Los mercados vietnamitas son curiosos y muy coloridos. La mayoría de vendedoras y compradoras son mujeres y se acumulan sus sombreros cónicos tradicionales.
Los mercados flotantes con las mercancías transportadas en barcas son espectaculares. Pero también son interesantes los mercados de las poblaciones interiores. Tuve oportunidad de recorrer y curiosear los mercados de Ho Chi Minh, Dalat, Nha Trang, Hué, Hanoi o los del Delta del Mekong.
Los puestos vendían frutas: mangos, papayas, piñas y especialmente plátanos. Había puestos de hortalizas (pepinos, pimientos, coles), melones, flores, caña de azúcar. También había la sección de gallos y gallinas vivas, encerradas en jaulas de mimbre.
Otros puestos callejeros venden las clásicas baguettes, las barras de pan herencia del colonialismo francés.
Todos nos ofrecían
sus sonrisas. Algunas abuelas tenían sus bocas enrojecidas por mascar la nuez
de betel, de efecto ligeramente estimulante.
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