Durante la Edad Media Brujas fue una de las ciudades más
prósperas de Europa, por el comercio
a través de su red de canales. Era conocida como la “Venecia del Norte” por los
canales que la atraviesan, comunicados por viejos puentes de piedra. Los
edificios tradicionales tenían forma triangular escalonada con tejadillos rojos,
muchos fueron la sede de los antiguos gremios.
Hacia 1500 entró en
declive y cayó en el olvido durante cuatro siglos. Se conservó como una pequeña
ciudad medieval cuya pobreza aliviaban hospicios, instituciones caritativas y
una industria que elaboraba encajes.
Reflejos
diurnos. Los edificios y sus chimeneas se reflejan en las
aguas tranquilas, entre las agujas góticas de los campanarios y los estilizados
cisnes del llamado Lago del Amor.
Y reflejos nocturnos en la fría oscuridad invernal.
A finales del s. XIX la ciudad empezó a restaurarse y renació llena de fantasía, misterio y belleza. Desde el año 2000 es Patrimonio de la Humanidad. Podría considerarse una metáfora de los tiempos presentes. La Vieja Europa ha alternado sus periodos de riqueza y penurias, de esplendor y decadencia. Y siempre que las guerras y la mano del hombre no la destruyan, renacerá y será un reducto de belleza.
© Copyright 2014 Nuria Millet Gallego