viernes, 1 de noviembre de 2024

LAS RUINAS ROMANAS DE JERASH

Desde Amán fuimos a la ciudad de Jerash (o Gerasa), a 50km. Era conocida por sus ruinas romanas, el yacimiento arqueológico más grande e interesante del país. 

Entramos al recinto por el imponente Arco de Adriano, de 13m de altura, originalmente tuvo el doble de altura. Se construyó en honor a la visita del emperador. Los muros de piedra eran de color dorado, con columnas, tres puertas arqueadas y dos ventanas superiores. Las columnas tenían capiteles labrados con hojas de acanto.


Al traspasar el arco encontramos el Hipódromo, una gran explanada rodeada por las puertas de entrada. Allí se celebraban carreras de cuádrigas y competiciones de atletismo en el pasado y en la actualidad. Tenía dimensiones de 265m por 50m, y capacidad para 15.000 espectadores.

Cerca estaba la gran Plaza Oval o Foro, con 56 esbeltas columnas jónicas. Resultaba espectacular por sus grandes dimensiones.



Había dos teatros, el Teatros Norte y el Sur, con sus gradas semicirculares. Familias con niños se sentaban por allí, y algunos se animaban a cantar en el escenario.

El Teatro Norte tenía capacidad para 2000 espectadores, y el Teatro Sur para 5000 espectadores. Nos gustó más el Teatro Sur por sus construcciones de piedra tras el escenario. En los muros tenían figuras talladas en la piedra, un músico tocando la lira, o una bailarina.



Paseamos por el Cardux Maximus, una columnata de 800m de largo, espectacular. Antaño fueron 500 columnas a distintas alturas formando parte de las fachadas de los edificios. Aún quedaban cientos de ellas, y muchos capiteles caídos en el suelo, con la piedra labrada con motivos florales y geométricos.

El Cardux Maximun era la calle principal, junto con el Decumanus Sur. Eran calles perpendiculares y en su intersección se erigía el Tetrapilo Sur, una estructura de cuatro pilares. Desde la colina había vistas de la ciudad nueva con sus edificios escalonados.




Entramos en los recintos de las viviendas semiderruidas, con mas columnas. Y vimos algún suelo de mosaicos geométricos. Fue una de las 10 ciudades romanas más importantes, que llegó a tener 20.000 habitantes. Pero a partir del s. VI cambiaron las rutas comerciales, empezó su declive y posteriormente fue destruida por un terremoto en el s. VIII. 



En el Cardux Maximun estaba el Ninfeo, un edificio de dos plantas muy labrado y decorado con losas de mármol. Era una fuente ornamental con columnas corintias, dedicada a las ninfas acuáticas. En el pasado el agua caía en cascada en un estanque de granito rosa que todavía se conservaba. Fue la estructura que más nos gustó. 

En la parte alta estaba el Templo de Artemisa, la diosa de la caza y la fertilidad. Conservaba 11 columnas corintias delicadamente talladas. Estaba revestido de mármol y en su tiempo unas estatuas de Artemisa adornaban las hornacinas. Era un templo pagano y el edicto de Teodosio lo desmanteló.

También era bonito el Templo de Zeus, dedicado a sacrificios sagrados. Además vimos los baños, la Catedral, la Mezquita y ruinas de Iglesias de San Teodoro, San Jorge, San Bautista, San Cosme y Damián (los médicos dedicados al cuidado de los pobres).



Vimos las otras puertas de piedra con arcos de la ciudadela. Llegamos hasta la Puerta Sur, una de las cuatro entradas a las murallas de la ciudad, de 3m de anchura y 3,5km de largo. Debió ser espectacular en su época de esplendor; lo seguía siendo.

Estuvimos varias horas viendo el recinto. El día estaba caluroso y tomamos zumos de granada. Salimos admirados y abrumados por la belleza de las ruinas de Jerash. Leímos que no estaba declarada Patrimonio de la Humanidad porque consideraban que había demasiadas ciudades romanas patrimonio...pero sin duda lo merecía.


martes, 10 de septiembre de 2024

EL MIRADOR DE LA LUNA Y CABO LEDO

 

Llegamos al atardecer desde Cabo Ledo al Miradouro da Lua (Mirador de la Luna), un lugar icónico del Parque Nacional Kissama, creado por la erosión y el viento. Eran formaciones rocosas rojizas y picudas, en un acantilado junto a la playa. Leímos que parecía un paisaje lunar o de Marte. Los colores anaranjados, rojizos y ocres eran muy intensos. No podía negarse que eran unas formaciones rocosas peculiares y un paisaje especial. Nos gustó mucho.



Cabo Ledo era un pueblo de pescadores a 120km de Luanda, y dentro del Parque Nacional Kissama. Formaba una bahía con playas de arena blanca y dorada, con acantilados junto al Atlántico. Nos alojamos en el Carpe Diem, un hotel especial, con mucho encanto. Tenía coquetos bungalows de madera entre jardines y frente a la playa. El recinto estaba decorado con cestas colgantes y máscaras étnicas, y varios pavos reales campaban libres por allí exhibiendo sus preciosas colas. Contamos seis pavos reales, pero creo que había más. Y tenía unas neveras con el letrero "Biblioteca fresca" "Porque leer refresca la memoria"; las abrías y había libros y revistas. Original.





Paseamos descalzos por la playa y nos acercamos a las barcas de los pescadores, que desenredaban sus redes y se preparaban para la pesca nocturna. Nos dijeron que pescaban hasta las seis de la mañana o más tarde; un trabajo duro, muchas horas faenando. 

Había secaderos en esteras altas, con los pescados secándose al sol, a falta de neveras. Como los que vimos en el Lago Malawi. Las mujeres estaban junto a los secaderos, y los niños jugaban en la arena junto a las barcas. Aquella playa fue nuestra última etapa del interesante y fantástico viaje por Angola.