Para llegar a Mompox
desde Cartagena de Indias utilizamos tres transportes: bus, barca y taxi
colectivo. El bus de la compañía Expreso Brasilia nos llevó de Cartagena a
Magangué en cuatro horas de trayecto. En Magangué cogimos una embarcación
por el río Magdalena. Las orillas se veían verdes con palmeras y
arbolado con hojarasca, pero se notaba que el interior estaba deforestado para
crear pastos para el ganado vacuno. En la zona había bastante ganado vacuno. El trayecto fue corto,
desde Magangué a Bodega. En Bodega cogimos un taxi con otros dos pasajeros,
un orfebre y su hijo. Tardamos una hora en llegar.
Santa Cruz de Mompox,
que abrevian Mompox, fue fundado en el s.XVI por Alonso de Heredia, el hermano de Pedro de Heredia, fundador de Cartagena. No se podía
negar que los dos hermanos tenían muy buen gusto. La primera impresión fue la del tiempo detenido y una
tranquilidad infinita. Había poca gente por la calle y hacía un calor tórrido. Era una ciudad histórica y Patrimonio Mundial. Tenía arquitectura colonial con balcones, ventanas con rejas, faroles,
adornos de escayola y porches con arcos en calles y plazas.
En la plaza un equipo
filmaba la película “La Casica” y había un despliegue de camiones, focos y
material de rodaje. Hablamos con unas chicas que llevaban mantilla y
participaban como extras.
Cenamos en una de las plazas, bajo los arcos. Pedimos chuzo (pincho) de pollo adobado y salchipapas. Mientras, en la iglesia abierta el cura daba un sermón entre cánticos, y de repente se oyó el cumpleaños feliz y aplausos dentro de la iglesia. La celebración no estaba reñida con la devoción. Se encendieron los faroles y la gente salió a pasear y tomar el fresco. Mompox conservaba el encanto de tiempos pasados.