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miércoles, 8 de febrero de 2017

EL NIÑO DE DJIBOUTI Y EL BIDÓN OXIDADO



Paseando por el tranquilo muelle de Tadjoura vimos un niño asomado a un bidón oxidado. Estaba encaramado en una tabla y parecía distraído contemplando el interior. Nos acercamos con curiosidad por saber el contenido del bidón y vimos dos crías pequeñas de cabras. Una negra y la otra blanca. El pueblo estaba repleto de cabras que campaban a sus anchas por las calles y en la playa. 




El niño miraba como las dos cabritillas saltaban e intentaban subir por las paredes del bidón. Y cuando llegaban a su altura las acariciaba. Estuvimos un rato viendo sus juegos. Cuando el observador se sintió observado nos ofreció la mejor de sus sonrisas. El sol del atardecer bañó Tadjoura de una bonita luz dorada, pero la mirada brillante y la sonrisa del niño del bidón sería uno de nuestros mejores recuerdos de aquel pueblo costero de Djibouti.




© Copyright 2017 Nuria Millet Gallego

domingo, 31 de octubre de 2010

CURIOSIDADES CHINAS



 
En nuestro viaje por China encontramos estas coloridas sillas de mimbre transportadoras de bebés. No eran muy ergonómicas, pero los niños parecían sentirse a gusto trasladándose en las espaldas de sus madres o abuelas.
 




Este era el equipo de incendios en épocas antiguas. Palas y cubos para el agua, para combatir el fuego, colocados con una cuidada simetría. Los encontramos en una de las casas museo, propiedad de un mercader rico, de la ciudad de Pingyao, que era Patrimonio de la Humanidad.

 

El Estadio Olímpico de Beijing (Pekin), conocido como El Nido por su estructura de entramado metálico de acero, que recuerda esa forma. Los recién casados se hacían fotos ante el estadio.



Una destilería de vinos y licor de arroz, con grandes tinajas de cerámica esmaltada con caracteres chinos. Encontramos muchas de ellas, esta es de la ciudad de Fenghuang.
 
 
 
Y para terminar, la sonrisa de las tejas milenarias de la ciudad de Xian, la de los guerreros de piedra. ¿Por qué sonreirán? Tal vez puedan ser un símbolo de la nueva China.
© Copyright 2010 Nuria Millet Gallego