Desde Jeonju fuimos en bus a Jinan, y allí
cogimos un taxi hasta el Parque
Maisan. Era boscoso y muy agradable
para caminar con pasarelas de madera y escaleras. Llegamos a un lago rodeado de
macizos de flores rojas. Tenía un kiosko acristalado que ofrecía servicio de
bar, y barcas en forma de cisne.
En el Parque Maisan estaba el curioso Templo Tap Sa. Tenía 80 pináculos de piedras apiladas por el místico budista Yi Kapmyong, que vivió entre 1860 y 1957. Los altos pináculos salpicaban la montaña formando un conjunto bastante surrealista. Sus diferentes niveles estaban comunicados por escalones de piedra, con templos y Budas alrededor. El Budismo es la segunda religión que se profesa en Corea del Sur, después del cristianismo. Los devotos coreanos peregrinaban en el laberinto de pináculos y hacían sus ofrendas. Un bonito entorno y un lugar especial.
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