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lunes, 2 de septiembre de 2024

DESIERTO NAMIB Y P.N. IONA



Desde Namibe fuimos al Desierto de Namib. En el trayecto vimos la planta Wellwitchia Mírabilis, que tenía largas hojas y raíces de hasta 7m de profundidad. También la vimos en Namibia. Estaba seca por la temporada.

Alquilamos un Toyota con Betuca, un simpático guía. Se metió por las dunas y bajó por una duna alta con un ángulo casi vertical.

Llegamos al Parque Nacional Iona, pagamos la entrada y nos registramos. Era un Parque de dunas junto al Atlantico. Recorrimos la zona costera, no el interior del parque.

Encontramos miles de aves negras acumuladas en una duna, hasta el punto de que parecía arena oscura. Al aproximarnos volaron en desbandada hacia el mar. Eran cientos y miles. Espectacular.






Pasamos por la Iglesia de los Navegantes, construida por los pescadores. Era un paraje aislado. Encontramos dos chicos mellizos sentados sobre el Monumento a los Navegantes. El Océano Atlántico tenía un color verdoso cerca del acantilado de piedra dorada. Desde arriba vimos algunas barcas pescando. 


Bandadas de aves en el Parque Nacional Iona

sábado, 24 de agosto de 2024

PEDRAS NEGRAS Y BAOBABS


Desde las Cataratas de Calándula fuimos a ver las Pedras Negras de Pungo Andongo. Eran unas formaciones rocosas redondeadas. Tenian un signoficado mitológico y en la zona se habían refugiado los pueblos del norte de Angola.





Hicimos noche en el pueblo jardín de N'Dalantando y regresamos a Luanda. El tramo de carretera entre N'Dalantando y Catete estaba repleto de baobabs a ambos lados de la carretera. Un auténtico bosque de baobabs, había cientos y cientos de ellos.

Algunos baobabs tenían los troncos rechonchos en forma de botella, y otros eran estilizados. Las ramificaciones de sus copas extendían sus ramas retorcidas al cielo, y de ellas colgaban los frutos que parecían murciélagos. Entre los baobabs había pequeñas cabañas. Recordaremos esos baobabs de la ruta por Angola.





viernes, 23 de agosto de 2024

CATARATAS DE KALÁNDULA

Las Cataratas Kalándula son las segundas cataratas más grandes de África, después de las Cataratas Victoria en Zimbabwe, con una altura de 105m y anchura de 400m. Las formaba el río Lucala y arrastraban mucho caudal de agua, y eso que las vimos en la temporada seca que va de junio a septiembre.

Las cascadas formaban remolinos de espuma blanca y vapor de agua. Estaban rodeadas de verde vegetación. Las vimos desde dos lugares. Desde  la Pousada de Calándula pagamos el acceso de 500 kwanzas (0,5€). Tenian una vista privilegiada del frontal de las cataratas. Todo el entorno era muy frondoso. Unas vistas espectaculares.


La Pousada tenia una piscina infinity desde la que podías ver las cascadas, un lujo. Tenia dos tipos de alojamiento. El mas económico eran las coquetas tiendas instaladas alrededor de la piscina. Nosotros nos alojamos en el pueblo de Calándula, en el Hotel Numina. 


El otro punto para verlas era el Mirador, cercano al pueblo de Calándula. Se veían más cerca que desde la Pousada, y se oía el estruendo de la caída.

Desde el Mirador bajamos caminando hasta el pie de las cataratas para contemplarlas en todo su esplendor y desde diferentes ángulos. Tardamos unos veinticinco minutos en bajar por un terreno rocoso y húmedo. La fuerza y cercanía de las cataratas nos empapó con las miles de microgotas de la caída. Unas cataratas impresionantes, para recordar.


domingo, 26 de mayo de 2024

LA PRADERA DE LAS HADAS

Este es uno de los paisajes de Pakistán que nos enamoró, Fairy Meadows, la Pradera de las Hadas, a 3300m de altitud. La pradera de color verde esmeralda estaba rodeada por la Cordillera Himalaya pakistaní, un circo de montañas nevadas, entre ellas el Nanga Parbat de 8.126m. 

