Desde Lübeck cogimos un barco por el río Trave hasta Travemünde. Era un trayecto corto de unos 13km y tardamos 45 minutos. Las orillas tenían mucha vegetación verde y nos cruzamos con algunas pequeñas embarcaciones de vela. Pasamos por algunos núcleos de casas con tejados a dos aguas y buhardillas.
Travemünde es un pequeños pueblo alemán situado en la desembocadura del río Trave en el mar Báltico. El pueblo se extiende en la orilla del río y entre las casas bajas sobresale el pico verdoso de la Iglesia de San Lorenzo.
Aunque el pueblo es pequeño, es el mayor puerto germano de transbordadores del Báltico, que conecta con países nórdicos como Suecia, Finlandia y Estonia. También se ven algunas embarcaciones antiguas de madera con cuatro altos mástiles, tipo carabela.
Paseamos hasta la playa más cercana, Kurstrand. Tiene unas casetas de mimbre con capotas y toldillos para protegerse del viento. Los toldillos de listas azules y blancas, o rojas y blancas, evocaban otras épocas.
Paseando por el pueblo vimos el Alter Leuchtturm de 1539, el faro más antiguo de la costa alemana. Alberga un Museo Marítimo y se podía ascender para contemplar las vistas del Mar Báltico y alrededores, pero estaba cerrado.
Paseamos por el pueblo con bonitas casas de ladrillo con maderas atravesadas en las fachadas. El ambiente era tranquilo. Solo se veía más gente en el paseo de la playa y en las terrazas, tomando bebidas y helados.
Entramos en la iglesia protestante St. Lorenz, construida sobre los cimientos de la iglesia anterior, que se incendió en el s. XVI. Más alejada había una exposición de esculturas de arena de la que vimos fotos, un derroche de fantasía. Travemünde es un buen plan como excursión desde Lübeck.