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jueves, 14 de enero de 2016

LOS CASTILLOS AFRICANOS DE BENÍN



En Benín nos despertó la curiosidad una región donde las casas eran conocidas como "castillos africanos". Desde Natittingou, al norte del país, abreviada Nati, visitamos varios pueblos y conjuntos de "tata somba". "Tata" significaba casa. Pero la palabra "Somba" era peyorativa y podía resultar ofensiva. Así que la denominación políticamente correcta era País Otamari

Las casas somba, o mejor las "tata otamari", eran construcciones de adobe tipo fuerte, con torretas de arcilla y pináculos de paja. Tenían dos plantas. La planta baja se utilizaba como vivienda  para cocinar y dormir, y para guardar el ganado. La planta superior tenía un patio en la azotea, utilizado como granero, para secar el grano al sol y dormir al fresco.



Entramos en varias casas y las familias hicieron de excelentes anfitriones mostrándonos sus hogares, ante el regocijo de los niños. Algunos hombres tenían escarificaciones en la cara. Vimos una mujer mayor con un pearcing de cuarzo blanco triangular incrustado en la barbilla. Eran animistas y tenían fetiches variados colgados en la puerta y en las paredes de adobe: cuernos de animales, calabazas, calaveras, mandíbulas... También colgaban ramas de cereal seco y maíz.

En la cocina ardía el fuego entre cenizas, ollas tiznadas de hollín y cestas colgando de la pared. Por una escalera tallada en un tronco subimos a la azotea. Había montones de sorgo extendidos en el suelo, entre los capiteles de paja de las torres.






El paisaje estaba dominado por el color rojizo de la tierra y las casas. Había grandes baobabs, con troncos enormes de varios metros de diámetro. Los huertos aportaban su verdor y los niños correteaban por todas partes. Eran unas casas peculiares, realmente curiosas, casi como la fantasía de un cuento.






© Copyright 2016 Nuria Millet Gallego