Shimkent,
como otras ciudades de Asia Central, tenía amplias avenidas con arboleda y
comercios con caracteres cirílicos. Lo que más nos gustó de la ciudad fueron sus
Bazares. Los puestos más vistosos eran los de panes redondos horneados
con grabados, frutos secos y cereales. También vendían las bolas de queso salado,
carnes y frutas. Cerca estaba la sección de alfombras orientales.
Desde Shimkent,
fuimos al pueblo de Zhabagly para visitar la Reserva Natural Akhu-Zhabagly.
En la oficina hicieron fotocopia de los pasaportes y pagamos la entrada y
la guía. La guía era una mujer con ropa y calzado urbano, que no sabía una
palabra de inglés, armada con un cazamariposas. Debíamos componer una bonita
estampa los tres. Hizo amago de atrapar un pájaro con el cazamariposas y luego
lo abandonó en una caseta.
Caminamos por una estepa pajiza y ventosa con las montañas en frente, hasta una de las entradas de la Reserva. Luego fuimos por un sendero entre manzanos, paralelo al río. En el suelo había pequeñas manzanas verdes. Atravesamos el riachuelo dos veces por puentes de troncos de madera. A tramos hizo sol y otros estaba sombreado, pero hacía calor. No era un sendero dificultoso y caminamos unas tres horas y media en total. El paisaje tampoco era espectacular, pero fue un paseo agradable.