiang”. Nos ofreció un té
especiado y picante muy bueno, hecho de hierbas que él mismo recogía, y nos
enseñó su casa-clínica llena de hierbas medicinales.
Tenía artículos que habían
publicado sobre él en varios países, y un libro donde los visitantes anotaban
sus impresiones. Hojeando el libro encontramos la anotación de unos amigos que
habían estado allí dos años antes. Nosotros también elogiamos la hospitalidad y
amabilidad del doctor Ho y la belleza del lugar.
Fuera de la clínica pudimos ver
como aplicaban ventosas en zonas del cuerpo, otro procedimiento de la medicina
china. Era una aplicación mediante el vacío de vasos para mejorar y favorecer
la circulación energética y sanguínea y obtener un efecto terapéutico.
Contemplamos como obtenían el vacío con la ayuda de fuego para consumir el
oxígeno dentro del recipiente..
Lo más curioso es que este
procedimiento terapeútico se realizaba en plena calle, con el paciente sentado
en un pequeño banco. La China no dejaba de sorprendernos.
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Copyright 2010 Nuria Millet Gallego