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viernes, 18 de octubre de 2019

EL DZONG DE PARO


El Dzong de Paro no era tan grande como el de Punakha, pero también impresionaba. Estaba a orillas del río, y entramos por la carretera de la parte superior. Subimos las escaleras de acceso y pasamos por una galería con pinturas murales de deidades budistas. A un lado estaba la Rueda de la Fortuna.


Accedimos a un patio donde encontramos hombres y mujeres butaneses vestidos de gala, una alfombra roja y revuelo de monjes. Era una visita del Ministro de Cultura, vestido con un chal naranja sobre el go, y botas de cuero adornadas. Todos los vips se alinearon y entraron en el recinto principal. Les hicimos fotos y seguimos nuestra visita.




          



En otro patio vimos la actuación de un grupo de unas 50 mujeres ataviadas con la kira, el traje tradicional, la chaquetilla de seda y falda largas, con estolas al cuello Se colocaron alineadas en semicírculo, bailaron y cantaron varias canciones. Sus trajes eran de gran colorido y fue un bonito espectáculo que nos regalaron. Toda una sorpresa para acabar la visita del Dzong.




jueves, 17 de octubre de 2019

EL TEMPLO DE LA FERTILIDAD

 

En el Valle de Punakha hicimos una pequeña caminata atravesando arrozales, campos cultivados y pequeños pueblos. Visitamos el Chimi Lhakang, un templo peculiar dedicado a la fertilidad.

El templo o monasterio fundado en el s.XV, fue bendecido por el Lama Kinley, un santón conocido como el "Santo Loco" o el "Loco Divino" por sus formas poco ortodoxas de enseñar el budismo mediante el canto, el humor y el comportamiento escandaloso con connotaciones sexuales. Utilizó los símbolos del falo como pinturas en las paredes y como falos voladores de madera tallada en los techos de las casas, en las cuatro esquinas de los aleros. No sé que hice con la foto del templo que la perdí (tal vez los dioses me castigaron por descreída); así que esta foto de la parte inferior es cortesía de Google.


Foto cortesía de Google

Las parejas que tenían dificultades para concebir, acudían allí y la mujer se colocaba un gran pene de madera en la espalda o la parte delantera y daba tres vueltas al templo. Luego enviaban fotografías con los bebés que probaban la eficacia del ruego. Curioseamos el álbum del monasterio, con parejas de varios lugares del mundo.

El pueblo estaba lleno de falos de madera de todos los tamaños, decorados en colores con bastante creatividad, incluso pintados en las fachadas. Tradicionalmente, los símbolos de un pene erecto en Bután tenían la intención de alejar el mal de ojo y los chismes maliciosos. Junto al camino encontramos una niña sonriente sentada, no sabemos si fruto de la oración a los dioses. Una curiosidad más de Bután.


EL VALLE DE PUNAKHA

 


El Valle de Punakha era un paisaje espectacular, atravesado por un río, con terrazas de arroz escalonadas y casas dispersas, todo muy verde. Punakha estaba a 1584m de altura. Había sido la antigua capital de Bután.

El Dzong de Punakha era una maravilla, una Fortaleza del s.XVII, grande y alta, que se extendía unos 300m a lo largo de la orilla del río Ma Chu, que confluía con el río Pho Chu. Los Dzongs butaneses eran un mezcla de Fortaleza y de Monasterio, sedes del poder y donde los campesinos rendían tributos. Algo similar al régimen feudal durante el medievo en Europa. Habían tenido siempre un papel importante en la historia de Bután, pues impedían el acceso de los invasores. 


Cruzamos el río por un bonito puente de madera cubierto. Las aguas bajaban verdosas, con un verde glauco. La Fortaleza era impresionante, enmarcada entre flores y árboles. En la entrada había varias ruedas de oración gigantes. Tenía tres grandes patios, donde se celebraban los festivales. La familia real se había casado allí. Todo el conjunto de edificios estaban encalados con una blanco deslumbrantes, y tenía las puertas, ventanas y columnas en madera tallada, pintada con dibujos coloridos. Incluso las vigas tenían dibujos en la parte de la fachada.





La torre central era la más alta e impresionante, de forma un poco trapezoidal. Había galerías y pasadizos. En el interior había tres enormes Budas dorados, representando el presente, el pasado y el futuro. El recinto estaba decorado con Thankas y las largas tiras colgantes, acabadas en forma de triángulo, que parecían corbatas de colores. Había una Biblioteca con los textos sagrados envueltos en telas amarillas.

