A las siete de la mañana partimos de Neilspruit rumbo al Blyde River Canyon. Primero paramos en las cataratas Long Creck, de 68m de caída. Luego vimos las cataratas Lisbon, de menos altura, con dos chorros principales.
El Blyde River
Canyon nos impresionó. Tenía 35km de longitud, siguiendo la escarpadura
de las montañas Drakensberg. El río Blyde se veía diminuto abajo, serpenteando
entre las paredes rocosas rojizas. Leímos que Blyde significaba
"alegre" o "feliz" en holandés antiguo. Caminamos por
la parte alta del Cañón, al borde del acantilado.
Desde el mirador
se veían los llamados Three Rondavels, enormes cilindros de roca con forma
de las casas africanas. La palabra rondavel era lenguaje afrikáner y tenía su
origen en la disposición circular de los carromatos de los boers o trekkers holandeses
para defenderse.
El cañón formaba
parte de la Reserva Natural del Cañón del Río Blyde, con especies de peces, antílopes, hipopótamos,
cocodrilos y diversidad de aves como buitres, águilas y halcones.
Luego fuimos al Bourke’s
Luck Potholos, un lugar extraño y hermoso, donde confluían los ríos Blyde y
Treur. Su nombre tenía origen en el buscador de oro Tom Bourke, quien encontró
una veta en la zona. La erosión de los remolinos de agua había excavado agujeros en la garganta de arenisca rojiza, y las formaciones
rocosas era curiosas. Un lugar realmente especial.
Seguimos la
llamada Ruta Panorama hacia la población de Graskop. Paramos en el mirador
llamado God’s Window, pero una niebla densa cubría el valle. La “Ventana de
Dios· estaba cerrada, así que no tuvimos vistas, pero vimos el arco iris,
paseamos por los caminos y contemplamos el paisaje de bosque húmedos tropical
con musgo y plantas de flores rojas.
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