Desde Karimabad, en la provincia de Gilgit-Baltistán, fuimos a visitar los Fuertes de Baltit y Altit, ambos en la lista provisional de Patrimonio de la Humanidad.
El Fuerte de Baltit estaba sobre una colina en el Valle de Hunza. Era un Fuerte-Palacio, fue la residencia de los reyes de Hunza hasta 1945, cuando se trasladaron a una casa nueva. Tenía muros blancos con vigas y dos balcones de madera, uno de ellos circular, Tenía cincuenta y pico habitaciones, según nos dijo el guía, pero se mostraban once de ellas porque la estructura era similar. Vimos varias estancias, el hall de recepción, dormitorios, los graneros, la prisión, las cocinas con todos sus utensilios y salones con vidrieras de colores. En la azotea había un pabellón de madera con el trono. Desde allí había magníficas vistas del pueblo de Karimabad, del valle y de las montañas nevadas, entre ellas el Rakaposhi de 7.778m de altitud.
El pueblo de Altit tenía un pequeño estanque rodeado de verdor, con un sauce llorón. El Fuerte de Altit se elevaba sobre un peñasco. Era una estructura peculiar, casi cuadrado con una torre alta. Su construcción precedió al Fuerte de Altit, estaba hecho de piedra y madera, y tenía 900 años de antigüedad. Era un diseño común al Pamir, Hindukush, Karakorum y el Himalaya occidental, resistente a los terremotos frecuentes de la región.
En el interior se conservaban las puertas de madera tallada. Pasamos por varias salas, la estancia de la princesa, las cocinas con vasijas grandes y la azotea con almacenes para la fruta.
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