miércoles, 8 de septiembre de 2021

LA ISLA DE BRAC

 

Cogimos el Ferry Jadrolinja, tipo catamarán, desde Split a la isla de Bol, un trayecto de una hora. El pueblo de Bol se veía bonito desde el mar con sus casas apiñadas, iglesias y un Puerto coqueto. Paseamos por sus calles, entre casas con muchas plantas y flores. Seguimos por el Paseo Marítimo con pinos a ambos lados y jardines. Había estatuas blancas originales y puestos de artesanía en el recorrido. 




La isla era conocida por su playa Zlatni Rat o Cuerno de Oro. Era una lengua blanca que se adentraban en el mar Adriático unos 400m. Desde el aire se apreciaba mejor la punta, las mejores fotos eran con dron. La playa era de pequeñas piedras blancas y la luz del atardecer lo teñía todo de dorado. La zona era ventosa y se veían velas y algún parapente.

La densa arboleda de pinos llegaba muy cerca del mar, y entre los pinos había varios merenderos donde comimos, casetas para cambiarse y duchas. Nos tumbamos en el pareo y nos dimos varios baños, contemplando las velas en el agua y el atardecer. El agua estaba azul turquesa y transparente, una delicia. Era una playa bonita y especial.


                                                          (Foto cortesía de Google)










martes, 7 de septiembre de 2021

LA CIUDAD AMURALLADA DE TROGIR

Trogir era una pequeña población entre murallas medievales en una isla diminuta unida por puentes al continente y a la isla de Clovo, más grande. Era Patrimonio de la Humanidad.

Cruzamos el puente y entramos en el casco antiguo, con calles con suelos de mármol como casi toda Croacia. Conservaba intactos muchos edificios de arquitectura renacentista y románica, que floreció bajo el periodo veneciano entre los s. XIII y XV.



En la plaza principal además de la Catedral, estaba el Ayuntamiento, un edificio bonito con un patio gótico decorado con escudos de armas, una escalera monumental y un pozo. Al lado estaba la Logia del s. XVI, con los laterales abiertos con columnas, y figuras labradas con mucho detalle en la piedra.



Visitamos la Catedral de San Lorenzo del s. XIII, una catedral veneciana de tres naves, una de las joyas arquitectónicas de Croacia. Subimos los 47m de la torre del campanario para contemplar las vistas. Las casas de tejadillos rojos se apiñaban junto al azul Adriático, salpicado de blancos barcos. El interior de la Catedral era impresionante. Tenía sarcófagos de obispo con grandes estatuas y un púlpito con columnas.





Vimos el Convento de San Nicolás, con un bonito patio de arcos con grandes macetas. Otros palacios eran el Palacio Cipiko del s. XV, que fue el hogar de una familia noble. Paseamos por la parte interior de la Muralla junto al mar. Había terrazas con ambiente. La Fortaleza Karmarlengo, construida por los venecianos en el s. XV. Cerca estaba la Glorieta Marmont, construida por los franceses durante la ocupación napoleónica de Dalmacia. Para acabar el día disfrutamos de la gastronomía croata en una konoba, las tabernas croatas. 



 




lunes, 6 de septiembre de 2021

EL PARQUE NACIONAL KRKA


Desde Sibenik visitamos el Parque Nacional Krka. Se extendía a lo largo de 75km del río Krka, desde el Adriático hasta las montañas del interior de Croacia. El Parque tenía cinco entradas. Elegimos la entrada por el pueblo de Skradin para verlo y porque tenía la ventaja de incluir el trayecto en barca por el cañón hasta la cascada Stradinski Buk. El trayecto en barca fue muy plácido, las aguas estaban totalmente lisas y reflejaban la vede vegetación de las orillas. El pueblo de Skradin era bonito, con tejadillos rojos.


 

El parque estaba repleto de cascadas en un cañón kárstico de 200m de profundidad. El paisaje de rocas, acantilados, cuevas y precipicios. Las cascadas eran un fenómeno kárstico, como los Lagos de Plivitce, y el agua del río Krka también era rica en carbonato cálcico que le daba un color azul intenso. El material llamado tufa estaba formado por billones de plantas que crecían en la cima y formaban barreras que originaban las cascadas.




Hicimos un circuito circular de una hora. Caminamos por unas pasarelas que unían las pequeñas islas del río. Se veían peces nadando. Vimos la mayor cascada del parque, de 46m de altura. Era más grande y llevaba más caudal de agua que las que vimos en Plivitce. Los musgos y otras plantas esponjosas crecían entre las cascadas. Pasamos por antiguos molinos de agua. Había merenderos bonitos con mesas de madera, junto a estanques con sauces llorones y cisnes blancos. Nos hubiera gustado acabar con un baño en el Lago Skradinski de 800m de largo, al pie de las cascadas, pero estaba prohibido desde hacía unos meses.



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