jueves, 29 de mayo de 2025
RUTAS NEVADAS POR LADAKH
domingo, 26 de mayo de 2024
LA PRADERA DE LAS HADAS
Este es uno de los paisajes de Pakistán que nos enamoró, Fairy Meadows, la Pradera de las Hadas, a 3300m de altitud. La pradera de color verde esmeralda estaba rodeada por la Cordillera Himalaya pakistaní, un circo de montañas nevadas, entre ellas el Nanga Parbat de 8.126m.
Había un arroyuelo y
un pequeño lago natural donde se reflejaban las montañas nevadas. Cuando
llegamos había alguna nubecilla envolviendo las cimas, pero al día siguiente
desaparecieron y las montañas se recortaban sobre el cielo azul.
Para llegar aquí
fuimos desde Gilgit en coche por la carretera Karakorum hasta el Puente
Raikot. Allí cogimos un jeep, que era la única manera de seguir
subiendo. La pista era pedregosa, estrecha y con precipicios. Cuando nos
cruzamos con otro jeep en sentido contrario parecía imposible que pasaran los
dos. Más de un "Ay!" solté. Nos cruzamos con otro jeep con un
pakistaní en cuclillas sobre el parachoques delantero!. Un equilibrio
difícil, con los botes del trayecto y el precipicio cercano. Fueron dos horas
de ascensión.
Después había que continuar a pie por un camino ascendente. Subían burros cargados con alforjas y fardos con provisiones para los hoteles. Pobres burros. También subían caballos que podían alquilarse para hacer el camino sin cansarse. Lo más sorprendente que vimos fue un hombre cargando tres colchones a la espalda! Y nos adelantó.
Después de casi tres horas de ascensión llegamos a Fairy Meadows. Nos alojamos en el Oasis Huts, en un coqueto bungalow octogonal, con porche con vistas.
jueves, 17 de octubre de 2019
EL VALLE DE PUNAKHA
El Valle de
Punakha era un paisaje espectacular, atravesado por un río, con terrazas de
arroz escalonadas y casas dispersas, todo muy verde. Punakha estaba a 1584m
de altura. Había sido la antigua capital de Bután.
El Dzong de Punakha era una maravilla, una Fortaleza del s.XVII, grande y alta, que se extendía unos 300m a lo largo de la orilla del río Ma Chu, que confluía con el río Pho Chu. Los Dzongs butaneses eran un mezcla de Fortaleza y de Monasterio, sedes del poder y donde los campesinos rendían tributos. Algo similar al régimen feudal durante el medievo en Europa. Habían tenido siempre un papel importante en la historia de Bután, pues impedían el acceso de los invasores.
Cruzamos el río
por un bonito puente de madera cubierto. Las aguas bajaban verdosas, con un
verde glauco. La Fortaleza era impresionante, enmarcada entre flores y árboles. En la entrada había varias ruedas de oración gigantes. Tenía tres grandes patios, donde se celebraban los festivales. La familia real
se había casado allí. Todo el conjunto de edificios estaban encalados con una
blanco deslumbrantes, y tenía las puertas, ventanas y columnas en madera tallada, pintada con dibujos coloridos. Incluso las vigas tenían dibujos en la parte de
la fachada.
La torre central
era la más alta e impresionante, de forma un poco trapezoidal. Había galerías y
pasadizos. En el interior había tres enormes Budas dorados, representando el
presente, el pasado y el futuro. El recinto estaba decorado con Thankas y las
largas tiras colgantes, acabadas en forma de triángulo, que parecían corbatas de
colores. Había una Biblioteca con los textos sagrados envueltos en telas
amarillas.
Otro edificio tenía tres escalinatas diferentes, para los monjes, los campesinos que rendían tributo y la familia real y ciudadanos importantes. En uno de los patios había un árbol bodi (del Buda). La mayoría de los visitantes eran familias indias. Salimos absolutamente impresionados y fascinados por el Dzong de Punakha.
miércoles, 16 de octubre de 2019
EL PASO DOCHULA
El Dochula Pass
estaba a 3100m de altitud. Era un puerto de montaña en la cordillera
del Himalaya, en la ruta de Timbhu a Punakha. Llegamos por una carretera que
atravesaba montañas boscosas. Había tramos con banderolas de oración.
Sobre un montículo había 108 chortens dispuestos en forma circular. Chorten era el nombre en butanés y tibetano de las stupas budistas. No tenían la forma de campana habitual de las stupas; eran como torres blancas con tejadillo triangular. Fueron construidas por encargo de la última reina madre de Bután en 2004. Los llamaban chörtens de la victoria, por ser un monumento en honor a los soldados butaneses que murieron en la batalla de diciembre de 2003 contra los insurgentes de Assam de la India.
Un grupo de mujeres butanesas pararon y se hicieron fotografías en el entorno. Vestían la kira, su traje tradicional de chaquetilla de seda y falda larga. Los chortens estaban rodeadas de verdes jardines y con el día luminoso que hacía el conjunto se veía precioso. Hicimos un alto en el camino y tomamos un té. Las vistas de las montañas desde allí eran magníficas y en la lejanía se veían los picos nevados del Himalaya.