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viernes, 12 de septiembre de 2025

P.N.BELOVEZSHKAYA



En Brest cogimos una Marshrutka, las furgonetas colectivas, para visitar el Parque Nacional Belovezskaya. El parque es Patrimonio de la Humanidad.

Se puede hacer senderismo o coger bicicletas. Nosotros nos apuntamos a una excursión por el parque con un bus que sale a las 11h (hay otra salida a las 14h). Atravesamos bosques de pinos y robles. Caminamos por un sendero y vemos un roble de 550 años, 2m de diámetro y 31m de altura.


El parque se inauguró en 1932, aunque fue un coto de caza de zares, príncipes y secretarios del Partido Comunista. Vimos un tramo del antiguo Camino Real. 

Paramos en otro punto del parque con un Museo al aire libre con casas tradicionales. Son cabañas de madera y en el interior hay dormitorios con cunas colgantes, la cocina, sala de caza con una piel de lobo y de oso, un telar y coloridos textiles. En otra cabaña hay una pequeña destilería con alambiques de cobre. Nos ofrecen un chupito de licor fortísimo y una pan de centeno con tocino. 





Al final de la excursión visitamos el "zoo", un recinto con varias especies de animales enjaulados: ciervos, osos, lobos, jabalís, águilas,  caballos y bisontes.  El espacio de los osos y los lobos es muy reducido y da pena verlos. 

Los bisontes son los únicos ejemplares europeos que se conservan en el continente, y son los que más interés teníamos por ver. Tienen un recinto más grande con vallas. Vimos una familia de seis ejemplares. El más grande era impresionante, con sus cuernos y su joroba. 




domingo, 7 de septiembre de 2025

GOMEL, LA BIELORRUSIA ORIENTAL

Llegamos en tren a Gomel desde Minsk. El tren era de estilo soviético, con compartimentos con literas y literas en el pasillo. Y con una encargada por vagón. Nos recordó los trenes de la Ruta del Transiberiano.



Gomel es la segunda ciudad más importante de Bielorrusia. Está en la orilla derecha del río Sozh, cerca de la frontera con Ucrania y de la central Nuclear de Chernobil. Y es una ciudad interesante por sus propios atractivos.

La calle principal Sovietskaya tiene bonitos edificios clásicos con adornos de estucado en la fachada, pintados de colores crema, rosados y verde claro.


La calle desemboca en la plaza Lenina con una estatua de Lenin y con el edificio del Teatro de Arte Dramático. La ciudad conserva los antiguos trolebuses.

Visitamos la Iglesia de San Pedro y San Pablo, de fachada amarilla con un jardín lleno de flores. Los fieles encendían velas y rezaban. Detrás están las Capillas-tumbas de la familis Paskovich, los nobles locales. Las capillas son un torreón de ladrillo rojizo con mosaicos, rematado pot un pináculo y cinco cúpulas doradas. Una construcción de estilo ruso, preciosa y original.


Visitamos el impresionante Palacio Rumyantsev-Paskovich, de fachada amarilla y blanca, con columnas. Un auténtico lujo digno de zares. Salas con columnas, estatuas, frisos, grandes lámparas, suelos en madera tallada, vidrieras, etc. Había salas de reuniones, de música con un piano blanco, despacho, biblioteca, comedor y galerías con plantas.




El terreno fue donado al conde Rumyantsev por la emperatriz Catalina II. A finales del s. XVIII se completó el Palacio en estilo neoclásico. En 1934 fue comprado por Paskovich y lo reconstruyó. Además de ser riquísimos, el conde y su mujer se dedicaron a labores de filantropía y construyeron una escuela, farmacia y hospital.

Cerca está el Invernadero del Parque, creado sobre el invernadero de Paskovich. Ocupó el taller de una fabrica de azúcar. La estructura acristalada tiene varias especies subtropicales. 


Subimos los 200 escalones de la Torre de Observacion de 40m, que fue la chimenea de la antigua fábrica de azúcar. Ofrecía buenas vistas del Parque boscoso, el Palacio y el río Sozh.


Seguimos paseando por el parque y bajamos al río. Cogimos un barco por el río Sozh, un trayecto corto de 40 minutos. Pasamos bajo el puente del ferrocarril y desde el barco vimos la Torre de Observación. Las orillas están muy verdes y fue muy relajante.



Había ambiente festivo en la ciudad, con muchas familias paseando por la calle y por el Parque durante el día y por la noche. En la Plaza Lenina había música y merenderos, y en otros rincones del bosque tocaban grupos de música y la gente bailaba animadamente. Supimos que celebraban el 80 aniversario de la Victoria en la II Guerra Mundial.

Gomel fue una agradable sorpresa en la ruta por Bielorrusia y nuestra etapa final.



lunes, 26 de mayo de 2025

LA FIESTA EN LA ALDEA


El tranquilo pueblo de Jana Soh conservaba casas de madera de dos pisos, con tejados de pizarra. Alrededor de las casas había pajares y campos cultivados. Por las ventanas se asomaban mujeres y niños. 

En la plaza del pueblo encontramos una celebración con danzas. Un grupo de 12 bailarines con un señor que hacía de animador y un poco de teatrillo, provocando las risas de los espectadores  especialmente los niños.




Todos iban ataviados con coloridos trajes, y las mujeres se adornaban con pañuelos rojos en la cabeza y joyas de plata. Los hombres llevaban gorros de lana con cenefas bordadas Unas vestimentas festivas, de pueblos de montaña.

         


             

Algunas bailarinas eran señoras muy mayores y arrugaditas, que se movían con suavidad. Entre los espectadores también había gente anciana, disfrutando del espectáculo. 


         

Al acabar la función nos hicimos fotos con todos y ellos nos hicieron fotos a nosotros, los únicos espectadores occidentales. Fue un regalo encontrar aquella celebración.



Luego seguimos paseando por la aldea y encontramos a dos mujeres acarreando a la espalda pesados sacos con leña y forraje. Un duro trabajo.




           

Nos despedimos de aquella encantadora aldea y fuimos a ver las cercadas Cascadas de Jana. Llevaban poco caudal de agua, pero el entorno verde y boscoso era bonito. Lo curioso es que habían instalado al pie de la cascada unas mesas donde comía una familia, con los pies en el agua. Una comida refrescante.