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jueves, 23 de mayo de 2024

LA CARRETERA KARAKORUM

En el viaje por Pakistán recorrimos la mítica carretera Karakorum, abreviada KKH ( Karakorum Highway). Fue un proyecto conjunto entre el gobierno de Pakistán y el de China. Su construcción duró 20 años y costó la vida a numerosos trabajadores que murieron por caídas y deslizamientos de tierras. Se inauguró oficialmente en agosto de 1982 en su tramo por Pakistán y en 1986 en el de China. Unía las ciudades de Kashgar en China con Islamabad. 

Su recorrido de 1200km, 400km de ellos en territorio chino, seguían parte de la antigua Ruta de la Seda. Atravesaba la zona de Cachemira, en eterna disputa entre la India y Pakistán, por lo que era un punto de vital importancia estratégica y militar. 

Nos cruzamos con los llamativos y coloridos camiones pakistanís, repletos de adornos de todo tipo y cascabeles colgantes. No quedaba un centímetro de chapa sin pintar. Sobre la cabina tenían una especie de visera con más adornos.



Nosotros recorrimos toda la parte pakistaní en varios tramos, con paisajes preciosos. Desde Karimabad fuimos al Lago Attabad, encajado entre montañas. La superficie del agua tenía un color entre azulado y verde mate.


La carretera seguía el curso del río Indo, con aguas lodosas que formaban meandros. atravesando el Valle de Hunza, con paisajes espectaculares. Pasamos por varios puentes colgantes, como el Puente Husseini, con tablones de madera separados entre sí por más de 20cm. Estaba considerado uno de los más peligrosos del mundo, cruzarlo con la vibración de los pasos, el viento y viendo la turbulenta corriente del río era un riesgo. El entorno de montañas áridas era precioso.

Otro punto destacado del trayecto era Passu, unas montañas picudas, con picos a diferentes niveles. Muy peculiares e impresionantes.

En el Paso Khunjerab a 4800m de altitud la temperatura descendió bastante. Había nieve en los márgenes de carretera y hielo acumulado. Por aquella zona había cabras montesas de cuernos retorcidos llamadas markhor, que eran el símbolo de Gilgit.

Llegamos hasta la Frontera china, marcada por una gran puerta con las banderas de Pakistán y China. Había un grupo de soldados presentando armas ante una comitiva de chinos.

La carretera tenía buen asfalto, pero vimos algún desprendimiento de rocas de las laderas. Como atravesaba valles era bastante recta, tenía menos curvas de lo que esperábamos.  

En otro tramo paramos en el Mirador del Rakaposhi, la cumbre más alta con 7.778m de altura. Era una mole con nieve brillante al sol, destacaba entre las montañas áridas de alrededor. Un arroyuelo discurría por la zona del mirador, cruzado por un pequeño puente de madera. 

Días después hicimos el trayecto de Gilgit a Islamabad, con lo que desde la frontera china recorrimos los 800km de carretera Karakorum en el tramo pakistaní. El tramo chino hasta Kashgar tal vez en otro viaje... 

domingo, 19 de abril de 2015

EL ENCANTO DE MOMPOX

Para llegar a Mompox desde Cartagena de Indias utilizamos tres transportes: bus, barca y taxi colectivo. El bus de la compañía Expreso Brasilia nos llevó de Cartagena a Magangué en cuatro horas de trayecto. En Magangué cogimos una embarcación por el río Magdalena. Las orillas se veían verdes con palmeras y arbolado con hojarasca, pero se notaba que el interior estaba deforestado para crear pastos para el ganado vacuno. En la zona había bastante ganado vacuno. El trayecto fue corto, desde Magangué a Bodega. En Bodega cogimos un taxi con otros dos pasajeros, un orfebre y su hijo. Tardamos una hora en llegar.

Santa Cruz de Mompox, que abrevian Mompox, fue fundado en el s.XVI por Alonso de Heredia, el hermano de Pedro de Heredia, fundador de Cartagena. No se podía negar que los dos hermanos tenían muy buen gusto. La primera impresión fue la del tiempo detenido y una tranquilidad infinita. Había poca gente por la calle y hacía un calor tórrido. Era una ciudad histórica y Patrimonio Mundial. Tenía arquitectura colonial con balcones, ventanas con rejas, faroles, adornos de escayola y porches con arcos en calles y plazas. 




La población estaba formada básicamente tres calles paralelas: la Albarrada, la Calle Real de en medio y la Calle Nueva. Empezamos el paseo por la calle Albarrada, paralela al río Magdalena. A través del río y del Dique pasaban todas las mercancías de Cartagena al interior de la colonia, lo que convirtió a Mompox en un importante puerto y núcleo mercantil. La ciudad prosperó, acuñó monedas para la colonia y se hizo famosa por sus orfebres, como el que habíamos conocido. Las aguas del río bajaban tranquilas. 



Nuestro rincón favorito fue el Portal de la Marquesa, una casona noble con grandes portalones, ventanas con rejas y un bonito porche con columnas pintadas de cuatro colores: rojo, amarillo, marrón y verde. 




Llegamos a una plaza con arcos amarillos y la bonita Iglesia de Santa Bárbara. En otra plaza la iglesia era rojo terracota y blanca, Las plantas y flores adornaban las fachadas y las casas tenían bonitos patios interiores. Nos fijamos en los detalles: tejadillos de tejas sobre las ventanas, picaportes de cobre de las puertas en forma de lagartijas o leones.




En la plaza un equipo filmaba la película “La Casica” y había un despliegue de camiones, focos y material de rodaje. Hablamos con unas chicas que llevaban mantilla y participaban como extras.

Cenamos en una de las plazas, bajo los arcos. Pedimos chuzo (pincho) de pollo adobado y salchipapas. Mientras, en la iglesia abierta el cura daba un sermón entre cánticos, y de repente se oyó el cumpleaños feliz y aplausos dentro de la iglesia. La celebración no estaba reñida con la devoción. Se encendieron los faroles y la gente salió a pasear y tomar el fresco. Mompox conservaba el encanto de tiempos pasados.