          



Otro edificio tenía tres escalinatas diferentes, para los monjes, los campesinos que rendían tributo y la familia real y ciudadanos importantes. En uno de los patios había un árbol bodi (del Buda). La mayoría de los visitantes eran familias indias. Salimos absolutamente impresionados y fascinados por el Dzong de Punakha.


jueves, 23 de agosto de 2018

TRANSIBERIANO 6. ULÁN UDÉ

El trayecto de Transiberiano de Irkutsk a Ulán Udé fue de ocho horas, el tramo más corto que hicimos. Fuimos en un compartimento con una pareja joven de rusos. Ellos desayunaron patatas cocidas con pepinillos que llevaban en un táper. Luego tomaron chocolatinas y nos ofrecieron. Nosotros tomamos té negro servido en las tazas con soporte de plata labrada que llevan el vaso en su interior. 

El paisaje era bosque de taiga con bastantes isbas, las cabañas de madera triangulares. De repente vimos el Lago Baikal, las vías pasaban bastante cercanas a la orilla. Vimos más isbas y algunas playas con algunas tiendas de acampada. En la estación de tren se exhibían varias locomotoras antiguas de vapor.

 


Ulan Udé era la capital de la República Buriatia. Era una de las ciudades de Siberia más agradable y exótica, con cultura Mongol-Budista. La ciudad se fundó como un fuerte cosaco en 1666, y prosperó como la parada principal de las caravanas de la ruta del té hacía China. Era un puerto fluvial en la confluencia de los ríos Udá y Selagá, la base para explorar el este del Lago Baikal y una introducción a Mongolia.

La calle peatonal Ulitsa Lenina tenía edificios bajos de dos plantas, ancha y adornada con muchas flores coloridas. Había una banda de seis músicos mayores con trompetas y tambores. Por la calle había puestos de helados y las familias paseaban con niños. Llegamos hasta la Plaza Sovdov, donde estaba el Teatro de la Ópera, un edificio grande y clásico, de estilo soviético. Había una fuente y una escultura con una gran cabeza de Lenin, de 7,7m de altura, la mayor de Rusia. Un grupo de militares se fotografiaba ante ella.





También había casas tradicionales de madera, con ventanas decoradas con filigranas de carpintería.


Vimos la bonita Catedral Odigitria, blanca y con cúpulas azules rematadas en dorado. Había sido destruida por los bolcheviques y luego reconstruida. Los muros blancos del interior se veían desnudos, faltaba la decoración bizantina. Junto a la Catedral estaba la calle Ulitsa Sobernaya, con varias casas de piedra restauradas. Al final de la calle estaba el edificio de la NKVD, la temida policía secreta de Stalin. Tenía dos plantas y podía pasar desapercibido entre los otros. Pero sabíamos del sufrimiento y las atrocidades que tuvieron lugar allí. Solo una placa en la fachada indicaba que había sido la Gendarmería. Al girar la calle había un monumento de una madre y un hijo, dedicado a las víctimas. 




En la plaza de la Ópera había una celebración con grupos de danzarinas con vestidos tradicionales, sombreros picudos y pañuelos de seda azul. Bailaban de forma elegante ofreciendo los pañuelos.





El Monasterio Budista Datsan Ivolginsky estaba a 35km de Ulán Udé. Fue construido en agradecimiento de Stalin a los buriatos por sus sacrificios durante la II Guerra Mundial. Era un complejo de dos templos principales y alrededor numerosos pabellones y casas donde vivían los monjes. El templo principal era bonito con varios tejadillos y en el centro la figura típica budista de los dos ciervos mirando la rueda Dharma, de ocho radios. La rueda Dharma o Dharma Chakra era el símbolo más antiguo del Budismo. Chakra significa rueda y Dharma es el nombre que reciben las enseñanzas de Buda.



El interior nos gustó mucho, tenía la decoración budista habitual: estatuillas de mantequilla de colores, asientos centrales para los monjes con mesitas con sus libros de oraciones y cuencos de té, tambores, parasoles naranjas, estatuas de Buda de bronce dorado en diferentes tamaños y las telas colgantes de colores. En las urnas de donación habían billetes chinos y de Mongolia, el turismo mayoritario. Vimos peregrinos hombres y mujeres vestidos con el deel, las túnicas tradicionales de Mongolia, de telas brillantes de colores con dibujos geométricos. Los hombres llevaban sombrero, y recorrían el recinto con las manos cogidas en la espalda. 


Todos recorrimos el recinto en el sentido de las agujas del reloj, y dimos vueltas a las ruedas de oración de latón dorado y madera. Había incensarios y la figura de un tigre custodiando la entrada. En otro de los pabellones un grupo caminaba con los ojos cerrados hasta la piedra sagrada, la tocaban y rezaban. En uno de los pabellones, un grupo caminaba con los ojos cerrados hasta la piedra sagrada, la tocaban y rezaban. Entramos en varios pabellones fijándonos en los detalles de la decoración y escuchando los rezos de los monjes.