Empezamos el viaje por Pakistán en la ciudad de Multán, con aeropuerto internacional. Desde el s.IX fue un importante centro islámico y a lo largo de la historia había atraído a muchos místicos y sufíes. Era una de las ciudades más antiguas del subcontinente y tenía importantes santuarios, tumbas y mezquitas.
En el pasado la ciudad tuvo 7 puertas. Entramos a la parte antigua por una de las puertas que se conservaban, de piedra rosada y con dos torreones. Había mucho ambiente y tráfico de motos y tuk-tuks, como en otras ciudades asiáticas. Los hombres y mujeres vestían el traje tradicional era el Shalwar Kameez. El Shalwar era el pantalón y el Kameez una camisa o túnica larga. Las mujeres la usaban de colores, con aberturas laterales y pañuelos a juego.
Las tumbas estaban en una colina de Qasim Garden, la zona que llamaban Fort Kohna. La primera que vimos fue el mausoleo de un jeque, la Tumba de Hazrat Shah Rukn-e-Alam. Era una construcción enorme de ladrillo rojizo, azulejos, cúpulas y bastiones en los ángulos. Bastante peculiar.
Había que descalzarse para entrar. En el interior estaban la tumba del jeque bajo una estructura de mármol, y cubierta por telas y pétalos de flores. Los peregrinos, hombres y mujeres con velo, rezaban a su alrededor. En el recinto había tumbas más sencillas de sus discípulos y una mezquita anexa.
Después visitamos la tumba Hazrat Bahaddin Zakariya, de estructura similar, con cuatro bastiones laterales, mosaicos azules y cúpula blanca. En el interior había otra tumba con peregrinos rezando.
Visitamos otra Mezquita con una madrasa (escuela coránica). Los niños estaban sentados en fila en el suelo alfombrado, frente a sus coranes, recitando versículos y meciéndose. Una escena ancestral. Nos dejaron fotografiarlos. También alojaba a alumnos más mayores.
Curioseamos en el Bazar, por callejuelas cubiertas con toldos que protegían del sol y de la lluvia. Había tiendas de vestidos de mujer con pedrería, de cacerolas de aluminio apiladas, de alfarería, calzados, textiles y de todo un poco. Multán fue una buena introducción a Pakistán, el viaje nos reservaba muchas sorpresas.
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