En nuestro viaje por China encontramos estas coloridas sillas de mimbre transportadoras de bebés. No eran muy ergonómicas, pero los niños parecían sentirse a gusto trasladándose en las espaldas de sus madres o abuelas.
Este era el equipo de incendios en épocas antiguas.
Palas y cubos para el agua, para combatir el fuego, colocados con una cuidada
simetría. Los encontramos en una de las casas museo, propiedad de un mercader
rico, de la ciudad de Pingyao, que
era Patrimonio de la Humanidad.
El Estadio Olímpico de Beijing (Pekin), conocido como El Nido por su estructura de entramado
metálico de acero, que recuerda esa forma. Los recién casados se hacían fotos
ante el estadio.
Una destilería de vinos y licor de arroz,
con grandes tinajas de cerámica esmaltada con caracteres chinos. Encontramos
muchas de ellas, esta es de la ciudad de Fenghuang.
Y para terminar, la sonrisa de las tejas milenarias de la
ciudad de Xian, la de los guerreros de piedra. ¿Por qué sonreirán? Tal vez
puedan ser un símbolo de la nueva China.
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Millet Gallego