Imaginaos el baño de Cleopatra: una gran piscina de
piedra circular con agua cristalina de manantial, rodeada de palmeras que se
reflejan en la verde superficie.
Llegamos hasta allí en taxi-burro, un carromato cubierto con un toldillo y
asientos laterales, desde el oasis de Siwa. No podía negarse que era un
transporte tranquilo y ecológico.
Y en aquella agua verdosa y
fresca me sumergí, sintiendo la caricia de las algas que crecían en el fondo.
Fuera leyenda o no, el lugar era un rincón idílico, digno de una reina.
Pero Cleopatra, la soberana que
intentó afirmar la independencia de Egipto ante Roma, representa el
pasado. Creí ver el presente y el futuro en todas aquellas estudiantes reunidas
en la explanada ante la Biblioteca de Alejandría. Y aunque la tradición del
velo negro se mantenga, es una pincelada en el presente. El futuro de Egipto se
viste de colores claros. Ellas son el futuro.
©Copyright 2015 Nuria Millet Gallego