Las tumbas tradicionales de los indios torajas de Sulawesi en Indonesia estaban excavadas en las paredes verticales de piedra. Desde Rantepao fuimos hasta Lemo para poder verlas. En el acantilado de roca negra habían excavado una especie de balconcillos, donde colocaban las tallas de madera llamadas tau-tau, que representaban a los fallecidos, vestidos con sus ropas. Desde lejos daba la impresión de que eran personas.
En algunas tumbas
colgaban cuerdas para poder acceder a ellas. En Marante vimos
más tumbas naturales, hechas aprovechando las grutas que formaban las rocas, con
ataúdes de madera amontonados, y cruzamos un puente colgante. En las grutas las calaveras aparecían por todas partes, envueltas en
telarañas. Las tumbas de los reyes y de los nobles tenían la forma típica de
las casas torajas, pero en pequeño.
A los niños pequeños
que todavía no tenían la dentición completa, les preparaban las tumbas en el
tronco de un árbol grande, para que su alma se encarnara en él y siguiera
creciendo como un ser vivo. Parecían
ventanitas abiertas en el tronco.
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