Había un arroyuelo y un pequeño lago natural donde se reflejaban las montañas nevadas. Cuando llegamos había alguna nubecilla envolviendo las cimas, pero al día siguiente desaparecieron y las montañas se recortaban sobre el cielo azul.


Para llegar aquí fuimos desde Gilgit en coche por la carretera Karakorum hasta el Puente Raikot. Allí cogimos un jeep, que era la única manera de seguir subiendo. La pista era pedregosa, estrecha y con precipicios. Cuando nos cruzamos con otro jeep en sentido contrario parecía imposible que pasaran los dos. Más de un "Ay!" solté. Nos cruzamos con otro jeep con un pakistaní en cuclillas sobre el parachoques delantero!. Un equilibrio difícil, con los botes del trayecto y el precipicio cercano. Fueron dos horas de ascensión.



Después había que continuar a pie por un camino ascendente. Subían burros cargados con alforjas y fardos con provisiones para los hoteles. Pobres burros. También subían caballos que podían alquilarse para hacer el camino sin cansarse. Lo más sorprendente que vimos fue un hombre cargando tres colchones a la espalda! Y nos adelantó.



Después de casi tres horas de ascensión llegamos a Fairy Meadows. Nos alojamos en el Oasis Huts, en un coqueto bungalow octogonal, con porche con vistas. 

Caminamos por la pradera, con algunas vacas y bonitos caballos. Apenas había turismo, y el poco que había era local, pakistaní. Fuimos a un mirador a ver las montañas nevadas, de una nieve deslumbrante y cremosa, hssta que se ocultó el sol tras las montañas. 



Por la noche la temperatura descendió a unos 4°, calculamos porque no teníamos internet. Después de una rica cena, encendieron una hoguera y nos calentamos mientras charlamos con otros pakistanís que hacían turismo local. Era un paisaje impresionante, imposible de olvidar

sábado, 18 de mayo de 2024

SKARDU

Llegamos a Skardu en un avión de la compañía PIA (Pakistán International Airlines). Al despegar de Islamabad una voz grave rezó por megafonía en el nombre de Alá, para proteger el vuelo. El vuelo fue espectacular sobre las montañas nevadas de la Cordillera Himalaya, entre ellas el Nanga Parbat de 8.12 m y el K2 de 8.611 m de altura.

Skardu estaba en la provincia Gilgit-Baltistan, a 2500m de altitud. Era la base de muchos montañeros para alcanzar el K2. El paisaje era himalayo, con bosques rodeados de montañas y lagos. 

Primero fuimos al Lago Shangrila, de nombre evocador. Estaba rodeado de montañas con cumbres nevadas que se reflejaban en la superficie del agua. En las orillas había una Pagoda de tejados rojos y pequeñas casas del Resort Shangrila. Caminamos alrededor del lago y tomamos algo en la cafetería con vistas. Había barcas de remo para navegar. Era un paisaje bonito, pero demasiado urbanizado.


Después fuimos al Lago Kachura, un poco más salvaje, aunque también turístico. Caminamos por el bosque hasta llegar al lago. Había algún puesto de venta de miel y frutos secos. Dimos un paseo en barca y rodeamos el lago contemplando las montañas con cumbres nevadas y las laderas con bosques cayendo hacia el lago.


El tercer lugar que visitamos fue la Manthal Buda Rock. Una gran roca amarillenta con un relieve de Buda del s. IX, representativo de la era de oro del Budismo en el Valle del Indo. El Buda meditaba y estaba rodeado por pequeños Bohisatvas y dos Maitreyas (Budas del futuro) erguidos a ambos lados.