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jueves, 17 de octubre de 2019

EL VALLE DE PUNAKHA

 


El Valle de Punakha era un paisaje espectacular, atravesado por un río, con terrazas de arroz escalonadas y casas dispersas, todo muy verde. Punakha estaba a 1584m de altura. Había sido la antigua capital de Bután.

El Dzong de Punakha era una maravilla, una Fortaleza del s.XVII, grande y alta, que se extendía unos 300m a lo largo de la orilla del río Ma Chu, que confluía con el río Pho Chu. Los Dzongs butaneses eran un mezcla de Fortaleza y de Monasterio, sedes del poder y donde los campesinos rendían tributos. Algo similar al régimen feudal durante el medievo en Europa. Habían tenido siempre un papel importante en la historia de Bután, pues impedían el acceso de los invasores. 


Cruzamos el río por un bonito puente de madera cubierto. Las aguas bajaban verdosas, con un verde glauco. La Fortaleza era impresionante, enmarcada entre flores y árboles. En la entrada había varias ruedas de oración gigantes. Tenía tres grandes patios, donde se celebraban los festivales. La familia real se había casado allí. Todo el conjunto de edificios estaban encalados con una blanco deslumbrantes, y tenía las puertas, ventanas y columnas en madera tallada, pintada con dibujos coloridos. Incluso las vigas tenían dibujos en la parte de la fachada.





La torre central era la más alta e impresionante, de forma un poco trapezoidal. Había galerías y pasadizos. En el interior había tres enormes Budas dorados, representando el presente, el pasado y el futuro. El recinto estaba decorado con Thankas y las largas tiras colgantes, acabadas en forma de triángulo, que parecían corbatas de colores. Había una Biblioteca con los textos sagrados envueltos en telas amarillas.

          



Otro edificio tenía tres escalinatas diferentes, para los monjes, los campesinos que rendían tributo y la familia real y ciudadanos importantes. En uno de los patios había un árbol bodi (del Buda). La mayoría de los visitantes eran familias indias. Salimos absolutamente impresionados y fascinados por el Dzong de Punakha.


sábado, 12 de octubre de 2019

BHAKTAPUR

Bhaktapur era otra de las ciudades estado, junto con Patan y Kathmandú, a solo 13km de la capital. Nos gustaron sus estrechas callejuelas llenas de templos y con edificios bajos de ladrillo rojo y ventanas de madera oscura. 

Su Plaza Durbar era más pequeña y coqueta, declarada Patrimonio de la Humanidad. En el centro había una columna con la estatua de bronce del rey Malla rezando. El corazón de la plaza era el Palacio Real, al que se entraba por la Puerta Dorada, del s. XVII con algunos de los mejores trabajos en metal repujado de Nepal, Era deslumbrante y un derroche de figuras en relieve como un Garuda luchando con varias serpientes o una diosa con cuatro cabezas y diez brazos. 


A la derecha de la Puerta Dorada estaba el Palacio de las 55 ventanas, de ladrillo rojo y ventanas talladas en madera.


En el Palacio había dos grandes tambores para alertar a la ciudad en caso de ataque. Tenía muchos patios (leimos que 99!), uno de ellos con un bonito estanque con una columna central rematada con una cobra de bronce, con la cabeza erguida.

Dentro del Palacio estaba el Museo de Piedra y Pinturas. Exhibía estelas con inscripciones, piedras esculpidas y pinturas budistas y tántricas, algunas con escenas del Kamasutra. En la fachada del museo estaba la Ventana del Pavo Real con su cola extendida, tallada con mucho detalle. 


Cerca estaban los cuatro templos de Char Dam, las torres hindúes que construyeron para que los peregrinos hindúes que no podían ir a la India alcanzaran el mérito espiritual. Eran de piedra y ladrillo rojizo. 


Por la tarde fuimos a la zona de Tachupal Tole, que fue la primera plaza mayor de Bhaktapur y sede de la realeza hasta finales del s. XVI. Nos impresionó el Templo Nyatapola. Tenía cinco plantas y 30m de altura, era el más alto de Nepal. La escalera estaba custodiada por dos guardianes de piedra, elefantes, leones adornados con campanas y grifos con pico y cuernos de carnero.





Vimos múltiples templos y paseamos por las calles, con comercios y mucho ambiente. Por la zona vimos varios estanques grandes con casas alrededor. Decían que los utilizaban desde la época medieval para almacenar el agua destinada al consumo, al baño y a los rituales religiosos. Continuaban desempeñando un importante papel en la vida social de la ciudad, por la mañana y por la tarde los vecinos se reunían junto a ellos para bañarse, charlar y pasear. 


viernes, 11 de octubre de 2019

EL BARRIO ANTIGUO DE PATAN

 

Patan era una de las ciudades-estado de Kathamandú, pero se consideraba un barrio periférico. Fue el menos afectado por el terremoto de 2015, y conservaba 1200 monumentos budistas. Era la sede de los comerciantes newar.

La arquitectura newar era de la época Malla, entre los s.XIV y XVII. Al entrar al barrio vimos el Templo Bhimsem, una pagoda de tres pisos con planta rectangular. Estaba dedicado al dios del comercio y los negocios. Frente a él otra pagoda de tres plantas con fachada porticada, construida en piedra tallada, en vez de en ladrillo y madera. 

El Palacio Real era del s. XV, ampliado en los s.XVII y XVIII. Entramos en por la Puerta Dorada, custodiada por dos leones. Tenía aleros voladizos, ventanas talladas en filigrana, elegantes celosías de madera, patios conectados y varios templos. 

El Museo Patán estaba en el interior del Palacio, entrando por la Puerta Dorada. Vimos una exposición de fotografías magníficas de Nepal: los Annapurnas, Mustang, paisajes y retratos. El museo exhibía una de las mejores colecciones de arte sacro de Asia, era un tesoro nacional. Había cientos e estatuillas doradas de Buda y todas las deidades budistas, explicando sus posturas y simbolismo. Algunas eran figuras de tantrismo, que era una corriente espiritual con vínculos religiosos.







Cerca estaba el estanque Manga Hiti, una cisterna cruciforme con tres caños tallados en forma de makara, bestias mitológicas con aspecto de cocodrilo. 



Al norte de la plaza encontramos el Templo Dorado, uno de los más bonitos de Patán. La entrada de piedra era imponente, toda labrada con detalles. Encontramos una novia nepalí vestida con un sari rojo y dorado, y nos hicimos una foto juntos. En el interior había ruedas de oración, campanas y figuras de elefantes, leones y monos de bronce llevando un fruto parecido al Durian. 




Un grupo de mujeres encendían lamparillas de mantequilla. En la planta superior del Templo Dorado había un Monasterio Budista del s. XII, reconstruido en 1409. Entramos en la sala principal, con un grupo de fieles y monjes entre tankas colgantes y nos sentamos a curiosear. 



Luego fuimos al estanque Pin Bahal Pokan. Era muy grande, rodeado de casas y con un pabellón en el centro del estanque. Las casas se reflejaban en la superficie del agua, con la luz del atardecer.