Tblisi (o
Tiflis) era la capital de Georgia, a orillas del río Kura. Las casas sobre
la pared vertical del acantilado, asomando al río eran impresionantes. Seguimos
el curso del río admirando las casas colgantes en la escarpada ladera.
Subimos en teleférico
hasta la colina donde estaba la Fortaleza Nariqah del s.XVIII. La ascensión
fue muy rápida. La murallas de la fortaleza se erguían sobre la cresta de la
montaña, dominando la ciudad. Apenas se conservaban dos torreones. Al lado
había una gran estatua de una mujer armada con una espada, como protegiendo la
ciudad. Después de disfrutar de las vistas de la Catedral, de las numerosas
iglesias y los tejadillos rojos con el río al fondo, bajamos por las escaleras
hacia el centro.
Recorrimos la calle
Rustaveli, admirando los edificios regios. Había comercios de lujo, cafés y
restaurantes. Al principio estaba la Academia de las Ciencias con un
mercadillo de puestos callejero con gorras, joyas, imanes, iconos y objetos
religiosos. Otros de los edificios imponentes era la Ópera House, el Teatro
Rustaveli y el Parlamento, con altas columnas. Llegamos a la Plaza
Liberty, con una columna central con una estatua de San Jorge matando al
dragón.
Callejeamos por el distrito medieval. Nos gustaron los balcones de madera labrada con filigranas, eran encajes de carpintería. Todos diferentes, pintados de colores crema, verde, azul, blanco. Otros eran de forja de hierro. Muchos edificios necesitaban una buena restauración, había paredes abombadas, escaleras torcidas y balcones ladeados, pero seguían siendo bellos. Encontramos una casa de madera verde con porches y vidrieras de colores que le daban una atmósfera especial.
La Torre del
Reloj era una muestra de la arquitectura medieval. Estaba inclinada y
apuntalada por una viga metálica. Tenía mosaicos de colores incrustados en su
piedra. Al tocar la hora se abrían las compuertas del reloj y salía un
angelote. Parecía de cuento.
Al pie de la Torre había un Teatro de Marionetas, un espectáculo con tradición en la ciudad. Vimos las cúpulas de los Baños Reales, reconstruidos con ladrillo rojo. Nos fijamos en los detalles de las fachadas antiguas como pomos, gárgolas, escaleras, y otros detalles ornamentales de la forja de hierro.