Viajando por Siria durante un trayecto de autobús desde Alepo
a Deir-el-Zur conocimos a un profesor de francés la Universidad de Alepo
que nos dejó huella. En la parada del bus nos invitó a café con dátiles, y al
llegar al destino nos invitó a una espléndida cena a orillas del mítico río Eúfrates en la que compartimos
conversación, impresiones y una forma de ver la vida.
Atravesamos un puente colgante de unos 400 metros
sobre el río. Imaginaba las orillas del Eúfrates más áridas, pero había
palmeras, cipreses y altos cañaverales sumergidos en el agua. Mientras
contemplamos la puesta de sol pedimos los aperitivos llamados meze, ensalada, hummus (puré de garbanzos), berenjenas ahumadas, hama (carne picada con especias),
patatas fritas, pistachos, carne adobada, kebab
al carbón, cervezas y arak, el licor
típico, con hielo. Un montón de platillos deliciosos en una mesa de manteles
rojos. Insistió en invitarnos a todo y fue imposible convencerle de que no
pagara. Fue un anfitrión excelente y desinteresado. Ibrahim sabía que éramos
trabajadores como él, interesados en conocer otras realidades. Sabía que
estábamos abiertos a escuchar otras vidas, que los viajes enseñan comprensión y
tolerancia. Sólo lo hizo por el placer de la conversación.
Hace años que tuvo
lugar aquel encuentro y aquella cena. Mantuvimos contacto esporádico por mail,
felicitándonos fechas señaladas. Con el conflicto de Siria pensamos en él y
deseamos intensamente que las circunstancias le fueran favorables. Alepo, Damasco, Hama y otras ciudades
fueron bombardeadas. Muchos de los
lugares que conocimos y muchas de las gentes que fueron amables y hospitalarias
con nosotros ya no existen. Fueron destruidos. ¿Y todo por qué? ¿Por
perpetuar en el poder a Bachar Al Asad?
La Historia (en mayúsculas) hablará por él, y por sus víctimas. Las víctimas siempre son los inocentes.
Hace un tiempo
recibimos noticias del profesor Ibrahim, había decidido salir de su país, por
la seguridad de su familia (estaba casado, con dos hijos) y nos pedía
información sobre los centros de enseñanza en francés en España. Fue doloroso
leer esas líneas. Le contestamos que la situación en España era difícil con
casi seis millones de parados, y le enviamos información con enlaces del Liceo
Francés y el Instituto Francés en nuestra ciudad, y otro enlace de la Embajada
Francesa con todos los centros de enseñanza de francés en España.
Suerte
Ibrahim, para ti y para tu familia. Y gracias, mil gracias por todo. Gracias
porque todavía exista gente como tú, buena gente, gente honesta, que dan
sentido al mundo.
© Copyright 2008 Nuria Millet
Gallego