miércoles, 26 de octubre de 2011

CONCEPCIÓN

 

La adormilada ciudad de Concepción estaba a orillas del rio Paraguay. Paseamos por la calle Estegarribia con varias mansiones antiguas restauradas y pintadas de colores crema o granates. Las mejores eran edificios municipales. 


Nos alojamos en el bonito Hotel Colonial Francés, con patio interior y ventiladores. El Mercado tenía puestos con frutas, con sandías grandes. Se veían algún carro de caballos, transportando mercancías. Hacía un calor tremendo y nos refrescamos en una heladería con ventiladores en el techo. Al final de la calle Avenida había una enorme estatua de la Virgen María vigilando a los paseantes. Y vimos una pancarta con una declaración de amor.









Dimos un paseo en barca por el río Paraguay. Las aguas estaban muy tranquilas y resultó agradable deslizarse lentamente. La otra orilla era una isla y en ella vivía el lanchero, que nos mostró su casa de madera.


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